Madrid suma ya 1.810 nuevas terrazas, un 34% más que antes de la pandemia

Las terrazas se han convertido durante la pandemia en uno de los principales salvavidas del sector de la hostelería. El crecimiento exponencial de las sillas y mesas en el paisaje urbano son una prueba inequívoca de ello, con Madrid como uno de los grandes ejemplos. La fisonomía de la capital ha cambiado en apenas cinco meses, con la instalación de 1.810 nuevos veladores, un 34 por ciento más que antes de la pandemia, incluso en la calzada. Este escenario, muy evidente en distritos como Centro, Salamanca, Retiro o Chamberí, ha provocado un conflicto con los vecinos de estos barrios, que lamentan el ruido, el descontrol de los espacios ocupados y la pérdida de decenas de plazas de aparcamiento. La desescalada marcó el inicio de la transformación de los bares y restaurantes, con una clara apuesta por los exteriores. La limitación de aforo en el interior de los locales, e incluso la prohibición recibir clientes durante las primeras semanas de la «nueva normalidad», se tradujo en un aluvión de solicitudes de establecimientos que carecían del permiso. Tanto es así, que el Ayuntamiento de la capital constituyó entonces una Comisión de Terrazas de Hostelería y Restauración para canalizar todas las peticiones. La radiografía actual es que todos los distritos, en mayor o menor medida, han visto incrementadas sus terrazas; Centro (318) y Chamberí (249) contrastan con Puente de Vallecas (9) y Usera (15) en la clasificación. Pasado este tiempo, sin embargo, todavía quedan miles de demandas sin tramitar. Fuentes del Área Delegada de Coordinación Territorial, Transparencia y Participación Ciudadana, encargada de la gestión, detallan a ABC que desde el 14 de mayo se han recibido un total de 4.047 súplicas para la instalación de mesas, de las que se han resuelto 2.641. De estas, a fecha de 29 de septiembre, 1.810 fueron favorables, que se han sumado progresivamente a las 5.322 que ya había en la ciudad antes del estallido de la crisis sanitaria. La autorización a nuevos locales incluyó la posibilidad de que, en caso de ser inviable por el tamaño de la acera, se le ganara espacio a la calzada y se ocuparan las bandas de estacionamiento del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER), tanto en zona verde –residentes– como azul –rotación–. La única excepción fue el distrito de Centro, habida cuenta de que carece de plazas de rotación. Si bien la cifra varía cada semana –los datos se actualizan los jueves–, actualmente existen 250 terrazas instaladas en la carretera. Así, esta inusual licencia ha generado un conflicto entre la actividad de los hosteleros y la vida de los vecinos, en una prueba más de la difícil convivencia entre ambos actores. Los barrios de Salamanca o Ponzano (Chamberí) son las zonas más afectadas. Conflicto con los vecinos La instalación de los cientos de veladores, asentados sobre plataformas en el asfalto, ha supuesto la pérdida de un total de 569 huecos de aparcamiento, según los datos del Área de Medio Ambiente y Movilidad. Desde la concejalía, no obstante, arguyen que el perjuicio no es tal, ya que se han repuesto 475 plazas verdes en zona azul, repintando las líneas. «Los residentes no han perdido ninguna, todas se han compensado», aseveran. El balance final es de 94 sitios menos de rotación, especialmente en Salamanca (19), Chamartín y Chamberí (26). Fuentes municipales insisten en que cualquier agravio a los residentes de estas zonas es una consecuencia de las medidas aprobadas para apoyar a la hostelería y favorecer su actividad económica, en el marco de la crisis por el Covid-19. «Son actuaciones carácter extraordinario y temporal (hasta diciembre)», indican. Terrazas en las bandas de aparcamiento - ISABEL PERMUY La fecha, precisamente, es una de las últimas peticiones del sector de la hostelería para afrontar la crisis, con la solicitud de que se autoricen la presencia de estufas para estar operativos en los meses más fríos. El Ayuntamiento, preguntado por esta cuestión, avanza que «estudiará» las reclamaciones de los empresarios en la próxima reunión de la comisión. Las asociaciones vecinales, en cambio, desconfían de que el 31 de diciembre sea el final y se quejan del «crecimiento incontrolado» de las terrazas. Pilar Rodríguez, de El Organillo de Chamberí, muestra su preocupación ante la posibilidad de que los permisos se extiendan. «Nadie invierte en un velador para quitarlo en un mes, entonces el ruido se multiplicará», denuncia en alusión a las nuevas estructuras en su barrio. Rodríguez comparte opinión con Alejandro Merino, de la Asociación de Vecinos Retiro Norte, respecto a al estacionamiento. «Dudamos de que la reposición de las plazas se haya hecho», declara Merino, aunque es partidario de que el Consistorio sea permisivo: «Preferimos que la calle sea para las personas antes que para los coches, es momento de arrimar el hombro, pero a los empresarios hay que pedirles un plus de responsabilidad en seguridad y distancias». En Centro no tienen el problema del aparcamiento, pero advierten de la permisividad. «No puede ser que la ocupación de la acera sea total y a costa del peatón», declara Saturnino Vera, representante de la Asociación Vecinal Las Cavas-La Latina.