La clase media de la Liga gasta más dinero que nunca

Con el derbi madrileño reclamando atención en esta apertura de febrero, alza la mano el Mirandés, un clavo ardiendo para quienes sueñan con el fútbol que trasciende más allá de las portadas. Entre medias, una ristra de equipos, el grueso de la Primera División, que con menos ruido y unas cuantas nueces han completado un mercado de invierno histórico en lo cuantioso, a falta de el balón determine si el salto ha sido también cualitativo. A ello se agarra, por ejemplo, el Espanyol, uno de los clubes que durante esta última ventana de traspasos ha contribuido a que el gasto sea mayor que nunca antes por estas fechas, con un asterisco: hace falta sacar de la ecuación a los tres gigantes del fútbol español. Lejos de ser un truco reduccionista, se entiende a la perfección con un ejemplo. En enero de 2018, el mes en que el Barcelona hizo efectiva la contratación de Coutinho, el gasto se disparó por encima de los 300 millones de euros, más que nunca. Pero si se rasca un poco en esa amalgama de números guesos y cheques disparatados, lo suficiente como para sustraer lo invertido por el Barcelona en el ex del Liverpool y Yerry Mina y lo que el Atlético de Madrid fio al otro gran fichaje del momento, el que suponía la vuelta de Diego Costa, la cifra desciende hasta raspar los 80 millones. Las transacciones que este último mes han implicado a De Tomás, Embarba y Cabrera (39 millones), unidas a movimientos importantes como los que han puesto a Alcácer en el Villarreal (25) o a En-Nesiry en el Sevilla (20), elevan el techo de gasto de la Liga hasta los 90 millones. Serían 151 si se considerasen las adquisiciones del Real Madrid, que ha comprado a Reinier por 30, y el Barcelona, 31 millones destinados a Trincao. Pero ni siquiera son futbolistas con los que vayan a contar próximamente. Para completar la panóramica, yendo a lo más próximo, el año pasado el gasto se quedó en 58 millones, 85 si se tienen en cuenta los 17 que el Madrid pagó al Manchester City por Brahim, los 3,2 que el Barça usó con Todibo, Murillo y Boateng y los siete que soltó el Atlético al Chelsea por la cesión de Morata –otra pequeña trampa, pues la operación estaba diseñada para que una vez transcurrida esa media temporada de préstamo, Gil Marín y compañía tuviesen que hacer frente al pago de otros 50 millones más–. Algo parecido a lo que este año ha hecho el Sevilla para reclutar a Suso. El talentoso extremo gaditano ha cambiado Milán por Nervión gracias a un acuerdo que incluye una cesión por año y medio, lo que resta de esta campaña y la próxima, que incluye una opción de compra obligatoria por 21 millones si el equipo de Lopetegui logra clasificarse para la Champions League. Inversión al alza Lo invertido cae de forma llamativa de la temporada 2016-2017 hacia atrás. Hace tres inviernos, los clubes españoles apenas consumieron 27 millones de euros, ninguno por lo que respecta a Madrid, Barcelona y Atlético, si bien los dos equipos de la capital estaban sancionados por incumplir la normativa de la FIFA en fichajes de menores de edad. Doce meses antes, sin castigos de por medio, los tres transatlánticos no superaron los cuatro millones de inversión, todos para llevar a Augusto Fernández al Vicente Calderón. Entre los 20 equipos, el desembolso se limitó a 32,5 millones. Los números terminaron de engordar tras confirmar ayer el Villarreal el fichaje de Paco Alcácer a cambio de unos 23 millones de euros. El punta valenciano, hasta la fecha en el Borussia Dortmund, se quedó sin sitio con la llegada del prometedor Haaland y ha aprovechado la coyuntura para armar una delantera junto a Gerard Moreno con papeletas para tener réplica en la selección española. Es el último impulso al nivel de la clase media de la Liga. De las necesidades extremas de un Espanyol que rema a contracorriente para no quedarse sin oxígeno en mayo a los retoques del Sevilla, notable en todas las líneas pero con la asignatura del gol pendiente. Para eso han llegado En-Nesiry, la venta más cara en la historia del Leganés, y Suso. Al Betis, que andaba falto de un mediocentro tras la lesión de Carvalho, le viene de perlas Guido Rodríguez, traído del América por 4,5 millones. Y el Getafe, que se había encontrado con un boquete imprevisto tras la marcha de Cabrera, ha resuelto la papeleta con millón y medio, el que le ha supuesto rescatar a Chema Rodríguez de su aventura en el Nottingham Forest, al tiempo que se traía a Etebo y a Dyverson cedidos, este último con una opción de compra que ronda los seis millones. El Alavés o el Celta, tres cesiones cada uno, completan un mercado animadísimo para una Liga que no deja de apretarse los tornillos. Segunda, a coste cero Pese a que los 1,8 millones de euros gastados en Segunda División son una cantidad discretísima, más aún comparada con los más de 42 que se movieron en verano, las secretarías técnicas no han tenido un segundo de respiro. O al menos así se aprecia atentiendo a la nómina de fichajes de equipos como el Almería, con seis nombres nuevos, el Albacete, cinco, o el Zaragoza, el Racing o el Oviedo, con cuatro.