35 años de The Secret of Monkey Island, una obra maestra de las aventuras gráficas que reinventó el género
LucasArts hizo una aventura de piratas con un gran sentido del humor que creó una auténtica revolución en las aventuras point-and-click.
Han pasado ya 35 años desde una aventura gráfica que marcó toda una época. En 1990 se ponía a la venta The Secret of Monkey Island, un videojuego point-and-click desarrollado por Lucasfilm Games que supuso toda una revolución para el género. Concebido por Ron Gilbert con la inestimable ayuda de Tim Schafer y Dave Grossman, el título se caracterizaba por hacer que la muerte no fuera importante, sino centrarse en otros aspectos como los diálogos, los puzles y el humor.
The Secret of Monkey Island se inspiró en una atracción de Disneyland que opera desde el año 1967. Se llama Pirates of the Caribbean, y sí, también fue la base fundacional de las populares películas. Pero más allá de este detalle, lo interesante fue cómo Gilbert y compañía consiguieron dar lugar a un universo tan mágico, empezando por el protagonista Guybrush Threepwood, un joven que en su deseo de convertirse en pirata acaba explorando una isla y viviendo todo tipo de experiencias.
El juego contenía un montón de clichés de las películas de piratas, pero con un tono muy burlón y al mismo tiempo carismático. Guybrush era un héroe torpe, pero con el que acababas conectando a través de los diálogos ingeniosos que se iban produciendo. Las situaciones paródicas y el humor absurdo te acababan atrapando, gracias adicionalmente a la aparición de personajes como el fantasma pirata LeChuck, que se convirtieron en auténticos iconos.
Se trataba de una apuesta que rompía con la seriedad narrativa de la mayor parte de juegos de la época, y por ello se sentía como una aventura más humana. Además, no confiaba en la dificultad como ingrediente central de la jugabilidad. Eso fue casi lo más importante, puesto que hizo que muchos jugadores se asomaran al género de las aventuras gráficas sin miedo: era una aventura de tono amigable. Esto marcó el devenir de LucasArts y sus videojuegos, que apostarían decididamente por este modelo en el futuro.
Luego tenemos la importante interfaz SCUMM. No era el primer juego que la utilizaba (antes lo hicieron otros juegos como Maniac Mansion), pero se volvió más accesible e hizo que la jugabilidad fuese más directa. Esto también contribuyó de forma importante a lo que veríamos en futuras producciones dentro de la compañía. Sin duda, el desarrollo de The Secret of Monkey Island fue importantísimo y un punto de inflexión a varios niveles.
Su desarrollo está repleto de curiosidades, como que los icónicos duelos de espadas se basaron realmente en las batallas de insultos que vieron los autores en varias películas ya clásicas. También, y debido al humor tan distinto que tenían los guionistas, cada uno acabó construyendo la personalidad de distintos personajes para que al final el conjunto fuera de lo más variado, pero sorprendentemente cohesionado. El propio nombre del protagonista, Guybrush, procede del nombre de archivo de guardado que se utilizó para el diseño de su sprite (guy.brush).
Esta genial aventura gráfica nos dejó además un montón de momentos para el recuerdo y que aún perduran en el imaginario colectivo. ¿Quién no ha escuchado alguna vez el chiste del "mono de las tres cabezas"? En determinadas conversaciones, Guybrush puede tirar del recurso de decir a sus interlocutores que detrás tienen a un mono de tres cabezas. El caso es que este mono puede aparecer en algunas situaciones, una broma absurda y autorreferencial que demuestra el humor de los autores.
También puede que algunos recordéis el puzle del pollo y la polea. El juego tenía varios rompecabezas, pero este es sin duda el más popular, precisamente por su extravagancia. ¿A quién se le habría ocurrido cruzar un precipicio con tal herramienta? Pues sí, y nosotros debíamos hacer prueba-error en nuestro inventario para dar con la clave.
Son otras de las genialidades de un título que logró el respaldo de los usuarios y vendió bien, aunque no se convirtió en un gran éxito por aquel momento. No obstante, sus secuelas (en especial The Curse of Monkey Island) lograron un respaldo aún mayor, gracias en buena parte al excelente trabajo realizado en esta primera entrega, la cual se revitalizó con The Secret of Monkey Island: Special Edition. ¿Cómo lo recuerdas? ¿Cuáles son los momentos del juego que se te quedaron grabados? Te leemos en los comentarios.
Han pasado ya 35 años desde una aventura gráfica que marcó toda una época. En 1990 se ponía a la venta The Secret of Monkey Island, un videojuego point-and-click desarrollado por Lucasfilm Games que supuso toda una revolución para el género. Concebido por Ron Gilbert con la inestimable ayuda de Tim Schafer y Dave Grossman, el título se caracterizaba por hacer que la muerte no fuera importante, sino centrarse en otros aspectos como los diálogos, los puzles y el humor.
The Secret of Monkey Island se inspiró en una atracción de Disneyland que opera desde el año 1967. Se llama Pirates of the Caribbean, y sí, también fue la base fundacional de las populares películas. Pero más allá de este detalle, lo interesante fue cómo Gilbert y compañía consiguieron dar lugar a un universo tan mágico, empezando por el protagonista Guybrush Threepwood, un joven que en su deseo de convertirse en pirata acaba explorando una isla y viviendo todo tipo de experiencias.
Una aventura de piratas como nunca se había jugado
El juego contenía un montón de clichés de las películas de piratas, pero con un tono muy burlón y al mismo tiempo carismático. Guybrush era un héroe torpe, pero con el que acababas conectando a través de los diálogos ingeniosos que se iban produciendo. Las situaciones paródicas y el humor absurdo te acababan atrapando, gracias adicionalmente a la aparición de personajes como el fantasma pirata LeChuck, que se convirtieron en auténticos iconos.
Se trataba de una apuesta que rompía con la seriedad narrativa de la mayor parte de juegos de la época, y por ello se sentía como una aventura más humana. Además, no confiaba en la dificultad como ingrediente central de la jugabilidad. Eso fue casi lo más importante, puesto que hizo que muchos jugadores se asomaran al género de las aventuras gráficas sin miedo: era una aventura de tono amigable. Esto marcó el devenir de LucasArts y sus videojuegos, que apostarían decididamente por este modelo en el futuro.
Luego tenemos la importante interfaz SCUMM. No era el primer juego que la utilizaba (antes lo hicieron otros juegos como Maniac Mansion), pero se volvió más accesible e hizo que la jugabilidad fuese más directa. Esto también contribuyó de forma importante a lo que veríamos en futuras producciones dentro de la compañía. Sin duda, el desarrollo de The Secret of Monkey Island fue importantísimo y un punto de inflexión a varios niveles.
Su desarrollo está repleto de curiosidades, como que los icónicos duelos de espadas se basaron realmente en las batallas de insultos que vieron los autores en varias películas ya clásicas. También, y debido al humor tan distinto que tenían los guionistas, cada uno acabó construyendo la personalidad de distintos personajes para que al final el conjunto fuera de lo más variado, pero sorprendentemente cohesionado. El propio nombre del protagonista, Guybrush, procede del nombre de archivo de guardado que se utilizó para el diseño de su sprite (guy.brush).
Una aventura gráfica de momentos inolvidables
Esta genial aventura gráfica nos dejó además un montón de momentos para el recuerdo y que aún perduran en el imaginario colectivo. ¿Quién no ha escuchado alguna vez el chiste del "mono de las tres cabezas"? En determinadas conversaciones, Guybrush puede tirar del recurso de decir a sus interlocutores que detrás tienen a un mono de tres cabezas. El caso es que este mono puede aparecer en algunas situaciones, una broma absurda y autorreferencial que demuestra el humor de los autores.
También puede que algunos recordéis el puzle del pollo y la polea. El juego tenía varios rompecabezas, pero este es sin duda el más popular, precisamente por su extravagancia. ¿A quién se le habría ocurrido cruzar un precipicio con tal herramienta? Pues sí, y nosotros debíamos hacer prueba-error en nuestro inventario para dar con la clave.
Son otras de las genialidades de un título que logró el respaldo de los usuarios y vendió bien, aunque no se convirtió en un gran éxito por aquel momento. No obstante, sus secuelas (en especial The Curse of Monkey Island) lograron un respaldo aún mayor, gracias en buena parte al excelente trabajo realizado en esta primera entrega, la cual se revitalizó con The Secret of Monkey Island: Special Edition. ¿Cómo lo recuerdas? ¿Cuáles son los momentos del juego que se te quedaron grabados? Te leemos en los comentarios.

