La patinadora Valieva se cae de un podio dominado por sus compañeras rusas
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En medio del mayor escándalo de estos Juegos, su positivo por un fármaco prohibido en una prueba antidopaje de diciembre, la rusa Kamila Valieva se ha quedado este jueves fuera del podio en patinaje artístico sobre hielo, dominado por sus compañeras. Tras caerse dos veces en sus cuádruples saltos y otro error más interpretando el “Bolero” de Ravel, Valieva ha acabado cuarta en una final ganada por Anna Shcherbakova y donde la plata se la llevó la también rusa Alexandra Trusova. Por su parte, la japonesa Kaori Sakamoto obtuvo el bronce por una actuación sin saltos cuádruples, pero de gran calidad técnica.
Con solo 15 años, a Valieva le ha podido la presión y, tras clavar su primer Salchow cuádruple, se ha caído en el segundo y, a partir de ahí, se ha mostrado insegura, resbalando después en otro intento. Hundida tras su actuación, ha salido llorando de la pista del Estadio Cubierto de la Capital.
Kamila Valieva ha protagonizado la polémica de Pekín 2022 por su presunto dopaje. Mientras se resuelve el caso, el Tribunal de Arbitraje le permitió seguir en competición, lo que generó las críticas de otras patinadoras. Curiosamente, el caso ha despertado una ola de simpatía por la nueva niña prodigio del patinaje ruso pese a su inverosímil excusa de que tomó dicho medicamento, la trimetazidina, al equivocarse y beber del vaso de su abuelo, que es quien al parecer lo usa. Además, y según ha publicado “The New York Times”, tenía en su sangre otras dos medicinas permitidas para el corazón, una de ellas solo si se administra en dosis bajas.
El Comité Olímpico Internacional (COI) ya había advertido de que no entregaría las medallas si la patinadora rusa estaba en el podio. Finalmente, no ha sido así y el resultado de la final no ha quedado como estos Juegos: en cuarentena. Al margen del fracaso de Valieva, la competición ha sido un éxito rotundo para el equipo ruso, ya que Anna Shcherbakova y Alexandra Trusova, ambas de 17 años, han copado el podio.
Formadas por la entrenadora Eteri Tutberidze, quien atesora una lista tan larga de ganadoras como de “juguetes rotos” del patinaje, las rusas son las únicas que volaron sobre sus cuádruples saltos sobre el hielo. Aunque la actuación de Trusova fue eléctrica con cinco saltos cuádruples al ritmo de la canción de la película “Cruella”, el oro fue para Shcherbakova. Solo la japonesa Kaori Sakamoto, gracias a su alta calidad, pudo plantarles batalla y acabó en tercera posición en el Estadio Cubierto de la Capital. Levantado en 1968 en plena “Revolución Cultural”, este recinto al oeste de Pekín figura en los libros de Historia por acoger en 1971 los partidos de la “diplomacia del ping-pong” entre Estados Unidos y China que abrieron la histórica visita de Nixon un año después. Con 17.000 asientos, que solo estuvieron ocupados por varios cientos de invitados y los numerosos periodistas congregados por el “caso Valieva”, en 2004 también albergó uno de los primeros encuentros de exhibición de la NBA en China. Desde estos Juegos Olímpicos de Invierno, también tiene en su haber esta polémica final de patinaje artístico que, debido al fracaso de Valieva, no ha quedado en cuarentena.
Con solo 15 años, a Valieva le ha podido la presión y, tras clavar su primer Salchow cuádruple, se ha caído en el segundo y, a partir de ahí, se ha mostrado insegura, resbalando después en otro intento. Hundida tras su actuación, ha salido llorando de la pista del Estadio Cubierto de la Capital.
Kamila Valieva ha protagonizado la polémica de Pekín 2022 por su presunto dopaje. Mientras se resuelve el caso, el Tribunal de Arbitraje le permitió seguir en competición, lo que generó las críticas de otras patinadoras. Curiosamente, el caso ha despertado una ola de simpatía por la nueva niña prodigio del patinaje ruso pese a su inverosímil excusa de que tomó dicho medicamento, la trimetazidina, al equivocarse y beber del vaso de su abuelo, que es quien al parecer lo usa. Además, y según ha publicado “The New York Times”, tenía en su sangre otras dos medicinas permitidas para el corazón, una de ellas solo si se administra en dosis bajas.
El Comité Olímpico Internacional (COI) ya había advertido de que no entregaría las medallas si la patinadora rusa estaba en el podio. Finalmente, no ha sido así y el resultado de la final no ha quedado como estos Juegos: en cuarentena. Al margen del fracaso de Valieva, la competición ha sido un éxito rotundo para el equipo ruso, ya que Anna Shcherbakova y Alexandra Trusova, ambas de 17 años, han copado el podio.
Formadas por la entrenadora Eteri Tutberidze, quien atesora una lista tan larga de ganadoras como de “juguetes rotos” del patinaje, las rusas son las únicas que volaron sobre sus cuádruples saltos sobre el hielo. Aunque la actuación de Trusova fue eléctrica con cinco saltos cuádruples al ritmo de la canción de la película “Cruella”, el oro fue para Shcherbakova. Solo la japonesa Kaori Sakamoto, gracias a su alta calidad, pudo plantarles batalla y acabó en tercera posición en el Estadio Cubierto de la Capital. Levantado en 1968 en plena “Revolución Cultural”, este recinto al oeste de Pekín figura en los libros de Historia por acoger en 1971 los partidos de la “diplomacia del ping-pong” entre Estados Unidos y China que abrieron la histórica visita de Nixon un año después. Con 17.000 asientos, que solo estuvieron ocupados por varios cientos de invitados y los numerosos periodistas congregados por el “caso Valieva”, en 2004 también albergó uno de los primeros encuentros de exhibición de la NBA en China. Desde estos Juegos Olímpicos de Invierno, también tiene en su haber esta polémica final de patinaje artístico que, debido al fracaso de Valieva, no ha quedado en cuarentena.