La vez que un concierto de Iron Maiden estuvo en riesgo por culpa de una bola de golf
Ante la reciente noticia del retiro del mítico baterista Nicko McBrain, de Iron Maiden, anunciada este sábado 7 de diciembre, es inevitable recordar cómo la afición del músico por el golf estuvo a punto de arruinar el sueño de miles de sus seguidores ticos y centroamericanos.
La mañana del 26 de febrero del 2008, en las inmediaciones de Tibás, se vivía una locura. El estadio Ricardo Saprissa albergaría uno de los espectáculos más esperados en la historia musical de Costa Rica.
Por primera vez, Iron Maiden se presentaría en nuestro país, cumpliendo algo que hasta ese momento parecía una utopía para la fanaticada metalera. Tanto así que cientos de fans viajaron desde otros países de Centroamérica para ser parte de un concierto que habían esperado por décadas.
Mientras miles de personas hacían fila bajo el sol y gritaban frente a las cámaras de los medios de comunicación con algarabía, McBrain tragaba grueso.
Todo comenzó cuando la banda decidió ir a jugar golf previo a su concierto... y algo salió mal. Es difícil de imaginar, dado el diminuto tamaño de una bola de golf y la inmensidad de espacio que rodea a los jugadores en ese deporte, pero alguien se las arregló para golpear la bola con tal precisión (o impresición) como para impactar al baterista, justo en la muñeca izquierda.
Iron Maiden se despide de uno de sus integrantes más queridos
“Comenzamos a jugar y la pelota de golf me golpeó en la muñeca. En menos de dos minutos se me hinchó y se puso morado, pero mi mayor preocupación, y en lo que pensaba, era: ‘Dios mío, no quiero quedar fuera del show esta noche’”, reveló posteriormente el baterista en el documental Iron Maiden: Flight 666, el cual resumió aquella épica gira, incluyendo lo vivido en Costa Rica.
Mientras revisaban la lesión, el músico decía: “Soy un soldado herido en batalla”.
“Se va a hinchar un poco más y me dijeron que iba a tomar un par de días doliendo. Ven, chicos y chicas, lo que una pelota de golf puede hacerte”, repetía.
Finalmente, el baterista pudo dar el concierto con su mano hinchada y un moretón: “Gracias a Dios que no fue un centímetro más abajo, porque si no, estaríamos en problemas”.
Ese espectáculo de Iron Maiden fue tan memorable que la banda regresó al país un año después, en 2009. En el 2016 completaría su tercera parada en suelo tico.