Athenea desata a España y la lleva a las semifinales de la Eurocopa
Una liberación. Eso fue lo que sintió España cuando marcó Athenea del Castillo. Era cuestión de tiempo que llegara el gol, pero no llegaba. Y cuando acertó Athenea con la portería la rabia contenida de las jugadoras españolas se desató con intensidad en la celebración.
Rabia porque España había dominado el partido de principio a fin, con una superioridad abrumadora en la posesión. Pero la pelota se resistió a entrar. A los nueve minutos las campeonas del mundo ya habían fallado un penalti. Mariona fue atropellada en el área después de soltar la pelota y ella misma fue a los once metros. Lo lanzó con tranquilidad, pero sin acierto. La pelota fue lentamente alejándose del poste que la portera suiza se había lanzado a defender.
Ese penalti que podía haber marcado el comienzo de un camino tranquilo para España. Pero falló Mariona, que no se repuso en todo el partido, y a la selección de Montse Tomé, a pesar de tener el juego controlado, pareció devorarla la ansiedad.
Especialmente con el paso de los minutos, cuando los remates de las españolas comenzaron a estrellarse con los postes. Acababa la primera parte cuando un cabezazo de Irene Paredes se fue a estrellar contra el palo. La primera mitad acababa casi igual que empezaba, con una clara oportunidad perdida por España.
La desesperación aumentó en la segunda parte cuando un cabezazo de Patri Guijarro fue devuelto al área por el poste y el remate de Esther después de varios rebotes fue a chocar contra la otra madera.
No había manera. A Suiza le bastaba con aguantar y esperar que un contraataque cambiara su destino. Pilgrim tuvo la oportunidad más clara en una contra nada más entrar en el campo, pero Cata Coll, que debutaba en el torneo, estuvo atenta para despejar.
No era, además, el mejor día de Aitana ni de Alexia, pero Patri Guijarro contagió su intensidad a las compañeras. La mediocentro es la que se encarga de empujar a sus compañeras hacia arriba. Su pelea para robar le permitió a España recuperar la pelota cerca del área de las suizas, con menos metros para recorrer y menos riesgos para la portería española. En una de esas vio a Aitana en el borde del área. La dos veces Balón de Oro estaba de espaldas a la portería y sujetada por una defensa suiza, pero Aitana es capaz de ver también lo que pasa por detrás. Allí vio a Athenea y le regaló una pelota de tacón que la extremo del Real Madrid convirtió en el primero de España. De repente España se sentía ligera, sin peso de los balones que no entraban ni el de la historia, ese que decía que nunca había superado una eliminatoria en una Eurocopa y que nunca había alcanzado unas semifinales en el torneo continental. Aunque eso sea una verdad a medias, porque ya lo hizo en el 97 cuando la Eurocopa era un torneo incipiente que ni siquiera recibía ese nombre.
Otro balón robado por Patri Guijarro fue el origen del segundo de España. Peleó con Walti, la capitana suiza, que dimitió de la lucha. Esta vez Patri entregó la pelota a Claudia Pina, que recordó los entrenamientos de su niñez, cuando ensayaba el disparo en la terraza de casa y mandó la pelota a la escuadra contraria.
Athenea y Vicky López habían cambiado la cara de España en la segunda mitad, la habían convertido en un equipo más ágil sostenido por Patri Guijarro desde atrás. Pero quedaba tiempo para más, para que a Athenea le hicieran un penalti que esta vez falló Alexia. Acabó como empezó el partido, pero en medio España había conseguido colarse en las semifinales de la Eurocopa.