El «Marnatura» batió el récord del Carrumeiro Chico en el Trofeo Conde de Gondomar

10 horas 35 minutos y 16 segundos fue el tiempo empleado por el Volvo 70 Marnatura del Monte Real Club de Yates en completar la regata del Carrumeiro Chico, etapa reina del Trofeo Conde de Gondomar. Un tiempo que supuso recortar en más de una hora el registro de 11 horas 56 minutos y 57 segundos con el que, el 23 de julio del 2011, el Cenor & De Dietrich se hacía con el récord de la prueba. El Farr 50 del Real Club de Regatas de Galicia y Porto de Vilagarcía, con Martín Bermúdez de la Puente a la rueda, lograba ese día superar la marca del vasco Zorongo, que ostentaba el récord desde el 1992, con 12 horas 29 minutos y 34 segundos. Trece años después, en el cuadro de honor de la prueba estrella del Conde de Gondomar se inscribe un nuevo nombre, el del Marnatura, un Volvo 70 liderado por José Luis Freire y Luis Bugallo con una tripulación formada por regatistas de múltiples clubs de Galicia. Gente del náutico de Vigo, Canido, Punta Lagoa, Panxón y el Monte Real como Gerardo Prego, Alberto Basadre, Rodrigo Ojea, Fon Crespo, Jorge Lorenzo, Javier de la Gándara hijo, Alejandro Prego, Yago Blanco, Enrique Freire, Fernando Campos, Ricardo Frade, Andrés González de Cominges, Eduardo Freire, Manel Cunha y Marcos Casales, además del capitán del barco Johannes Schwarz. Tras salir de Bayona a las 11:05, no sin ciertas dificultades por la falta de viento, el Marnatura fue cogiendo ritmo conforme el viento aumentó su intensidad. Viró la mítica roca de Corcubión a las 18:25 , 7 horas y 20 minutos después de haber tomado la salida en la bahía de Baiona, y a partir de ahí empezó «a volar». A un ritmo de entre 18-20 nudos emprendió rumbo a la línea de llegada, que cruzó a las 21:40, invirtiendo un tiempo total de 10 horas 35 minutos y 16 segundos en completar la prueba. Momento histórico esa llegada a meta con felicitaciones por parte del comité de regata y del Monte Real como club organizador, con presencia en el agua del comodoro Ignacio Sánchez Otaegui, que quiso salir al agua para recibirlos y ser uno de los primeros en dar la enhorabuena a la tripulación.