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La dramática historia de la atleta que quedó cuadripléjica tras un accidente en gimnasia: “Todos sabían que no estaba lista para ese salto”

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La gimnasta soviética Elena Mukhina fue una de las atletas más prometedoras del gigantesco país euroasiático. Sin embargo, cuando todo parecía marchar bien, una acrobacia mal ejecutada cambió su vida para siempre.

En los relatos de Elena, ella había advertido sobre los peligros del Salto de Thomas, pero su entorno deportivo hizo caso omiso a sus súplicas hasta que la tragedia se consumó en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, donde era una de las principales favoritas para llevarse la medalla de oro.

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La infancia de Elena Mukhina que estuvo marcada por la adversidad

Nacida en Moscú en 1960, el seno familiar de la atleta estuvo marcado en circunstancias adversas ya que su madre falleció cuando apenas era una niña y su padre abandonó su hogar, por lo que fue criada por su abuela desde los cinco años. Según el diario El Mundo, la gimnasia para Elena se volvió en su refugio emocional y la vía para salir adelante.

A los 12 años, su talento excepcional la llevó a ser reclutada por el CSKA de Moscú, uno de los clubes deportivos más emblemáticos de la extinta Unión Soviética.

Bajo la dirección de Mikhail Klimenko, su entrenamiento consistía en ser extremadamente exigente y riguroso para perfeccionar las maniobras necesarias y estar lista para las competiciones de alto nivel.

Elena, al lado del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) y de su abuela antes de su fallecimiento. Foto: Medium

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Su ascenso meteórico y la rivalidad con Comăneci

El contexto de la Guerra Fría convirtió al deporte en una demostración de hegemonía nacional. El éxito de la gimnasta rumana nacionalizada estadounidense en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 elevó las expectativas sobre las gimnastas soviéticas.

En el Campeonato de Europa de 1977, Elena superó a la gimnasta rumana en dicha competición y logró dos medallas de oro en viga y barras asimétricas. Además, al año siguiente, en el Mundial de Estrasburgo de 1978, consolidó su buen momento al obtener tres medallas de oro, lo que la estableció como la nueva estrella de la gimnasia mundial.

No obstante, tras lograr ciertos logros en ambos campeonatos, su entrenador Klimenko decidió aumentar la complejidad de su preparación, incorporando en su rutina elementos de la gimnasia masculina y el peligroso Salto de Thomas.

El momento del accidente que lo cambió absolutamente todo

En 1979, mientras se preparaba para el Mundial de Estados Unidos, la atleta soviética sufrió una fractura en su pierna que la mantuvo enyesada durante dos meses. Sin embargo, la presión del sistema soviético por apresurar los plazos para que llegara en óptimas condiciones a los Juegos de Moscú le jugó en contra, y la decisión que tomó posteriormente fue fatal. Mukhina se sometió a una intervención quirúrgica para acelerar el proceso de recuperación y regresar lo antes posible a los entrenamientos intensivos.

Durante la difícil etapa, la joven gimnasta expresó constantemente su preocupación sobre su estado físico y la peligrosidad del Salto de Thomas. A pesar de sus advertencias, su entrenador personal no hizo caso a sus peticiones y dijo una frase que se volvería un mal augurio: ‘’Las gimnastas como tú no se rompen el cuello’’, expresó.

El día de la tragedia ocurrió el 3 de julio de 1980 durante una concentración en Minsk, actual Bielorrusia, donde Elena intentó ejecutar el famoso salto en una prueba olímpica. Sin embargo, no salió como esperaba y el inevitable accidente sucedió tras golpearse violentamente la cabeza y el resto del cuerpo. El diagnóstico fue devastador, ya que sufrió una fractura en las vértebras cervicales que la dejó con parálisis completa desde el cuello hacia abajo.

Con apenas 20 años de edad, Elena Mukhina vio de manera trágica cómo su carrera se esfumaba tan pronto. Posteriormente, Mukhina denunció al sistema deportivo soviético por lo acontecido y afirmó que no había estado preparada para realizar la maniobra del Salto de Thomas: "Nadie se detuvo a decir que parara. Todos sabían que no estaba lista para ese salto”, dijo.

El encubrimiento de la Federación Soviética y las graves consecuencias que dejó a Mukhina

La Federación Soviética ocultó la grave lesión de Elena Mukhina durante los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, con el fin de encubrir el daño sufrido por su integridad física. A lo largo del tiempo, algunos dirigentes de la federación incluso llegaron a acusarla de ser responsable de su propio accidente, lo que evidenció la falta de apoyo y la explotación de la atleta en un contexto político y deportivo muy complicado.

A pesar de su condición y de aceptar que estaría paralizada de por vida, Elena se dedicó a asesorar a otras gimnastas y participó como comentarista en televisión. Además, en reconocimiento al deporte, el Comité Olímpico Internacional (COI) le otorgó la Orden Olímpica de Plata, la segunda distinción más importante de los Juegos Olímpicos.

Tras más de dos décadas de lucha contra las secuelas físicas de la caída que cambió su vida para siempre, Elena Mukhina falleció en 2006 a los 46 años, debido a las complicaciones derivadas de su tetraplejía.

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