El jefe de MindsEye acusa a 'saboteadores' dentro del estudio del fracaso del juego
Leslie Benzies, fundador de Build A Rocket Boy y exproductor de GTA, acusa a saboteadores' internos del fracaso de MindsEye, mientras exempleados denuncian caos creativo y cultura de crunch.
Un nuevo informe de la BBC revela tensiones internas en Build A Rocket Boy, el estudio fundado por Leslie Benzies, antiguo productor de Grand Theft Auto, tras el mal recibimiento de MindsEye, convertido en uno de los fracasos más sonados del año. Según una transcripción verificada de una reunión celebrada en julio, poco después del lanzamiento del juego, Benzies acusó a "saboteadores" dentro de la compañía de estar detrás de su fracaso.
"Me resulta repugnante que alguien pueda sentarse entre nosotros, comportarse así y seguir trabajando aquí", afirmó el directivo durante la reunión. El encuentro tuvo lugar apenas una semana después de que se anunciaran despidos en el estudio, y en él Benzies sostuvo que "fuerzas internas y externas" habían obstaculizado el estreno del juego, calificando las críticas como "injustificadas".
Sin embargo, varios exempleados ofrecen una versión distinta. Uno de ellos, identificado como Jamie, afirmó que "Leslie nunca decidió qué juego quería hacer" y que el proyecto "carecía de una dirección coherente". Otros apuntan al microcontrol ejercido por Benzies, quien generaba lo que internamente se conocía como "tickets de Leslie", informes de errores o cambios que debían atenderse con prioridad máxima, incluso por encima de otras tareas planificadas.
El exanalista principal de datos Ben Newbon señaló que las sugerencias del resto del equipo eran "ignoradas" y "nunca se llevaban a cabo", mientras que Margherita Peloso, otra trabajadora, aseguró haber sido "ridiculizada" en reuniones por expresar sus preocupaciones sobre el desarrollo.
El reportaje también describe una cultura de crunch generalizada en las semanas previas al lanzamiento, con empleados que ya anticipaban la fría recepción crítica. A principios de mes, varios desarrolladores firmaron una carta abierta contra los directivos por "falta de respeto y malos tratos continuados".
En respuesta, Build A Rocket Boy declaró a la BBC que todo el equipo "puso pasión, creatividad y esfuerzo en el juego" y que la empresa "no esperaba tener que realizar despidos tras el lanzamiento". La dirección añadió que asume la plena responsabilidad por el estreno: "La versión del juego que se lanzó no reflejaba la experiencia que nuestra comunidad merecía".
Un nuevo informe de la BBC revela tensiones internas en Build A Rocket Boy, el estudio fundado por Leslie Benzies, antiguo productor de Grand Theft Auto, tras el mal recibimiento de MindsEye, convertido en uno de los fracasos más sonados del año. Según una transcripción verificada de una reunión celebrada en julio, poco después del lanzamiento del juego, Benzies acusó a "saboteadores" dentro de la compañía de estar detrás de su fracaso.
"Me resulta repugnante que alguien pueda sentarse entre nosotros, comportarse así y seguir trabajando aquí", afirmó el directivo durante la reunión. El encuentro tuvo lugar apenas una semana después de que se anunciaran despidos en el estudio, y en él Benzies sostuvo que "fuerzas internas y externas" habían obstaculizado el estreno del juego, calificando las críticas como "injustificadas".
Los empleados dan su propia versión de los hechos
Sin embargo, varios exempleados ofrecen una versión distinta. Uno de ellos, identificado como Jamie, afirmó que "Leslie nunca decidió qué juego quería hacer" y que el proyecto "carecía de una dirección coherente". Otros apuntan al microcontrol ejercido por Benzies, quien generaba lo que internamente se conocía como "tickets de Leslie", informes de errores o cambios que debían atenderse con prioridad máxima, incluso por encima de otras tareas planificadas.
El exanalista principal de datos Ben Newbon señaló que las sugerencias del resto del equipo eran "ignoradas" y "nunca se llevaban a cabo", mientras que Margherita Peloso, otra trabajadora, aseguró haber sido "ridiculizada" en reuniones por expresar sus preocupaciones sobre el desarrollo.
El reportaje también describe una cultura de crunch generalizada en las semanas previas al lanzamiento, con empleados que ya anticipaban la fría recepción crítica. A principios de mes, varios desarrolladores firmaron una carta abierta contra los directivos por "falta de respeto y malos tratos continuados".
En respuesta, Build A Rocket Boy declaró a la BBC que todo el equipo "puso pasión, creatividad y esfuerzo en el juego" y que la empresa "no esperaba tener que realizar despidos tras el lanzamiento". La dirección añadió que asume la plena responsabilidad por el estreno: "La versión del juego que se lanzó no reflejaba la experiencia que nuestra comunidad merecía".