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El Metro de Gran Vía reabrirá en julio de 2021, después de tres años de obras

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Tras años de obras y de retraso sobre el plazo inicialmente previsto, en ocho meses Metro volverá a abrir la estación de Gran Vía. Remodelada, modernizada, y con un pasillo peatonal que la unirá subterráneamente con la estación de Cercanías de Sol. El antiguo proyecto que puso en marcha Cristina Cifuentes en 2017 y que comenzó a construirse en agosto de 2018, con Ángel Garrido como presidente regional madrileño, lo terminará él mismo pero ahora como consejero de Transportes y presidente de Metro, tres años despué del inicio de los trabajos. La remodelación de la estación encara ya su recta final, explicaba el propio consejero, tras el acto de instalación de la enorme escalera mecánica. Una operación que se hizo a cielo abierto, aprovechando que la losa del suelo en ese punto se había dejado levantada en su totalidad para poder meter entera esta infraestructura. Ahora, se procederá a su cierre, dejando sólo los huecos para ascensores y para la reproducción del templete de Antonio Palacios que rematará la entrada. El presupuesto de la obra ronda los 10,5 millones de euros, y en ella, además de la conexión peatonal y subterránea con Sol, se incluye también añadir seis tramos de escaleras mecánicas e instalar cuatro nuevos ascensores que conectarán el vestíbulo de la estación con los distintos andenes de las líneas 1 y 5 y con el pasillo de conexión con Cercanías, además de con la calle. Las zonas de vestíbulo duplicarán su espacio actual. Llegan las complicaciones La historia de esta iniciativa es una sucesión de complicaciones. Ya le advertían a la presidenta Cifuentes en su día que la operación resultaría técnicamente muy complicada.Ella, no obstante, no renunció a ponerla en marcha y en octubre de 2017 anunciaba el concurso para las obras de modernización y ampliación de la estación de Metro de Gran Vía, que incluía un pasillo peatonal bajo la calle Montera que conectara con Cercanías de Sol. Los proyectos se redactaron y las obras comenzaron a mediados de agosto de 2018, con intención de finalizar en abril de 2019. Pero no contaron con los imponderables, que en este caso llegaron en forma de hallazgos arqueológicos nada más comenzar los primeros movimientos. Éstos, unidos a errores de gestión y planificación de la Dirección General de Infraestructuras durante la legislatura pasada, dieron pie a un retraso que se ha ido acumulando. En efecto, nada más adentrarse con la maquinaria en los túneles, abriendo el suelo en la Red de San Luis para llegar a las «tripas» de la instalación, se descubrieron restos del pozo por el que bajaba el primitivo ascensor de la estación de Gran Vía. La Dirección General de Patrimonio pidió entonces ralentizar las obras para valorar y proteger los hallazgos, lo que implicó replantearse cómo ejecutar lo proyectado. Boca de Metro de Gran Vía, cerrada por obras - JOSÉ RAMÓN LADRA Los equipos técnicos encargados de los trabajos alertaron entonces de lo peligroso de mantener las obras en espera con el suelo abierto y expuesto a la climatología. Avisaron en un informe del peligro en caso de lluvias copiosas, ya que la filtración de agua podría conducir a colapsos de los rellenos sobre los que se apoyaban parte de las estructuras subterráneas. Hubo que cambiar el método de trabajo, y eso retrasó el final de las obras. Y también fue localizado, durante la actuación en el subterráneo, un panel cerámico decorativo de azulejería de Manises, de tonos dorados y verdes, que enmarca un antiguo escudo municipal en relieve del mismo material. Superados todos estos imprevistos, faltan aún algunos meses de intensa labor, para acabar no sólo con la obra bajo tierra sino también para la que queda pendiente en la superficie: la recuperación de una reproducción exacta del templete de Antonio Palacios, que servía de entrada a la estación a comienzos del siglo pasado. Réplica del templete El templete original, una vez eliminado de la Gran Vía, fue enviado por el Ayuntamiento madrileño a la localidad de origen de su autor, Porriño. Y allí continúa, para orgullo de sus vecinos, que no han querido desprenderse de ella para que vuelva a Madrid. Es por ello que Metro decidió realizar una réplica exacta del templete que hace ya cien años levantó Palacios. Según los datos de Metro, las obras están ya en ejecución y está previsto que finalicen en julio de 2021. Para el próximo verano, el templete estaría ya en la antigua Red de San Luis, con un aspecto muy similar al que tuvo en su día, aunque incorporando novedades. La instalación se colocará donde estuvo el anterior: en el amplio cruce entre las calles Montera y Gran Vía. En su día, Antonio Palacios la proyectó con un fin eminentemente práctico: era el punto de acceso de la estación de Gran Vía, que se situaba 20 metros por debajo del nivel de la superficie. Desde allí, se podía utilizar el ascensor –abonando una cantidad de 5 céntimos– o, si no, existía la opción de bajar gratis por las escaleras.
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