Salto de Castro, el pueblo de Zamora que espera una segunda vida (turística)

Deshabitado desde el año 1989 y blanco de pintadas, vandalismo y saqueos a lo largo de los años, el poblado de Salto de Castro, creado en la provincia de Zamora al albur de la primera presa hidroeléctrica del tramo del río Duero fronterizo con Portugal, busca un nuevo futuro como centro de turismo rural. La puesta a la venta de este pueblo de 44 viviendas, hospedería, bar, iglesia, escuela, piscina y hasta un antiguo cuartel de la Guardia Civil tuvo gran repercusión mediática el pasado mes de noviembre por su bajo precio, ya que la compra se cerró finalmente por 300.000 euros, un coste por el que es difícil comprar un pequeño piso en muchas ciudades. Salto de Castro perteneció a la antigua Iberduero (hoy Iberdrola) y a principios de siglo lo adquirió un empresario gallego al que la crisis económica de 2008 frustró su idea de convertirlo en alojamiento rural. Ahora, con nuevo dueño, el constructor toledano Óscar Torres , el Ayuntamiento de Fonfría -al que pertenece- ha recuperado la esperanza de que Salto de Castro vuelva a tener vida y cree puestos de trabajo. «Estamos ilusionados, pero con cautela», asegura a ABC el alcalde, Sergio López. Esa precaución se debe a que el anterior proyecto de revitalización del poblado fracasó y del nuevo, cuatro meses después de firmarse el contrato de arras, aún no se han dado nuevos pasos ni hay proyecto de la amplia reforma que es necesario acometer para acondicionar la aldea como hotel y casas de turismo rural. Noticia Relacionada estandar No Fuentes de Carbonero, el pueblo despoblado de Segovia con peregrinos de todo el mundo Isabel Jimeno Miles de jóvenes pasarán este verano por el municipio de camino a Lisboa, que acogerá la Jornada Mundial de la Juventud El nuevo dueño debe además buscar inversores porque el estado de abandono de décadas del poblado hace necesaria una inversión millonaria. «La ilusión la tenemos, pero no es la primera vez que lo compran, ya hubo otros inversores que iban a hacer ese proyecto y al final quedó en 'stand by' con la crisis de 2008», argumenta Sergio López.