Jovic se reivindica ante la lesión de Benzema

El Real Madrid aumentó su diferencia al mando del fútbol español y la única asignatura pendiente que le queda al club y a su entrenador es si la explotación de su pasillo de seguridad, formado por Courtois, Militao, Alaba, Modric, Kroos, Benzema, Vinicius, y Casemiro, aguantará con este ritmo diez meses. Los jóvenes como Militao y Vini Jr. pueden soportarlo todo. El dilema lo forman los veteranos. Benzema dijo basta en San Sebastián. Es una advertencia. Luka Jovic, que dio un gol y anotó el segundo, tomó el relevo para endulzar la mala noticia de la baja del francés con su primer tanto de la temporada, su primera asistencia y una inyección de moral que necesitaba antes de verse inmerso en el mercado de invierno. Afectado por su situación, dolido por su suplencia, débil psicológicamente, el ariete serbio aprovechó muy bien la baja del artillero de la Liga para abrir su cuenta particular tras sumar únicamente 181 minutos esta temporada, repartidos en nueve duelos. Con esas urgencias de pocos minutos en cada partido es difícil rendir, aunque para recibir oportunidades hay que ganárselas. Anoche pudo disputar por fin casi un encuentro completo. Jugó 75 minutos, tras la lesión de Benzema al cuarto de hora, y fue decisivo después de un primer tiempo en el que tocó cuatro balones y, como solía suceder, hacía gestos negativos, falto de fe en sí mismo. Hasta que apareció dentro del área y dio en bandeja a Vinicius el primer gol del encuentro. Sin descanso, el serbio cabeceó en el área pequeña el siguiente ataque madridista, en una acción típica de nueve clásico, y firmó su primera diana del curso. Benzema, ni Inter ni derbi Veremos si Jovic continúa en el Real Madrid en enero. Tiene ofertas. Para recuperarle anímicamente necesita partidos, minutos. La dolencia de Benzema marcará ese camino. El francés, artillero de la Liga, es el quinto jugador con más minutos en la plantilla del líder, superado por Courtois, Militao, Alaba y Vinicius. Su cuerpo se resintió en San Sebastián. Había sumado 1.675, los últimos quince en Anoeta, cuando se arrodilló en el césped y pidió el cambio, una metáfora de genuflexión ante tanto exceso de partidos. Los futbolistas de la Real Sociedad acudieron a consolarle. Su cara lo decía todo. Ancelotti le preguntó qué le sucedía. Sin detenerse, preocupado por el alcance de su dolencia, se señaló los isquiotibiales y la parte de atrás de la rodilla izquierda. Hoy se someterá a pruebas médicas, pero es baja segura ante el Inter y si la resonancia confirma su lesión isquiotibial tampoco se medirá al Atlético. Ancelotti ha hecho muchas cosas bien y la falta de reparto de esfuerzos en su equipo es la cuestión más crítica de una gestión que el liderato, holgado, reafirma.