El presidente del COI critica la presión de la entrenadora sobre la patinadora Valieva
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Lejos de apagarse, se aviva la polémica sobre la patinadora rusa Kamila Valieva tras su desastrosa actuación en la final individual de patinaje artístico sobre hielo de Pekín 2022, celebrada el jueves por la noche en el Estadio Cubierto de la Capital. Con solo 15 años, la nueva niña prodigio del patinaje ruso sucumbió a la presión de la última semana por su positivo en una prueba antidopaje de diciembre y se cayó varias veces mientras intentaba sus célebres y dificilísimos saltos cuádruples. De la primera posición en la prueba clasificatoria pasó a la cuarta en la final y se quedó fuera del podio, abandonando la pista entre lágrimas.
En lugar de consolarla, su entrenadora, la controvertida Eteri Tutberidze, le reprochó su actuación y le pidió explicaciones ante las cámaras mientras esperaba la puntuación de los jueces. «¿Por qué lo has dejado ir? Explícame, ¿por qué? ¿Por qué dejaste de luchar completamente? En algún momento después del Axel lo abandonaste», le espetó Tutberidze mientras la adolescente lloraba desconsolada.
Unas imágenes que, junto a sus caídas en la pista, han «perturbado» al propio presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach. «Cuando vi cómo la recibía después su entorno más cercano, fue escalofriante. En lugar de darle consuelo, en lugar de ayudarla, podías sentir esta tremenda frialdad y, a tenor de su lenguaje corporal, incluso gestos de desprecio», criticó Bach este viernes en su rueda de prensa para hacer balance de los Juegos.
Además de alabar la organización de China y congratularse por el éxito deportivo y de audiencia, Bach no quiso dejar pasar la oportunidad sin referirse al que ha sido el escándalo de Pekín 2022. Primero el «culebrón» por el positivo de Valieva por trimetazidina en diciembre, que solo fue comunicado después que ganara la medalla de oro por equipos; luego la decisión del Tribunal de Arbitraje del Deporte de dejarla seguir compitiendo en los Juegos mientras se aclaraba la investigación y, finalmente, su fallida actuación el jueves por la noche.
«Tengo que decir que me sentí muy, muy perturbado cuando vi la prueba en televisión. La presión a la que debe de haber estado sometida va más allá de mi imaginación, y más para una chica de 15 años», se solidarizó Bach con la patinadora. «Al verla luchar sobre el hielo, cómo trataba de recomponerse y terminar su programa, podía sentir su inmenso estrés mental y que quizás prefería simplemente marcharse del hielo y dejar esta historia detrás», reflexionó el presidente del COI. A su juicio, «todo esto no me da mucha confianza en el entorno cercano de Kamila, ni sobre lo ocurrido en el pasado ni en lo que respecta al futuro, a la hora de cómo tratar a un atleta de 15 años bajo esta presión mental. Solo puedo desear que tenga el apoyo de su familia, sus amigos y de la gente que la ayude a superar esta situación extremadamente difícil».
Aunque reconoció los límites del COI y de las agencias antidopaje porque «no somos policías ni tenemos potestad para investigar, interrogar ni legislar», confió en que se descubra la verdad sobre el «caso Kamila». El pasado 25 de diciembre, tras el campeonato ruso de patinaje celebrado en San Petersburgo, la adolescente dio positivo en la prueba antidopaje por trimetazidina, un fármaco que se usa para la angina de pecho y está prohibido porque mejora el rendimiento de los deportistas. Extrañamente, el resultado del análisis, efectuado por el laboratorio del Hospital Karolinska de Estocolmo, no se conoció hasta varias semanas después, cuando Valieva ya había ganado el oro por equipos. Aunque el COI intentó impedirle que siguiera compitiendo, el Tribunal de Arbitraje se lo permitió para «no causarle un daño irreparable» a su carrera mientras se aclaraba todo el embrollo. Para justificar la trimetazidina en su cuerpo, el entorno de la patinadora puso la excusa, poco creíble, de que la había ingerido por accidente al beber por error del vaso de su abuelo, que al parecer toma dicho medicamento.
«La responsabilidad es de quienes dieron ese fármaco a una menor», zanjó la cuestión Bach, quien confió en que «se descubra la verdad tras la investigación a su entorno y los culpables sean castigados de la forma más fuerte posible». Con sus palabras, el presidente del COI apunta directamente a su entrenadora, Eteri Tutberidze, famosa por conseguir que sus patinadoras sean las únicas en girar cuatro veces en sus saltos, pero quien acumula una lista tan larga de ganadoras como de «juguetes rotos» del patinaje.
En lugar de consolarla, su entrenadora, la controvertida Eteri Tutberidze, le reprochó su actuación y le pidió explicaciones ante las cámaras mientras esperaba la puntuación de los jueces. «¿Por qué lo has dejado ir? Explícame, ¿por qué? ¿Por qué dejaste de luchar completamente? En algún momento después del Axel lo abandonaste», le espetó Tutberidze mientras la adolescente lloraba desconsolada.
Unas imágenes que, junto a sus caídas en la pista, han «perturbado» al propio presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach. «Cuando vi cómo la recibía después su entorno más cercano, fue escalofriante. En lugar de darle consuelo, en lugar de ayudarla, podías sentir esta tremenda frialdad y, a tenor de su lenguaje corporal, incluso gestos de desprecio», criticó Bach este viernes en su rueda de prensa para hacer balance de los Juegos.
Además de alabar la organización de China y congratularse por el éxito deportivo y de audiencia, Bach no quiso dejar pasar la oportunidad sin referirse al que ha sido el escándalo de Pekín 2022. Primero el «culebrón» por el positivo de Valieva por trimetazidina en diciembre, que solo fue comunicado después que ganara la medalla de oro por equipos; luego la decisión del Tribunal de Arbitraje del Deporte de dejarla seguir compitiendo en los Juegos mientras se aclaraba la investigación y, finalmente, su fallida actuación el jueves por la noche.
«Tengo que decir que me sentí muy, muy perturbado cuando vi la prueba en televisión. La presión a la que debe de haber estado sometida va más allá de mi imaginación, y más para una chica de 15 años», se solidarizó Bach con la patinadora. «Al verla luchar sobre el hielo, cómo trataba de recomponerse y terminar su programa, podía sentir su inmenso estrés mental y que quizás prefería simplemente marcharse del hielo y dejar esta historia detrás», reflexionó el presidente del COI. A su juicio, «todo esto no me da mucha confianza en el entorno cercano de Kamila, ni sobre lo ocurrido en el pasado ni en lo que respecta al futuro, a la hora de cómo tratar a un atleta de 15 años bajo esta presión mental. Solo puedo desear que tenga el apoyo de su familia, sus amigos y de la gente que la ayude a superar esta situación extremadamente difícil».
Aunque reconoció los límites del COI y de las agencias antidopaje porque «no somos policías ni tenemos potestad para investigar, interrogar ni legislar», confió en que se descubra la verdad sobre el «caso Kamila». El pasado 25 de diciembre, tras el campeonato ruso de patinaje celebrado en San Petersburgo, la adolescente dio positivo en la prueba antidopaje por trimetazidina, un fármaco que se usa para la angina de pecho y está prohibido porque mejora el rendimiento de los deportistas. Extrañamente, el resultado del análisis, efectuado por el laboratorio del Hospital Karolinska de Estocolmo, no se conoció hasta varias semanas después, cuando Valieva ya había ganado el oro por equipos. Aunque el COI intentó impedirle que siguiera compitiendo, el Tribunal de Arbitraje se lo permitió para «no causarle un daño irreparable» a su carrera mientras se aclaraba todo el embrollo. Para justificar la trimetazidina en su cuerpo, el entorno de la patinadora puso la excusa, poco creíble, de que la había ingerido por accidente al beber por error del vaso de su abuelo, que al parecer toma dicho medicamento.
«La responsabilidad es de quienes dieron ese fármaco a una menor», zanjó la cuestión Bach, quien confió en que «se descubra la verdad tras la investigación a su entorno y los culpables sean castigados de la forma más fuerte posible». Con sus palabras, el presidente del COI apunta directamente a su entrenadora, Eteri Tutberidze, famosa por conseguir que sus patinadoras sean las únicas en girar cuatro veces en sus saltos, pero quien acumula una lista tan larga de ganadoras como de «juguetes rotos» del patinaje.