“Nunca me hizo una pregunta personal”

En su autobiografía Straight Eight, Kieran Read escribió algo que nadie hubiese imaginado con respecto a su vínculo con Richie McCaw.

Básicamente contó que a pesar de las incontables horas que pasaron entrenando y viajando juntos, eran extraños fuera del mundo del rugby. “Fue la relación profesional definitiva, una amistad en el lugar de trabajo. Pienso en la primera vez que compartimos habitación, en Sydney con los Crusaders en mi primer año con el equipo, y nunca me hizo una pregunta personal sobre mi vida, mi familia, intereses, cualquier cosa fuera del equipo.

“No era que fuera grosero; esa información era simplemente superflua para él. No la necesitaba en su cabeza cuando tenía otras cosas en que pensar”.

“Estuvimos de gira con los All Blacks y los Crusaders durante nueve años, jugamos juntos en innumerables partidos, tomamos cafés interminables juntos y jugamos un millón de juegos de cartas, pero fuera del equipo nuestra relación era en gran parte inexistente. Lo respetaba intensamente.

La determinación de McCaw también se extendió a sus sesiones de entrenamiento donde Read describió a McCaw como “una máquina”. Los dos hombres de negro compartieron rutinas de entrenamiento similares, ambos en la tercera línea, y Read a menudo pudo ver en primera persona la fuerza mental y física de McCaw.

Kieran Read demuestra al hablar su plena admiración hacia Richie McCaw pero asegura que fuera del ámbito rugbístico no tenían vínculos de amistad.

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