Noticias

La ilusión del último «Niño»

0 26
Cuando la clase política asoma por una velada de boxeo, un deporte siempre controvertido, es que algo grande se está cociendo. A la tercera defensa del campeonato de Europa superwelter de Sergio García en el pabellón Vicente Trueba de Torrelavega acudió la plana mayor del Gobierno cántabro, encabezada por el presidente Miguel Ángel Revilla, que vivió en primera persona, junto a otros 3.500 aficionados, el contundente triunfo de su paisano ante el francés Fouad El Massoudi. Por ahí andaba también Kerman Lejárraga, el anterior niño bonito del pugilismo nacional, hoy fuera de foco tras sus dos derrotas ante el ruso David Avanesyan. Porque García, al que apodan igual que a su tocayo golfista, es ya la gran esperanza del boxeo español. Tal vez la única. Tras revalidar su cinturón continental presenta un récord inmaculado de 31 victorias en otros tantos combates (13 de ellos antes del límite), ha entrado en el «top ten» de su categoría y ha sido elegido por el Consejo Mundial de Boxeo (WBC) para disputar una eliminatoria oficial ante el estadounidense Erickson Lubin (con un récord de 22-1). De ganar ese pleito se convertiría en aspirante al título mundial, en posesión ahora mismo del también norteamericano Tony Harrison. Ahora que Europa parece quedársele pequeña, es hora de saltar el charco. «Me apetece mucho el reto», confiesa García en una conversación con ABC pocas horas después de su última pelea. «Estados Unidos es la meca del boxeo, aunque no me importa tanto el lugar como las condiciones, saber bien para qué voy allí». El entrenador Víctor Iglesias dirige con pies de plomo la carrera de García, sin forzar ni acelerar su proceso de aprendizaje. «Confío en él al cien por cien. A la vista está que ha acertado en todo», explica el campeón de Europa, que se ve ya en condiciones de pelear con las grandes estrellas de su categoría: Harrison, el mexicano Jaime Munguía, los hermanos Charlo... «Superwelter es tal vez uno de los pesos más competidos por la cantidad de boxeadores que hay en el límite de los 70 kilos. Pero no hay ningún rival que me imponga. Si no, no subiría a pelear contra ellos». Entre sus puntos fuertes destaca «la constancia, el trabajo diario y la resistencia». Su capacidad para imprimir un ritmo altísimo a los doce asaltos es prodigiosa. A eso habría que añadir la humildad, porque reconoce que tiene «una lista infinita» de cosas por pulir: «Sigo aprendiendo cada día y seguiré así hasta el día que me retire. Cuando piense que ya lo sé todo estaré tan equivocado que será el final de mi carrera». Su llegada al boxeo fue casual. En su familia no había precedentes. «Yo jugaba al fútbol, pero con 15 años me apunte a un gimnasio para boxear con algunos amiguetes. Por eso de hacer algún otro deporte. Se me fue dando bien y con 17 años debuté en amateur. Gané algunas peleas, pasé a profesional y hasta ahora». El cántabro asegura que tiene que dar las gracias a su gente por haberle permitido comenzar en un mundo con muy mala imagen: «Que en mi casa no me pusieran impedimento para boxear ya es mucho. Hoy en día los boxeadores no somos ni macarras ni porteros de discoteca. Somos deportistas y como tal se nos reconoce. Nos preparamos, nos cuidamos y llevamos un orden en nuestra vida». Si se le pregunta por un referente, tiene claro que no sería boxeador: «Me quedo con Rafa Nadal por su forma de ser, dentro y fuera del juego». Y se siente afortunado por poder vivir ahora de su deporte. «Llevo muchos años de profesional y hasta ahora siempre lo había tenido que compaginar. Al menos de reconocimiento no me puedo quejar, el apoyo que me da mi ciudad es impresionante».
Загрузка...

Comments

Комментарии для сайта Cackle
Загрузка...

More news:

Read on Sportsweek.org:

Otros deportes

Sponsored