El Rayo sueña con Europa

Ajustada victoria del Rayo Vallecano con un autogol de Leandro Cabrera, que asienta a los madrileños en la zona europea y deja a tiro de piedra la Champions League, algo impensable para un equipo que el año pasado jugaba en Segunda división. El Espanyol, en cambio, sigue estrellándose fuera de casa y suma una nueva derrota que rompe la progresión de las últimas jornadas. Se resintió el equipo catalán del mal partido que realizó Raúl de Tomas. La estrella perica solo dispuso de una ocasión clara que no se concretó. Reeditaban los dos equipos un duelo vivido el año pasado aunque en esta ocasión como equipo asentados en la Liga Santander tras el ascenso vivido el pasado verano. Apostaba Vicente Moreno por el mismo once que ganó a la Real Sociedad con la intención de lograr la primera victoria lejos de Cornellá, mientras que Andoni Iraola recuperaba a Trejo en el centro del campo. El objetivo de ambos era el mismo. Un triunfo que les permitiese soñar con jugar en Europa la próxima temporada y un plus añadido para los pericos a los que una victoria les permitía igualar a puntos al Barcelona en la clasificación liguera. Al final fueron los locales los que lograron el objetivo. Espeluznante choque de cabezas entre Yangel Herrera y Darder en un intento de tocar un balón aéreo (min. 11). Con los dos blanquiazules tendidos en el terreno de juego, Munuera Montero se dio cuenta enseguida de la posible gravedad de la jugada y pidió la entrada de los médicos. Aunque se barajó la posibilidad de un cambio, Darder aseguró estar bien y pidió seguir, aunque antes le tuvieron que grapar la herida en la banda. Cinco minutos en los que el Espanyol jugó con inferioridad numérica y el Rayo aprovechó para volcarse sobre el área de Diego López, pero sin consecuencias. Regresó el centrocampista con un aparatoso vendaje. Intercambio de golpes mediada la primera parte en el que la ocasión más clara estuvo en un remate de cabeza de Raúl de Tomás (min. 24). El delantero regresó con ganas a la que fuera su casa hace unos años y pico un buen centro de Aleix Vidal que exigió lo máximo de Dimitrievski, que atinó a despejar tras una buena estirada. Se estiraba el Espanyol y sometía al Rayo, que se veía sorprendido por la intensidad perica, que basaba su juego en la velocidad por las bandas. Dio la respuesta Trejo tras hilvanar una buena jugada que no acertó a concretar tras robar él mismo el balón en el centro del campo. Mucho más clara fue la ocasión que tuvo el centrocampista argentino (min.32) cuando remató alto desde el punto de penalti un centro que se paseaba a media altura por el área. Estaba siendo un partido divertido aunque faltaban los goles. Y no era por escasez de ocasiones sino por falta de puntería o acierto de los porteros. Se sacudió el Rayo la presión blanquiazul en los últimos minutos de la primera parte, aunque sin consecuencias en el marcador a pesar de la gran ocasión de Isi Palazón en la prolongación. El murciano controló muy bien dentro del área pero su disparo se fue muy cruzado y lamiendo el palo largo de Diego López. La segunda parte comenzó sin cambios y con el Rayo poniéndole una marcha más al partido. Y a los diez minutos, ese dominio se tradujo en gol, aunque tuviera que ser en propia portería. La zaga perica no acierta a despejar bien un balón que le acaba cayendo a Álvaro en el carril izquierdo. El de Utrera amaga dos veces antes de apurar hasta la línea de fondo y lanzar un pase de la muerte que acierta a vislumbrar Cabrera, con tan mala suerte para el defensor uruguayo que al meter la pierna desvía el balón hacia su portería sin que Diego López pueda evitar el tanto. Dio alas el gol a los madrileños, que dejaron al Espanyol medio grogui. Y tuvieron cinco minutos de gran agitación en los que pudieron sentenciar el partido. Trató Moreno de pausar el choque dando entrada a Calero y a Loren Morón. La tónica fue la misma y el Rayo podría haber aumentado su ventaja si Munuera Montero hubiera concedido penalti tras un empujón de Darder a Unai López cuando éste último pisaba el área. La ilusión instalada en Vallecas explotó en forma de aplausos cuando Falcao entró al campo sustituyendo a Guardiola. Pero el estadio (8.679 espectadores) enmudeció cuando Puado se sacó de la chistera un disparo seco (min. 76) que desbarata de forma extraña Dimitrievski. El balón queda suelto dentro del área y cuando Loren está a punto de empujar el balón dentro de la portería con la cabeza, aparece Catena para despejar in-extemis. A partir de ahí el Rayo se arrugó y el Espanyol fue a por todas, llegando con claridad y rozando el empate. Acoso y derribo de los catalanes en el tramo final que se topaban continuamente con Dimitrievski y pagaban la mala puntería de sus atacantes. Alargaba seis minutos y medio el árbitro por el tiempo perdido, que solo dieron para que Cabrera y Nteka se las tuvieran tiesas en un par de jugadas y para que Fran Mérida, que estaba en el banquillo, fuera expulsado por un conato de tangana tras una fuerte entrada de Valentín sobre Melamed.