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Baldur's Gate II: Shadows of Amn acaba de cumplir 25 años y sigue siendo uno de los mejores RPG de la historia

Baldur's Gate II: Shadows of Amn, el colosal CRPG de BioWare, acaba de cumplir su primer cuarto de siglo y sigue manteniéndose como uno de los mejores videojuegos que se han hecho jamás.

Antes de que Baldur’s Gate 3 pusiese la industria patas arriba con el que podríamos definir como uno de los mejores juegos de rol de la historia, existía otro título del género que hasta la llegada de la obra de Larian creíamos que jamás sería igualado o superado. Una aventura tan épica, con tantísimas opciones, tan gigantesca y tan apasionante que no parecía que se pudiese replicar en nuestros días y que incluso en la actualidad sigue dejándonos con la boca abierta por la forma tan perfecta que tuvo de recrear lo que sería una partida clásica de Dungeons & Dragons ambientada en los Reinos Olvidados. Sí, hablamos de Baldur’s Gate 2: Shadows of Amn, la mayor obra maestra de BioWare y el CRPG por excelencia que hoy, 21 de septiembre, cumple 25 años desde su lanzamiento original.



Si el primer Baldur’s Gate fue toda una revolución en la industria por ser la primera vez que un videojuego plasmaba con tanta precisión la experiencia de vivir una aventura de rol de papel, lápiz y dados, su secuela llevó todo eso al siguiente nivel, expandiendo y perfeccionando la fórmula hasta niveles completamente insospechados. Un más y mejor de manual que supuso un salto tan grande en lo que a escala, opciones, narrativa y libertad se refería que nos tuvo obsesionados frente al monitor de nuestro ordenador durante literalmente cientos de horas.

Una secuela legendaria y uno de los mejores videojuegos de la historia

Como su propio nombre indica, esta segunda parte nos llevó hasta el país de Amn, una región bastante exótica y peculiar de Faerûn para narrarnos una historia que transcurría poco después de los hechos que tuvieron lugar en la entrega original, permitiéndonos incluso importar a nuestro héroe del primer juego, quien seguía siendo el gran protagonista de la trama principal.



Sin entrar en demasiados detalles para no destriparos nada a quienes todavía no le hayáis dado una oportunidad (ya estáis tardando), la historia tomó en esta secuela un cariz un tanto más oscuro y épico con un conflicto que escalaba hasta niveles insospechados, algo que resultó ser especialmente cierto en su expansión, Throne of Bhaal, con la cuál BioWare puso punto y final a este inolvidable viaje con una conclusión espectacular que nos dejó un sabor de boca inmejorable.

En parte, esta escalada fue posible gracias a que nuestros personajes podían llegar a niveles realmente altos, lo que les permitía así hacer frente a monstruos, criaturas y amenazas de poderes inconmensurables. Para que os hagáis una idea, en el primer Baldur’s Gate nuestro nivel máximo era entre 6 o 7 según nuestra clase, mientras que en esta secuela podíamos pasar del 20 e incluso alcanzar el 40 en la expansión, convirtiéndonos prácticamente en dioses.



De este modo, pasábamos de una campaña de aventuras más o menos terrenal y clásica que se asemejaba mucho a lo que la mayoría de jugadores de Dungeons & Dragons vivíamos con nuestros amigos en nuestras sesiones del juego de rol original a toda una epopeya que afectaría para siempre al destino de los Reinos y cuyas consecuencias son, de hecho, canónicas.

En lo jugable, esto significa que el bestiario se expandió a lo grande, introduciendo infinidad de nuevos monstruos y criaturas que nos ponían las cosas muy complicadas, pues todos ellos tenían características y peculiaridades que nos obligaban a luchar de maneras concretas. Esto, a veces, podía implicar tener que investigar primero para averiguar sus puntos débiles, algo que les daba una personalidad muy marcada y que hizo de nuestras batallas algo realmente memorable.

Una de las grandes ventajas que tuvo esta secuela respecto a su predecesor es que BioWare pudo centrarse por completo en sus contenidos, pues el motor gráfico y los sistemas de juego (todos ellos basados en las reglas de la segunda edición de Advanced Dungeons & Dragons) ya los tenían hechos, por lo que casi todo el tiempo de desarrollo pudo ser invertido en crear misiones, regiones, líneas de diálogos, en desarrollar el guion, en introducir monstruos y personajes, en expandir mecánicas (podíamos llegar a tener incluso nuestra propia hacienda para gestionar), en pulir y mejorar aquellas cosas que no terminaron de convencer y en atender las peticiones y sugerencias de los fans.



El resultado fue un juego descomunal que no paraba de sorprendernos a cada paso con montones de eventos, sorpresas, misiones y mazmorras, por no hablar de lo trabajadísimas que estaban todas las conversaciones y nuestras posibles respuestas. El juego era una aventura constante repleta de grandes historias con múltiples resoluciones distintas en la que lo principal y lo secundario se entremezclaban de tal manera que costaba distinguir unos contenidos de otros, pues todo estaba igual de elaborado y trabajado. Podías adentrarte en una cueva en busca de alguien desaparecido y encontrarte de repente en otro plano viviendo toda una serie de surrealistas eventos o acabar conociendo a un dragón dispuesto a proponerte algún trato. Nunca sabías qué es lo que te esperaba en cada sesión de juego ni cuándo ni cómo ibas a encontrarte con una nueva posible aventura, convirtiendo a esta secuela en algo absolutamente mágico.

Por cierto, esta segunda parte también trajo consigo una gran mejora en la narrativa de los personajes secundarios que podían unirse a nuestro grupo, los cuáles ganaron un mayor trasfondo y más presencia, permitiéndonos conocerlos mejor, tener más conversaciones con ellos y que se implicasen algo más con nosotros y nuestros actos.

Sumadle una dirección de arte preciosa que captaba a la perfección el ambiente de los Reinos Olvidados con sus escenarios y una banda sonora épica y repleta de temas que son ya historia de los videojuegos, y tendréis un CRPG prácticamente perfecto y casi inabarcable si queríamos completarlo en su totalidad cuya guinda final llegó con su expansión.



Sabemos que a día de hoy no todo el mundo comulga con RPG isométricos cuyos combates se desarrollan en tiempo real con pausas tácticas para gestionar las acciones de nuestro grupo de personajes, pero creednos cuando os decimos que si hay un juego que hay que probar sí o sí incluso aunque este no sea vuestro tipo de jugabilidad favorita, es este. Una vez te acostumbras y entiendes cómo funciona todo, lo que te aguarda es una de las mayores aventuras que vas a vivir jamás. Y esto es algo que sigue siendo tan cierto hoy como hace 25 años.

Si os apetece rejugar Baldur’s Gate 2 o descubrirlo por primera vez, podéis acceder fácilmente a él tanto en PC como en consolas y móviles gracias a su Enhanced Edition, aunque si queréis experimentar la versión original tal y como fue concebida, también la podéis encontrar en GOG.com, ya que la obtendréis de regalo al comprar la Enhanced Edition.

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