El tráfico del AVE no remonta y condiciona la llegada del «low cost»

Renfe afronta la llegada de competidores en el mercado de la alta velocidad inmersa en una de las mayores crisis de su historia. La demanda de los servicios comerciales se derrumbó con el estado de alarma y, tras un ligero repunte en mayo y junio, se estancó en verano. Según las cifras a las que ha tenido acceso este periódico, a finales de agosto la demanda se mantenía por debajo del 30% en comparación con el mismo mes del año pasado. Y la ocupación, medida como aprovechamiento por el operador, ha rondado el 50% de media en verano. Estas cifras, a las que ha tenido acceso este periódico, fueron expuestas en el el último consejo de administración del operador ferroviario. El otoño se espera todavía más negativo para el transporte ferroviario. La compañía destaca el entorno de «incertidumbre» que rodea al mercado de la alta velocidad, que también se vera afectado por las nuevas restricciones que prepara el Gobierno a la movilidad. Desde distintos puntos de la geografía española se ha reclamado en las últimas semanas a Renfe que incremente sus servicios comerciales para atender la demanda. Pero el presidente de la compañía pública ha optado por el momento por mantener la cautela, consciente de que el tráfico del operador ferroviario está todavía lejos de recuperarse. Las cifras de pasajeros de los últimos meses parecen haberle dado la razón. En este contexto se antoja complicado poner una fecha a la llegada del tren de bajo coste de la compañía pública, Avlo. Renfe ya tuvo que suspender su puesta en marcha, prevista inicialmente para la Semana Santa de este año, por el estallido de la pandemia. Ahora la compañía maneja como nuevo horizonte finales de año, pero los rebrotes amenazan este plazo. El nuevo servicio necesita un 85% de ocupación para que no sea deficitario, unos niveles que hoy por hoy se antojan complicados. Si bien se trata de un producto distinto y más caro, el AVE contaba con un aprovechamiento de poco más del 60% a finales de agosto. Y a la atonía de la demanda -que trasciende al tren y afecta a todos los medios de transporte- se añade la posibilidad de que el Gobierno imponga de nuevo restricciones a los viajes en tren. La intención de Renfe era probar su AVE de bajo coste antes de la llegada de la competencia a España. El mercado se liberalizará el próximo 15 de diciembre, pero no será hasta el 15 de marzo cuando se romperá en la práctica el monopolio de la compañía pública. Ese día echará a andar en España Ouigo, el servicio «low cost» de la SNCF. Al igual que Renfe, la compañía estatal francesa ha tenido que retrasar el lanzamiento de este producto, pero ahora ve en marzo un plazo inamovible. Ya ha lanzado un órdago a su futuro competidor, asegurando que sus billetes siempre serán más baratos que los de Renfe. El servicio de Cercanías, que a diferencia del resto es considerada una obligación de servicio público (osp), arroja una instantánea más positiva. Las frecuencias no se han reducido tanto como en otros servicios y el aprovechamiento se mantuvo muy por encima del 50% en verano.