Noticias

Dos décadas de avances policiales: «Sin la ayuda de la tecnología hay casos que no se habrían resuelto»

0 18
Veinte años separan la desaparición de la coruñesa María José Arcos del caso Diana Quer. Cara y cruz de una misma moneda, la investigación criminal, que en las últimas dos décadas ha sufrido un avance sin precedentes. Posicionamiento de móviles, análisis de ADN, microfonía, grafística o infografía forense son algunos de los recursos con los que los agentes especializados en desapariciones trabajan para sentar al culpable ante el juez. No es una labor sencilla, nunca lo fue, pero el salto ha sido «abismal». Tanto, que la tecnología es clave a la hora de explicar por qué un caso tan complejo como la muerte de Diana Quer se resolvió de manera exitosa, mientras la familia de María José sigue sin saber quién se cruzó en el camino de la treintañera y dónde está su cuerpo veinticinco años después. El coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de La Coruña, Francisco Javier Jambrina, lo explica en una conversación con ABC. «Sin la ayuda de la ciencia y la tecnología hubiera sido imposible resolver desapariciones como la de Diana», afirma el responsable, que pone el acento en la especialización que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado han vivido en los últimos tiempos. «El nivel es alto. Tenemos grandísimos expertos con las mejores acreditaciones de calidad. En el tema de la telefonía, por ejemplo, tenemos a licenciados en telecomunicaciones. Si buscas a un especialista, lo hay en nuestra plantilla». En sintonía con Jambrina habla el penalista Evaristo Nogueira, a cargo de la acusación familiar en el caso Arcos. «Esta investigación hubiera sido distinta en 2021. En aquel momento, se entró en el coche de la desaparecida ‘a saco’, se movió el asiento... algo impensable hoy» comenta sobre una investigación que se acabó convirtiendo en «la palabra de uno contra la palabra del otro». «El principal sospechoso mintió, incurrió en muchas contradicciones, pero eso no prueba que asesinase a nadie, y menos ante un juez» asume Nogueira, que en su día no pudo contar con bazas como la geolocalización ni con el sónar que buscó a las niñas de Tenerife en el fondo del mar y que, quizás, habría explicado el final de María José. «Lo único que tuvimos fue un georradar que se usó por primera vez en esta búsqueda, pero nada más, ni ADN ni nada» comenta sobre una desaparición ya prescrita pese al dolor de su familia. lLa hermana de María José, junto a la imagen de su hermana - ABC En un punto en el que toda instrucción ofrece «garantías minuciosas» en su realización, los expertos agradecen que el escenario en el que se cometen la mayoría de los crímenes sea otro. «Nuestro entorno está minado de cámaras de seguridad, lo que ayuda mucho a la hora de hacer una reconstrucción», anota Jambrina, que no duda en enviar un mensaje a navegantes: «Cuando aceptamos sin leer, no somos conscientes de cuántas de nuestras aplicaciones están usando nuestro posicionamiento». En el caso Quer, el seguimiento del móvil de la víctima y el recorrido parejo del teléfono del Chicle puso a los investigadores en la pista, pero ni siquiera eso era prueba suficiente para blindar su condena. De ahí que pasasen meses de seguimientos y grabaciones hasta las pesquisas se completaron y todos los cabos quedaron atados. «Necesitábamos pruebas suficientes porque una detención en falso puede ser demoledora para la investigación. Hay que tener en cuenta que el investigado vive en una continua zozobra, en una inquietud psicológica, él sabe lo que ha hecho y sabe que puede caer. Lo importante es que esta zozobra lo lleve a cometer errores como en la desaparición de Gabriel, que la autora por la inquietud de si hacían batidas decide levantar el cuerpo y cambiarlo de sitio» argumenta el coronel Jambrina, bregado en este tipo de casos. Este salto cualitativo en la medología utilizada y en los medios a su disposición ha variado la labor diaria de los investigadores, que nada tiene que ver ya con la fotografía de hace veinte años. La tecnología es la que ahora marca el paso para llegar hasta «los malos», que tampoco se quedan atrás en esta carrera. «Ellos aprenden de sus errores. Nos retroalimentamos los unos a los otros. A día de hoy, a poco listo que sea un delincuente ya se cuida de no llevar el móvil encima y de no dejar sus huellas dactilares, porque ellos también conocen nuestras técnicas de investigación» afirma Jambrina sobre este nuevo escenario, que permite que las pruebas que se presentan en un juicio sean contundentes y, en muchos casos, irrebatibles. «Ya no es cuestión de que un testigo diga una cosa y el acusado lo niegue. Un ADN no tiene vuelta de hoja», asegura Nogueira.
Загрузка...

Comments

Комментарии для сайта Cackle
Загрузка...

More news:

Read on Sportsweek.org:

Otros deportes

Sponsored