Tras el fracaso de FBC, Remedy busca recuperar la rentabilidad con 'grandes videojuegos que los jugadores amen'
Remedy registra pérdidas de 16,4 millones en el tercer trimestre y anuncia un cambio de rumbo: centrarse en grandes éxitos y reforzar sagas como Alan Wake, Control y el remake de Max Payne.
Remedy Entertainment, la compañía finlandesa responsable de sagas como Alan Wake y Control, ha reconocido no estar satisfecha con su rendimiento financiero, tras cerrar el tercer trimestre de 2025 con pérdidas operativas de 16,4 millones de euros, frente a los 2,4 millones de beneficio obtenidos en el mismo periodo del año anterior. En lo que va de ejercicio, de enero a septiembre, el estudio acumula una pérdida de 15,6 millones, un aumento considerable respecto a los 2,9 millones negativos del mismo periodo en 2024.
El resultado se atribuye en gran parte al bajo rendimiento comercial de FBC: Firebreak, el juego de acción cooperativa lanzado en junio y que no logró cumplir con las expectativas internas del estudio. Remedy ya había advertido de esta situación en un comunicado a sus accionistas, en el que revisó su previsión anual y pasó de anticipar un crecimiento en ingresos y beneficios a prever un resultado operativo negativo.
Doce días después de aquel aviso, el CEO Tero Virtala abandonó su cargo, siendo reemplazado de forma interina por Markus Mäki, cofundador de Remedy. En su primer informe trimestral al frente de la compañía, Mäki aseguró que el objetivo inmediato es "elevar el listón y el sentido de urgencia dentro del estudio" y devolver a la empresa a la rentabilidad mediante la creación de "grandes y exitosos videojuegos que los jugadores amen".
El directivo afirmó que se mantendrá el desarrollo posterior de FBC: Firebreak hasta completar su hoja de ruta de contenidos, aunque parte del equipo ya ha sido reasignado a otros proyectos. Actualmente, la mayoría de los esfuerzos del estudio se centran en sus franquicias principales, Alan Wake y Control, además del <remake de los dos primeros Max Payne en colaboración con Rockstar Games.
De cara al futuro, Remedy afirma que su meta para 2030 es consolidarse como un "estudio creativo altamente valorado con éxito comercial sostenible", reforzando sus marcas y equilibrando el riesgo entre nuevas IP y sagas consolidadas.
Remedy Entertainment, la compañía finlandesa responsable de sagas como Alan Wake y Control, ha reconocido no estar satisfecha con su rendimiento financiero, tras cerrar el tercer trimestre de 2025 con pérdidas operativas de 16,4 millones de euros, frente a los 2,4 millones de beneficio obtenidos en el mismo periodo del año anterior. En lo que va de ejercicio, de enero a septiembre, el estudio acumula una pérdida de 15,6 millones, un aumento considerable respecto a los 2,9 millones negativos del mismo periodo en 2024.
El resultado se atribuye en gran parte al bajo rendimiento comercial de FBC: Firebreak, el juego de acción cooperativa lanzado en junio y que no logró cumplir con las expectativas internas del estudio. Remedy ya había advertido de esta situación en un comunicado a sus accionistas, en el que revisó su previsión anual y pasó de anticipar un crecimiento en ingresos y beneficios a prever un resultado operativo negativo.
La solución es crear "grandes y exitosos videojuegos que los jugadores amen"
Doce días después de aquel aviso, el CEO Tero Virtala abandonó su cargo, siendo reemplazado de forma interina por Markus Mäki, cofundador de Remedy. En su primer informe trimestral al frente de la compañía, Mäki aseguró que el objetivo inmediato es "elevar el listón y el sentido de urgencia dentro del estudio" y devolver a la empresa a la rentabilidad mediante la creación de "grandes y exitosos videojuegos que los jugadores amen".
El directivo afirmó que se mantendrá el desarrollo posterior de FBC: Firebreak hasta completar su hoja de ruta de contenidos, aunque parte del equipo ya ha sido reasignado a otros proyectos. Actualmente, la mayoría de los esfuerzos del estudio se centran en sus franquicias principales, Alan Wake y Control, además del <remake de los dos primeros Max Payne en colaboración con Rockstar Games.
De cara al futuro, Remedy afirma que su meta para 2030 es consolidarse como un "estudio creativo altamente valorado con éxito comercial sostenible", reforzando sus marcas y equilibrando el riesgo entre nuevas IP y sagas consolidadas.