La flota desafía al mar bravo rumbo a Tasmania
0
4
La 80 edición de la Rolex Sydney Hobart, una de las regatas oceánicas más prestigiosas y exigentes del mundo, ha comenzado este jueves con un despliegue visual imponente en la bahía de Sídney. Bajo un cielo encapotado y ante la mirada de miles de espectadores apostados en la costa y en cientos de embarcaciones de recreo, la flota de 128 barcos ha tomado la salida en una carrera que promete ser táctica y física desde las primeras millas. La organización dividió la salida en cuatro líneas según las prestaciones de las embarcaciones. Tras una única señal, los equipos desplegaron sus velas de portantes (spinnakers) para aprovechar el viento dentro de la bahía y regalar una imagen épica de velocidad y color. Sin embargo, tras dejar atrás los cabos de la bahía, la flota se ha encontrado con la realidad pronosticada: un duro viento de proa y mar bravo. Este «complicado menú», como lo definen los expertos, será la tónica dominante durante las primeras 24 horas de navegación. La lucha por la victoria en tiempo real no se hizo esperar. El LawConnect, ganador de las dos últimas ediciones y que cuenta en su tripulación con los canarios Carlos Hernández y Simbad Quiroga, fue el primero en abandonar las aguas protegidas de Sídney. Le sigue muy de cerca su archirrival, el Master Lock Comanche, con el cántabro Pablo Arrarte a bordo. Ambos maxis de 100 pies (30,5 metros) reeditan así su particular duelo, vigilados de cerca por otros gigantes como el SHK Scallywag 100 y el Wild Thing 100. En el grupo de cabeza también destaca el Lucky (27 metros), que cuenta con la experiencia del navegante Juan Vila y de Antonio «Ñeti» Cuervas-Mons, y que ha protagonizado una magnífica salida. La previsión meteorológica indica un inicio exigente seguido de una bajada de intensidad y un role favorable del viento hacia el tercer día de regata. Pablo Santurde, regatista cántabro que compite en la categoría A Dos junto a Rupert Henry en el Mistral (un Lombard 34), analizaba la situación antes de partir: «Son condiciones duras, pero no radicales. La clave está en superar esas primeras 24 horas sin demasiados daños». Por su parte, Alex Nolan, navegante del Celestial V70 —defensor del título absoluto y donde debuta el vigués Pablo Torrado—, sugiere que el guion meteorológico podría beneficiar a los barcos de media y pequeña eslora en la lucha por el tiempo compensado. «Es seguro que no será una edición tan rápida como la pasada. Prefiero ir en este barco que en los 100 pies, que sufrirán más», aseguró Nolan. Más allá de la competición, la salida tuvo un momento de profundo recogimiento. Al pasar frente a la playa de Bondi, varias tripulaciones lanzaron pétalos de rosa al mar en memoria de las 15 personas fallecidas en el atentado del pasado 14 de diciembre, así como en recuerdo de los dos regatistas que perdieron la vida en la edición anterior. La flota tiene ahora por delante un recorrido de 628 millas náuticas (1.162 kilómetros) hasta Hobart, la capital de Tasmania. La regata, patrocinada por Rolex desde 2002, concluirá oficialmente con la entrega de premios el próximo 31 de diciembre.

