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Los corsarios del dragón, Granada 2020

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Comenzamos la expedición el viernes 24 de enero a las 18:00 desde el Hortal, con destino Granada. Contaba dicha expedición con 60 marineros dispuestos a surcar los mares de Granada con el fin disputar 3 partidos de water-rugby.

Junto a los 60 marineros, en el puente de mando, viajaban tres comandantes, que podían ser tres grumetes (Chachi, Pedro y un servidor), pues esta tripulación navega con autonomía y manteniendo el rumbo.

La expedición estaba asistida por dos contramaestres, asistiendo en todo momento al grueso de la tripulación, dotándola así mismo de lo necesario para navegar. El contramaestre Jörg, con el aporte de documentación e información que diligentemente había trazado en los mapas de navegación Rocío (Peli). El contramaestre Fernando, no descuidando en ningún momento los avances de la expedición y ofreciendo en todo momento la logística necesaria para el buen desempeño de la misión, como motor fuera-borda auxiliar, muy necesario en caso de emergencia.

Llegamos a Granada aproximadamente a las 24:00, hora solar. Tras 30 minutos de paseo por tierra firme, llegamos a nuestro destino. Ocupamos cada uno nuestros camarotes a la 1:30 de la madrugada. Cada marinero, responsable de sus actos y sabiendo el trabajo del día siguiente, descansó desde esta hora hasta el toque de diana a las 7:30 a.m..

Después de un gran desayuno, viramos rumbo desde White Nest hacia el Campus Universitario, donde nos esperaba un mar en calma donde disputar tres partidos de water-rugby.

Tras una hora de navegación bajo una lluvia incesante, logramos arribar en la bahía del Campus. Sin apenas pisar tierra, pues aunque si la avistábamos el agua nos impedía alcanzarla. Por fin logramos ponernos a cubierto en la bodega-vestuario facilitado por el equipo anfitrión.

Dado que la incesante lluvia no remitía, comenzamos el calentamiento en el vestuario, consiguiendo hacer que nuestros cuerpos entraran en calor y produjéramos aún así unas gotitas, en este caso no de lluvia sino de sudor propio de cada cuerpo.

Saltamos al agua a las 10:55 y practicamos alguna jugada antes del pitido inicial. Con dudas de la configuración de los partidos : dos o tres tiempos, 20 o 30 minutos, uno o dos partidos. Todo eran dudas existenciales. Comenzamos a jugar con intención de ajustar según se desarrollase la mañana. En el kick off del partido, no se consiguió una patada de mas de un metro. Había que descubrir que el balón de rugby no bota en el agua. Era la experiencia que no teníamos y que ganamos en ese momento. Los cinco kick que tuvieron que hacer los granadinos después de nuestros respectivos ensayos, los realizaron a balón parado, como se hacía en los años 80.

Sonó el pitido del final del primer tiempo y los marineros corrieron a la bodega- vestuario como alma que lleva el diablo, con intención de seguir la contienda sobre y bajo el agua. Los marineros granadinos, decidieron ducharse con agua hirviendo y sin intención de volver a las aguas frías. En conversaciones con los comandantes del contrario, llegamos a la conclusión que solo era posible adelantar lo que sería el segundo partido de wáter-rugby, y jugarlo simultáneamente con el partido disputado por sub16. Para que fuera posible disputar este encuentro, cambiamos el mar con fondo de tierra y poseidónea natural, Lo cambiamos por otro mar no menos profundo, pero con fondo poseidónea artificial.

Los marineros de Sub 16, ocuparon el mar con fonde de poseidonea natural. Los hechos acontecidos los relata el contramaestre Fernando:

Acabado el primer partido del día era el turno de los mayores del viaje, un equipo Sub16 en los que se entremezclaban jugadores de primer y segundo año. El mal tiempo que nos acompañó durante toda la mañana, tuvo al equipo recluido en el vestuario como medida de precaución, realizando dentro del mismo el calentamiento previo y dejando solo la activación para realizar en el campo.

Últimas consignas por parte del entrenador antes del Kick-off inicial y comienza el partido. El juego desplegado en los primeros minutos se convirtió en la tónica general del encuentro, un equipo el granadino que nos superaba en tamaño, hacía sufrir de lo lindo a nuestra delantera.

Teniendo que ser más listos y rápidos que nunca en defensa para poder igualar las fuerzas en delantera, Blázquez sale de un ruck con el balón en la mano y tras buena carrera inauguramos el marcador 5-0.

Tras un “toma y daca” de ambos equipos, los locales empujan un maul hasta meternos en línea de marca posando el balón en ella y colocando las tablas en el marcador. Había que recuperarse del golpe y lo hicimos apenas pusimos el balón en juego, Joaquín juega un “amarillo” que tras varias patadas a seguir MiniJuan consigue el ensayo.

Estábamos jugando nuestros mejores minutos y fruto de ello los tres cuartos hilvanaron una gran jugada que finalizaron Roberto con ensayo y Pablo con transformación. 17-5 y nos vamos al descanso.

Les llegó la hora entonces a los congelados jugadores que esperaban su turno en el banquillo, salieron al campo a darlo todo y consiguieron una y otra vez para las embestidas del equipo local, que había salido con ganas de igualar la contienda. No fue así, y solo pudieron acercarse en el marcador para dejar un definitivo 17-10 final que hacía justicia a lo visto en el partido.

Una caliente y mas que merecida ducha ponía fin a la parte deportiva del viaje.

Simultáneamente comienza el segundo encuentro sub14:

Algunos marineros del primer encuentro, se ofrecieron voluntarios para apoyar este segundo encuentro de sub14. Tras no mas de 4 jugadas, pidieron la sustitución pues las branquias empezaban a aflorar detrás de sus orejas. Los miembros los tenían entumecidos por el baño tan extenso en las aguas heladas de Granada y fueron desfilando al vestuario-bodega, seguidos por cada uno por los cambios que se iban produciendo. Este partido, bronco como ningún otro, dirigido por un marinero mas grumete que capitán-arbitro, permitió demostrar a nuestros marineros la bravura que tienen los jugadores del XV Hortaleza. Ellos contaban con miembros de 2005 y 2004 en sus filas. Según la información del comandante-entrenador de Granada, eran los mas flojos de sub16. No tuvimos ocasión de medir la flojedad de estos polizones, manifestación de la cual nos quedan serias dudas.

Una vez duchados, secos y tras recuperar la carga térmica perdida por nuestros cuerpos, pasamos al consabido e imprescindible Tercer Tiempo. Hubo intercambio de agasajos, felicitaciones y abrazos. En el intercambio de presentes, el XV Hortaleza siempre atento a este momento, traía las Draco-bufandas para intercambiar con los capitanes de sendos equipos y una tercera que se entregó al organizador del evento. Ante la sorpresa granadina (no habían previsto este acto), un veterano tiró de sudadera propia e hizo su entrega a un servidor.

Tras despedidas, abrazos y reto a revancha, formamos el círculo tan útil para trasmitir, informar y recontar. A partir de ahí, comenzamos la marcha hacia nuestros camarotes. El círculo había crecido y de 60 miembros pude contar mas de 70. Eran amigos granadinos que habían conquistado nuestros cachorros. Comenzamos la vuelta, aún surcando el mar granaíno y, a las 15:30, cada individuo estaba seco y descansando en su morada.

El comandante Pedro, conocedor de la zona, trazó un plan de paseo-visita a la ciudad. Se dio opción de quedarse en la morada aquel que quisiera de sub16, optando por unanimidad por esta alternativa. Sub14 en pleno se puso en marcha a las 18:00. Ya en tierra, y dejando los mares y tormentas atrás, comenzamos a subir. A continuación seguimos subiendo y, después subimos un poco mas. Consumimos algunos megas de capacidad de nuestros móviles, fotografiando amigos, la Alhambra, y el sinfín de monumentos que encontrábamos a nuestro paso. Cuando ya no podíamos subir mas pués habíamos coronado la cumbre, nos encontramos a padres del combinado sub16, entre ellos Ñigo.

Por mi es conocido, que Ñigo es un gran investigador de cultura y gusta de visitar los lugares mas interesantes del lugar que visita, lo cual me indica, que el comandante Pedro también lo es. La ruta era de lo mas acertada.

Comenzamos el descenso. Igual que si descendiéramos del Anapurna, nos encontramos con una expedición de ojos rasgados con los que compartimos gran parte de este descenso. Dada la facilidad de este tramo, comparado con las tareas que el día nos había deparado, comenzaron las canciones. Se cantó “Me llamo Pingüin”, “Ea, Ea, EA, Ea” y “los pilieres bailan” entre otras. Esta última, terminó con todo el mundo baila y todo el mundo bailaba. Era tal el regocijo que no pude ver si dentro de este multitudinario baile, se habían sumado los de los ojos rasgados, pero no es de extrañar que así hubiera sido.
Ya en la parte mas baja de la ciudad, pero en tierra firme; el agua quedó atrás, pasamos por una tienda de chuches. Ante la gran demanda, permitimos que entraran al establecimiento de no mas de 30 m2.

Entraron los 35, se surtieron, pagaron y salieron con tal orden que el propietario, o mas bien padre del propietario, agasajó con un chapu-chups de regalo por el buen comportamiento. El premiado, que era el Último de la Fila, le compensó con una propina. Ante tal gesto, un servidor fue a agradecer al señor, autor de este acto. Me manifestó que era docente, Arquitecto de profesión y que sabía reconocer un grupo con una educación excelente. Esto, como podéis imaginar, a los comandantes nos enorgulleció como no puede ser de otra manera.

Fuimos de vuelta a la posada, para descansar los minutos previos a la cena buffet que nos esperaba. Las preguntas fueron ¿podemos comer lo que queramos?. Por supuesto, es buffet libre. Las manifestaciones de nuestros cachorros fueron;” se van a acordar de nosotros, nos comemos un buey cada uno”. Y así fue, pasaron una y otra vez por la cola del buffet, eso si, con el denostado orden que el fin de semana ha predominado en el comportamiento del grupo.

Volvemos a nuestros aposentos tras recoger el picnic del día siguiente y, tras algunos ajustes de habitaciones, un servidor no recuerda nada mas hasta las 7:00 del domingo. Desayunamos, recogemos las habitaciones, nos concentramos los 63 en el hall, y, que aburrimiento, nadie da ningún problema…. A nadie hay que llamarle la atención…. Nadie molesta a nadie…. Y comenzamos ruta con destino hacia el autobús. La hora prevista de llegada eran las 9:45 y esta vez si, nos retrasamos 4 minutos. Creo que es la nota mas negativa de este viaje.

Llegamos al centro Multiaventura a las 10:45. Esperamos pacientemente a las 11:00 que es cuando comenzaba nuestro pase. Cualquiera pensaría que el agotamiento, la fiebre de Adri, o el mareo de alguno haría que no tuvieran fuerzas de comenzar tal aventura. Pues no. La fiebre desapareció. ¿dónde estaban los mareos?. Las fuerzas resurgieron y nuestros marineros hicieron que que los monos, nuestros antecesores según Darwin, sintirían envidia de las habilidades de esta familia. No se si el parque era pequeño o grande, solo puedo compararlo con otro tres que he visitado anteriormente, pero si puedo decir que se nos hizo pequeño. Si se salía de un grupo de árboles y se buscaba otro mas grande, hasta el colofón de dos tirolinas de almenos 100 metros de longitud.

Ahora sí, cuando se agotó el parque y el tiempo disponible y después de comer el picnic que traíamos cada uno, recogemos la zona de tal modo que parecía que nadie había estado allí. Parecía zona virgen. Y embarcamos en el autobús.
Nos reunimos los comandantes y planteamos adquirir 3 regalos, uno para cada equipo que fuera el más votado por sus compañeros. Merecían un detalle por el comportamiento. Aunque pensamos que todos quedarían dormidos por el ajetreado fin de semana, pensamos entregar los presentes después de la parada técnica que seguro despertarían. Nos equivocamos de nuevo. El cansancio no afloraba en estos marineros-cachorros-primates-dragones. Tras la votación personalizada y la entrega de recuerdos a los mas votados, comenzaron a vibrar las canciones. Aunque con algo de falta de experiencia en los retos cancioniles de los terceros tiempos, pero si con esa intención, comenzó la pelea entre sub14 y sub16. Sub16, con mas mundología, interpretaban un cancionero latino bien entonado.

Los sub14 contestaban con un cancionero rubístico-hortalino bastande amplio. En este punto me refería anteriormente a la falta de experiencia. No esperaban a que unos terminaran una canción para que los otros comenzaran la suya. Sonaban ambas al unísono creando un nuevo sonido rug-latino.

Gran viaje, gran experiencia y gran satisfacción la nuestra (entrenadores), de tener la oportunidad de estar junto a un grupo tan impresionante. Seguro que todos serán participes de innumerables conquistas de trofeos a nivel deportivo pero también a nivel personal.

Gracias por todo y a todos. Aupa XV.

Elias.

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