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«Tenemos a grandes regatistas en eventos top, pero no tenemos base»

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Theresa Zabell es un referente en el mundo de la vela. Tres décadas después de haberse retirado, sigue teniendo el privilegio ser la única mujer española en contar dos oros olímpicos (Barcelona 92 y Atlanta 96). Alejada, en primera persona, de la vela de competición, pero, sigue ligada estrechamente con el mar como presidenta de la Fundación Ecomar, trabajando por la sostenibilidad de mares y costas. Aún así sigue muy de cerca la evolución del deporte y de los regatistas. —España es un país que tiene cultura de organizar grandes regatas: Copa América en Valencia y Barcelona, The Ocean Race en Vigo y Alicante...Esto hace que estas ciudades tengan repercusión. —Siempre pongo como ejemplo Barcelona. Incluso en toda España, hubo un antes y un después de Barcelona 92. Tuvo una repercusión que tienes a nivel mundial que tan solo te la dan este tipo de eventos. El último ejemplo, aunque no llega a nivel de Juegos Olímpicos, es The Ocean Race, que tiene una buena repercusión. Y el hecho que en su vuelta a Europa hiciera parada en Cartagena, creo que fue un acierto, además de haber tenido una excelente organización. —Hace años que en este tipo de eventos no hay equipos españoles. —Eso sería ya la guinda del pastel. Todos sabemos que cuando hay alguien de casa, todo lo que son los fans, los seguidores, se vuelcan mucho más. Y eso lo hemos visto siempre. Es verdad que con un barco español o incluso un navegante español, pues estaríamos todos ahora tirando de ellos. Es que España es un privilegio para navegar. Y luego que sabemos acoger grandes eventos, organizarlos y además darles cariño, los disfrutamos, les damos ambiente y esto es algo que realmente valoran mucho. Con lo cual, toda esa parte la tenemos. ¿Por qué no hay barcos españoles? Pues yo siempre digo que realmente lo que nos falta en España en la vela es una gran base. Tenemos grandes regatistas en eventos top, pero no tenemos base. Si nosotros tuviéramos, niños que hacen vela en los colegios...al final, esos niños dentro de 20 o 30 años pueden estar a lo mejor de director de marketing de una empresa. Y entonces pueden decidir que a esa empresa le interese patrocinar un barco. Pero ahora mismo no están llegando a las empresas personas con ese tipo de interés porque navega poca gente. Y eso nos parece mentira porque llegas a los puertos y están llenos de barcos, pero realmente navega muy poquita gente. Esto es algo que en Francia, por ejemplo, todos los niños de todos los colegios hacen dos años de vela escolar. Van a navegar un día a la semana durante dos años y no todos van a seguir navegando, habrá los que le guste y los que no, pero al menos lo han probado. Eso es la pirámide del deporte. Es que tampoco hay que inventar nada. —Es el incorporar el deporte como filosofía de vida. —Claro, lo bueno también de que cuando mucha gente navegue y se aficione a un deporte, le gusta y entienda un poco de ese deporte, pues al final lo incluya en otros aspectos de su vida. Y yo creo que eso es un poco lo que nos está fallando en España. Yo hablo con muchísimas empresas, no para buscar un patrocinio deportivo, pero sí para la Fundación Ecomar, que hacemos también programas relacionados con la vela. Y siempre me vienen a decir que la vela, al ser tan elitista, hay pocas personas. Y es una pena porque eso no es la realidad. Tú puedes hacer vela a partir de un presupuesto de 300 euros comprándote una tabla en el Decathlon y de ahí al cielo, porque no hay límite. Evidentemente que hay barcos que cuestan cientos de millones, pero esto es al más alto nivel de competición. Entonces, ahí en medio, pues cabemos casi todos. —Tenemos grandes referentes en vela, pero, ¿cuál es la fotografía a día de hoy? —Los deportes náuticos son los que han dado más medallas olímpicas a España. Desde siempre la vela había sido la primera y en París nos adelantó el piragüismo, con una medalla más ¿Cuál es esa fotografía, un año después de París? La fotografía, para mí, es un deporte donde tenemos a unos auténticos cracks que hacen el pino con las orejas para poder llegar a Juegos Olímpicos en condiciones de ganar una medalla, pero con muy poco sustento abajo. O sea, antes, incluso cuando yo empecé a navegar en 470, te ibas a un campeonato de España y había 80 o 100 barcos. Ahora, en un campeonato de España, yo creo que no llegan a 20. Y en 470 ni eso. Por un lado, es porque se ha profesionalizado mucho en el sentido de que ya todos quieren ir con barcos buenos, y si no, no van. Y le falta un poco la parte de los que van, que saben que no van a ganar, sino que lo hacen para hacer deporte y divertirse. Y yo creo que esto es necesario en todos los deportes. Hay mucho 420, pero cuando tieneN que dar el salto al 470, se pierde. —Para dar el salto tienes que ser muy bueno para optar al Plan ADO y a las becas. —Muchos deportistas me preguntan cómo lo pueden hacer. Pues mira, te tiene que ayudar tu club y te tienes que ayudar alguna marca o alguien sino es casi imposible. —Ya estamos casi en el inicio del segundo año del ciclo olímpico, vamos camino de los Juegos de Los Ángeles, ¿cuáles son las perspectivas? —Hay un buen equipo para llegar en condiciones a Los Ángeles. En 49er, Diego y Flo, en FX Paula y María acaban de ganar el Mundial, Jordi y Marta el Mundial y el Europeo. Con lo cual, eso ya son buenas noticias. Casi todos los que fueron a París están también repitiendo preparación. Pero los juniors, que son los que realmente hay que potenciar, yo personalmente casi no los conozco. Eso sí que me preocupa, porque si no alimentas lo que está abajo, va a llegar un día en el que se retiren Diego, Flo, Jordi, Silvia...o pasen a navegar en otro tipo de barcos, y no tengamos a gente detrás. —Y el riesgo que hay es que haya un trasvase más hacia por ejemplo a la vela oceánica que hacia la vela olímpica —En la vela oceánica te puedes ganar mejor la vida que en la vela olímpica y en Copa América te la puedes ganar mejor que en vela oceánica. Eso es así. Entonces, es un aliciente a veces decir, bueno, yo me meto en un equipo donde no tengo tanta responsabilidad yo solo, porque si navegas en 470 o en 49er, sois dos en el barco, y realmente es difícil montar un equipo, conseguir toda la financiación y estar a la altura cada año de poder renovar la beca y cumplir los objetivos. Es muy exigente. Y entonces, cuando te vas a vela oceánica o a Copa América, la exigencia a nivel de una sola persona es como de menos responsabilidad. Tienes una seguridad laboral más permanente. —La fotografía a nivel general ya la tenemos, ahora le pregunto a nivel femenino. —Las mujeres podemos navegar igual que los hombres. Hace 30 o 40 años, el que hubiese una mujer en una tripulación mixta o masculina era una cosa muy rara. De hecho, yo recuerdo cuando en el 90 llevé la caña del Inespal durante tres temporadas y ganábamos una regata, en vez de decir que el Inespal había ganado el Godó o la Copa del Rey, los titulares eran una mujer al mando de 11 hombres. Y decían que cuando un hombre va al mando de 11 mujeres no era igual. Yo misma me quedaba así como diciendo 'que hemos ganado la regata y no lo dicen'. Entonces el haber normalizado todo eso es fantástico. El Dorsia es un gran ejemplo de un barco femenino que ha sabido ir haciéndose un hueco y hablando con empresas que les interesa más el público femenino que el masculino. Pienso que esto es un camino por el que tienen que seguir otras chicas que quieran navegar y que quieran buscar cómo financiar sus campañas. —Hace poco se le preguntaba a Támara Echegoyen si se veía con fuerzas de liderar un equipo español de vela oceánica. —Sería fantástico que Támara se animase a liderar un proyecto de este estilo. Porque cuando te bajas de un barco de vela olímpica y tienes estos proyectos, lo que quieres es navegar. Luego puedes caer también, no voy a decir el error porque para mí no es un error, pero puedes caer un poco en la casuística de que lo que acabas es gestionando lo que has montado, que es lo que me pasa a mí en Ecomar. Yo monté un proyecto para disfrutar de estar limpiando playas, navegando con los niños. Y me come la gestión. Esto al final es algo que día a día no puedes tampoco desentenderte de ello. Y si Támara es capaz de hacer eso sería fantástico. Porque tenemos grandes regatistas, pero gestionar un equipo no solo es en el agua. —¿Qué le pediría a las autoridades para que haya esa posibilidad de tener un equipo? —Les pediría beneficios fiscales. Es verdad que hay muchos proyectos ya con beneficios fiscales, pero no sé hasta qué punto las empresas realmente lo acaban aprovechando. Porque hay muchas grandes empresas que ya están saturadas de beneficios fiscales. Al gobierno le pediría que nos ayudase a popularizar este deporte. Es un deporte tremendamente educativo, que te enseña muchísimas cosas independientemente de estar llevando un barco, cazando la escota y manejando el timón. Y vivimos en un país que realmente, yo no conozco ningún otro en el mundo, con las condiciones tan idóneas para navegar como es España. Entonces vamos a aprovecharlo porque un deporte bien gestionado es un generador de empleo y de riqueza muy importante. Y en la vela y en la náutica se dan esas condiciones. Entonces si nos ayudan a popularizar la vela van a llegar proyectos muy buenos. —¿Y el nivel de base para que haya una futura Theresa Zabell en unos cuantos años cual debería ser? —Si tenemos una base muy grande, saldrá gente buena. Es que es la ley natural. Si hay muy poquitos que navegan, puede salir gente buena como ha ido saliendo desde hace mucho tiempo. Pero es más por casualidad. Porque el porcentaje de gente buena en España, comparado con que navega es altísima. Si a lo mejor en España hay 10 que navegan en una clase y te vas a Francia y hay 100 o 200; y luego, curiosamente, los españoles estamos llegando más arriba que los que tienen más, no es lógico. Y eso es algo que no es la manera recomendable de hacerlo.

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