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¡Qué tarde la de aquel día!

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La gesta del Bernabéu; una lesión, un debutante, el verdugo y una parada en la Sierra

El 12 de septiembre de 1993 el Real Valladolid logró la que es hasta la fecha su victoria más holgada en el Santiago Bernabéu en Liga (1-3). Un triunfo atípico no solo por su magnitud, sino por las casualidades y situaciones; algunas amargas, otras jubilosas, que se dieron antes, durante y después del que, por aquel entonces, fuera el segundo de los tres triunfos que el Real Valladolid ha conseguido en el coliseo blanco (el anterior se produjo en la 1953-1954).

El Pucela había regresado a Primera División al término del curso anterior de la mano del hispano-argentino Felipe Mesones. El ascenso de Palamós devolvió al Real Valladolid a la máxima categoría del fútbol español, en la cual debutaría una semana antes de esta cita con una derrota en Zorrilla ante el Sporting de Gijón (0-1).

El Real Madrid de Benito Floro no parecía el rival más propicio para obtener los primeros puntos del campeonato. Menos aún en su casa y después de arrancar el campeonato con una contundente victoria en el campo del Osasuna (1-4). Buyo, Hierro, Martín Vázquez, Prosinecki, Butragueño, Michel, Zamorano o Alfonso eran sus principales espadas, mientras que el Real Valladolid contaba con un plantel joven, con muchos debutantes en la categoría, como Ramón, Rubén Baraja, Torres Gómez, Amavisca o Chuchi Macón.

“Teníamos solo dos o tres jugadores que habían jugado en Primera. El equipo estaba en una crisis económica importante y aquel año marcamos muy pocos goles (28). Yo anoté la mitad de ellos en la que fue mi mejor temporada en Primera. Nos salvamos en la promoción contra el Toledo. Fue en realidad un año complicado, pero la alegría de aquella victoria en el Bernabéu fue inmensa”, recuerda Alberto López Moreno, apodado como el “Verdugo del Real Madrid” por la crónica televisiva de este envite hallada en YouTube. Los dos goles que marcó antes y después del tiempo de asueto bien le valieron el alias.

Junto a él, otros doce jugadores pisarían el césped del Bernabéu para protagonizar aquella heroica tarde de septiembre…

Lozano; Carreras (Txelis, min. 55), Ramón, Najdosky, Iván Rocha, Cuaresma; Torres Gómez (Chuchi Macón, min. 18), Correa, Javi Gracia, Castillo; y Alberto.

Mientras, el Real Madrid jugaría con Buyo; Vítor, Alkorta, Sanchis, Lasa; Michel, Hierro, Prosinecki, Martín Vázquez; Butragueño y Zamorano. Alfonso y Dubovsky entrarían pasados diez minutos del segundo tiempo y cuando ya campeaba un 0-3 en el marcador.

Parapeto y lesión de Torres Gómez
Antes, el Real Valladolid se “parapetó” en un 5-4-1. Una tela de araña que descompuso al cuadro merengue y a pesar de que, en el minuto 18 de partido, Javier Torres Gómez, que provenía de la cantera blanca y jugaba su primer partido en el Bernabéu y el segundo de su carrera en Primera División, se rompiese el ligamento de la rodilla en su persecución a Emilio Butragueño. “Se me quedó enganchada la rodilla y me tuvieron que operar por segunda vez. Estuve siete meses sin jugar”, relata sin darle mayor importancia Torres Gómez casi 26 años más tarde.

Vio el resto del partido en el banquillo y se quedó atónito ante lo que aconteció después, algo que, para él, endulzaría levemente aquella tarde de septiembre. “Me volví con un sabor agridulce”, agrega.

A Torres Gómez le supliría Chuchi Macón, quien, con 18 años, debutaba en Primera División. “Lo había hecho ya en segunda con José Luis Saso cuando estuvo de interino. Mesones me devolvió al juvenil, pero al año siguiente ya hice la pretemporada con el primer equipo. En el primer partido no fui convocado, pero al segundo sí. A nadie le gusta sustituir a un compañero lesionado, pero fue una experiencia inolvidable que recuerdo que afronté con muchos nervios. Me impactó el estadio. Al final del partido estaba más cansado que nunca, se conoce que del estrés y la tensión. Eso sí, con una alegría enorme. Fue una pasada”, rememora Macón.

Ventaja antes del descanso
El centrocampista vallisoletano fue desde el principio descarado y, al poco de saltar al campo, dio un pase en profundidad a Alberto que el delantero envió alto en el que fue el primer aviso blanquivioleta a un Real Madrid que había rondado el tanto inicial, pero que tenía la pólvora húmeda. Escasos minutos más tarde, al filo de la media hora, Alberto golpeó de primeras y en el primer palo un centro de Castillo desde el costado izquierdo del área. 0-1.

Un parcial con el que ambos equipos se dirigieron a la bocana de vestuarios y que desató una pitada secundada por buena parte de los 90.000 espectadores congregados en el Santiago Bernabéu. Una vez de vuelta sobre el verde, el Real Valladolid siguió pescando en río revuelto y Alberto, de nuevo, y Cuaresma después (fue el único gol de su carrera), a pase filtrado por el otro goleador, pusieron un momentáneo 0-3 cuando no se habían sobrepasado diez minutos del segundo acto y con unos sesenta segundos de diferencia entre uno y otro.

Benito Floro respondió dando entrada a Dubovsky y Alfonso. Este último maquillaría el resultado de jugada individual a quince minutos del final y antes de que el defensor macedonio del Real Valladolid Najdosky fuese expulsado en el minuto 84 (no en el 23 como algunas bases de datos recogen).

Sufrimiento final y victoria
“Acabé el partido de central”, puntualiza Alberto. “Ellos tienen varias ocasiones y hay una en la que despejo un balón que iba dentro tras una salida fallida de Lozano… Hice de todo en aquel partido”, bromea al tiempo que preludia detalles de la celebración de vuelta a Valladolid con el partido ya acabado y sin movimiento alguno en marcador tras la tarjeta roja a Najdosky.

“Teníamos mucha felicidad. No nos lo creíamos. Fue una pena lo de Javi Torres Gómez. Venía al lado mía en el autobús con la pierna en alto y estaba bastante fastidiado. A la vuelta paramos en una cafetería de la Sierra para celebrarlo tomando unas Coca-cola. Queríamos ver el resumen del partido, así que sobre las nueve y media estábamos todos muy contentos y expectantes delante de aquel televisor…”, añade.

El Real Valladolid sacó un tesoro con su modesta apuesta: parapeto, recuperación del balón, pases al hueco, forcejeo y escape de Alberto, goles. Con sus limitaciones, tuvo fe, orden y buen trazo”.

Claves del histórico resultado obtenido por un recién ascendido en el Santiago Bernabéu recogidas en la reseña del día siguiente de un periódico de tirada nacional. Puede que también consignas válidas para Sergio González y sus jugadores, quienes intentarán mañana cumplir con el componente cíclico que se dice tiene la historia y conseguir un triunfo en el Bernabéu casi 20 años después del último (1999-2000).

Hay que estar ‘juntitos’ y aprovechar las ocasiones. Ellos tuvieron muchas, pero Lozano y la defensa estuvieron muy bien”, recomienda Alberto López.

“Ellos no estuvieron muy acertados y nosotros lo bordamos a la contra”, resume para concluir Chuchi Macón, quien como Alberto, Torres Gómez, Cuaresma, el resto de los integrantes de aquella plantilla y los miles de aficionados blanquivioleta que la disfrutaron, jamás olvidará

La tarde de aquel 12 de septiembre de 1993.

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