El experimento viral de las ratas y DOOM evoluciona: Ya saben disparar y usan pantallas curvas
Un proyecto de neuroingeniería utiliza DOOM como un entorno virtual abierto para estudiar cómo animales como ratas aprenden a interactuar con espacios digitales mediante estímulos y recompensas.
Un ambicioso experimento para entrenar ratas en un entorno virtual basado en el clásico DOOM II ha alcanzado un nuevo hito cuatro años después de su primera aparición. El proyecto, liderado por el neuroingeniero Viktor Tóth, ha evolucionado hasta una segunda generación que permite a los animales no solo desplazarse por el entorno, sino también disparar a los enemigos, ampliando de forma notable las interacciones posibles dentro del motor del clásico shooter de id Software.
La primera versión del sistema, presentada en 2021, utilizaba un arnés y una bola giratoria para traducir el movimiento físico de las ratas en desplazamiento dentro de un escenario simplificado de DOOM, reforzando los comportamientos correctos con recompensas de agua azucarada. Aunque funcional, la interacción era muy limitada. La nueva configuración amplía ese planteamiento con controles adicionales y un entorno visual mucho más inmersivo.
El sistema actualizado incorpora una pantalla AMOLED curva y envolvente, que cubre el campo de visión del animal y ofrece una experiencia visual más coherente que los monitores planos usados anteriormente. Para proporcionar retroalimentación espacial, se emplean suaves ráfagas de aire dirigidas al hocico de la rata cuando colisiona con una pared, una solución no invasiva que sustituye al ensayo y error puro. La gran novedad es un mecanismo físico de disparo, que permite a las ratas activar la acción de disparar del juego, ejecutando múltiples acciones propias de un shooter en primera persona.
El proyecto no utiliza interfaces neuronales invasivas y todo se basa en sensores externos, seguimiento de movimiento y aprendizaje por recompensa. Además, se mantiene como una plataforma abierta y de bajo coste, pensada más como herramienta experimental que como curiosidad viral. Según sus responsables, el objetivo no es demostrar que las ratas "entienden" DOOM, sino mostrar cómo motores de juego clásicos pueden servir como entornos virtuales estandarizados para estudiar el comportamiento animal.
Un ambicioso experimento para entrenar ratas en un entorno virtual basado en el clásico DOOM II ha alcanzado un nuevo hito cuatro años después de su primera aparición. El proyecto, liderado por el neuroingeniero Viktor Tóth, ha evolucionado hasta una segunda generación que permite a los animales no solo desplazarse por el entorno, sino también disparar a los enemigos, ampliando de forma notable las interacciones posibles dentro del motor del clásico shooter de id Software.
La primera versión del sistema, presentada en 2021, utilizaba un arnés y una bola giratoria para traducir el movimiento físico de las ratas en desplazamiento dentro de un escenario simplificado de DOOM, reforzando los comportamientos correctos con recompensas de agua azucarada. Aunque funcional, la interacción era muy limitada. La nueva configuración amplía ese planteamiento con controles adicionales y un entorno visual mucho más inmersivo.
Ahora las ratas pueden moverse y disparar por los escenarios de DOOM
El sistema actualizado incorpora una pantalla AMOLED curva y envolvente, que cubre el campo de visión del animal y ofrece una experiencia visual más coherente que los monitores planos usados anteriormente. Para proporcionar retroalimentación espacial, se emplean suaves ráfagas de aire dirigidas al hocico de la rata cuando colisiona con una pared, una solución no invasiva que sustituye al ensayo y error puro. La gran novedad es un mecanismo físico de disparo, que permite a las ratas activar la acción de disparar del juego, ejecutando múltiples acciones propias de un shooter en primera persona.
El proyecto no utiliza interfaces neuronales invasivas y todo se basa en sensores externos, seguimiento de movimiento y aprendizaje por recompensa. Además, se mantiene como una plataforma abierta y de bajo coste, pensada más como herramienta experimental que como curiosidad viral. Según sus responsables, el objetivo no es demostrar que las ratas "entienden" DOOM, sino mostrar cómo motores de juego clásicos pueden servir como entornos virtuales estandarizados para estudiar el comportamiento animal.