Carolina Marín, victoria en su regreso 333 días después

El planeta bádminton recuperó este martes a una de sus máximas estrellas. Carolina Marín volvió a la competición después de once meses de parón, desde que el 28 de mayo se rompiera el ligamento cruzado anterior y los meniscos interno y externo de la rodilla izquierda. Y volvió a lo campeona, con un triunfo sin paliativos ante la checa Katerina Tomalova por 21-10 y 21-6 en 29 minutos. La onubense fue recibida en el pabellón de Gallur entre ovaciones, aplausos y gritos de «Carolina, Carolina». Habían sido muchos meses sin verla disputar un encuentro y el regreso tuvo la fortuna de poder producirse en Madrid, después de que no llegara a tiempo para el Masters de España. Sus gritos volvieron a confirmar que Marín se ha recuperado de maravilla y muestra una nueva versión de sí misma, cada vez mejor. En esta ocasión Carolina Marín ha construido una personalidad más fuerte mentalmente, después de que el entrenamiento de estos meses estuviera marcado más por la paciencia y la gestión de las emociones que por el físico, que también ha tenido su progresión y su exigencia. A este periódico reconoció hace unos días que cayó muy hondo, y que creyó ser la más fuerte. «Pero nadie puede con todo. Yo me lo creí y al final el cuerpo explota». Durante un entrenamiento, ya en la recta final hacia los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la jugadora cayó al suelo y ya no pudo levantarse. «Me he roto, me he roto, lo sé», le dijo por videollamada a su entrenador, Fernando Rivas, que, en ese momento, hablaba con los técnicos para ultimar el plan Marín para la cita olímpica. A partir de ese momento en el que Marín se traslada al hospital para las pruebas pertinentes, la incertidumbre de la lesión. Pero ya sabía Marín que era grave. Tuvo que operarse unos días después. «Solo me calmó pensar que estos Juegos no eran para mí», admitía Marín sobre cómo sobrellevó este otro obstáculo. No era el primero. Pues en 2019 ya se rompió la rodilla derecha. Pero sí fue mucho más inoportuno, a pocas semanas de abordar la empresa de defender su oro olímpico. Sin embargo, encontró en París 2024 la motivación suficiente para levantarse cada mañana y comenzar la recuperación. Hubo también mucho más descanso, e incluso fines de semana largos en los que se reencontró con ella misma después de una década de exigencia máxima por el bádminton. Es triple campeona del mundo, es oro olímpico en Río 2016 y es cinco veces campeona de Europa. En Gallur ha puesto el primer paso hacia el sexto título. Y consecutivo. Aunque su objetivo era, en principio, menos ambicioso: «Disfrutar de volver a la competición». Aunque con Marín solo se puede esperar lo máximo. Lo que ella se exige cada día y demuestra en cada golpe. El triunfo es volver. A partir de ahora, todo lo demás.