El exjuez delincuente Salvador Alba ya disfruta del tercer grado desde la prisión de El Salto del Negro
Solo ha cumplido dos años y tres meses de los seis y medio a los que fue condenado por cohecho, falsedad documental y prevaricación, cuando conspiró contra la magistrada Victoria Rosell
Tan solo dos años y tres meses después de ingresar en prisión para cumplir la condena que le fue impuesta por conspirar contra la magistrada Victoria Rosell, el exjuez delincuente Salvador Alba Mesa ya disfruta del tercer grado penitenciario. Y lo hace desde la prisión de El Salto del Negro, en Las Palmas de Gran Canaria, tras cumplir esa primera parte de su pena en la de Madrid VII, en Estremera, con módulos de seguridad adecuados para los funcionarios públicos condenados a penas de cárcel.
Salvador Alba Mesa fue condenado en septiembre de 2019 por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias a la pena de seis años y medio de prisión por los delitos de cohecho, falsedad documental y prevaricación cuando conspiró contra Victoria Rosell cuando esta concurrió a las elecciones generales de 2015 en las listas de Podemos por la provincia de Las Palmas. Era la misma circunscripción a la que se presentaba el por entonces ministro de Industria del Gobierno de Mariano Rajoy, José Manuel Soria, del Partido Popular, a quien Alba quería agradar para poder ascender en la carrera judicial tras varios fracasos en sus anhelos por ser presidente del TSJ canario o vocal del Consejo General del Poder Judicial.
La sentencia del TSJ se tornó firme en 2021, pero Alba no entró en prisión hasta el 18 de octubre de 2022, después de once meses burlando a la justicia con todo tipo de artimañas.
Alba ha cumplido estos 27 primeros meses de condena en la prisión madrileña de Estremera, donde debe haber observado buen comportamiento y arrepentimiento suficiente como para el que el juez de Vigilancia Penitenciaria adscrito a ese centro le haya otorgado este beneficio penitenciario, el tercer grado, para el que además es necesario que alegue una actividad que lo justifique. Además, la compañía de seguros que le daba cobertura como juez (Allianz) pagó la indemnización de 60.000 euros a la víctima de sus delitos, requisito también indispensable.
El tercer grado es una condición penitenciaria de semilibertad que permite al penado acudir a la cárcel solo a dormir. Para ello debe justificar cualquier actividad compatible con las exigencias legales: trabajo, cuidados a familiares y un buen pronóstico de reinserción social.
Desde el verano de 2024, el exjuez corrupto disfrutaba de permisos de fin de semana, lo que le permitió viajar con frecuencia a Gran Canaria, donde vive su familia y donde empieza a desplegar cierta actividad profesional vinculado a un despacho de abogados especializado en la defensa de narcotraficantes y presidiarios. No obstante, todavía no está colegiado en España para ejercer como letrado.
La condena de Salvador Alba Mesa se dará formalmente por cumplida el 13 de abril de 2029.