El Hospital Infanta Sofía da un salto en la atención cardiaca
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La cardiología da un paso hacia la cercanía y la vida. Desde el mes de julio, el Hospital Universitario Infanta Sofía, en San Sebastián de los Reyes, ha comenzado a latir aún más cerca de sus pacientes. Y no solo en sentido metafórico. Por primera vez, muchas personas del norte de Madrid ya no tienen que desplazarse a la capital para que su corazón sea escuchado, diagnosticado o tratado. Ahora, con la puesta en marcha de la nueva sala de Hemodinámica, los corazones pueden cuidarse más cerca de casa. Un avance médico, sí, pero también un paso enorme hacia una atención más humana, más cálida y más accesible. Cada latido cuenta, y cada paso que acorta distancias es también un paso hacia el bienestar emocional de quienes viven un momento delicado de salud. Poder tratarse cerca del hogar, rodeado del entorno conocido y del apoyo de los seres queridos, marca la diferencia. Cada catéter que ahora recorre las arterias en esta nueva sala, cada imagen que revela el estado del corazón, cada decisión médica que se toma junto al paciente, se traduce en tranquilidad, esperanza y tiempo ganado a la enfermedad. Este importante avance ha sido posible gracias al trabajo conjunto entre el Área de Cardiología del Infanta Sofía y el Hospital Universitario La Paz, cuyos profesionales han colaborado estrechamente para que este nuevo servicio pueda ser una realidad. De este modo, los pacientes ya no necesitan acudir a Madrid capital para someterse a procedimientos tan fundamentales como el cateterismo cardiaco. El equipo de cardiólogos del Infanta Sofía se encarga ahora de todo el proceso: desde la valoración inicial hasta el tratamiento y el seguimiento, brindando una atención integral, especializada y cercana. Fue precisamente en julio cuando se realizó el primer cateterismo en esta nueva etapa. Un hito que tuvo lugar en un quirófano tutelado por el Servicio de Hemodinámica de La Paz, y que simboliza el inicio de una nueva era para la atención cardiológica en la zona norte de la Comunidad de Madrid. Las ventajas de esta nueva sala de Hemodinámica son múltiples. No solo mejora el acceso a procedimientos diagnósticos y terapéuticos, sino que también incrementa la seguridad de los pacientes , reduce tiempos de espera y traslados, y refuerza la calidad asistencial. Además, supone un impulso importante para la docencia y la investigación, permitiendo la formación y acreditación de médicos internos residentes en un entorno de alta especialización. El cateterismo es en realidad una herramienta vital. Se trata de un procedimiento invasivo que permite estudiar con precisión la anatomía del corazón, el estado de las arterias coronarias, la función de las válvulas y las presiones pulmonares. En muchas ocasiones, es la clave para intervenir de forma urgente y eficaz ante un infarto agudo de miocardio o una descompensación de una enfermedad coronaria. Es, en definitiva, una puerta abierta a la vida. Pero los avances no terminan ahí. Otro hito reciente del Servicio de Cardiología del Infanta Sofía ha sido la colocación del primer chaleco desfibrilador en un paciente de 46 años con miocardiopatía dilatada. Este dispositivo, que el paciente lleva puesto como una prenda más, es capaz de detectar arritmias graves y administrar una descarga eléctrica que puede salvar la vida en caso de parada cardiaca. Durante el tiempo en el que se espera una posible recuperación de la función cardíaca, el chaleco actúa como un ángel guardián, evitando el riesgo de muerte súbita. Su uso puede prolongarse entre uno y tres meses, dependiendo de la evolución del paciente. En muchos casos, este periodo permite valorar si finalmente es necesario implantar un desfibrilador definitivo o si la función cardiaca ha mejorado lo suficiente como para prescindir de él.