Cuidado con esta misión secundaria de Hollow Knight: Silksong si no te quieres llevar una desagradable sorpresa
Hollow Knight: Silksong esconde una misión secundaria que nos pone en graves aprietos si no sabemos lo que debemos hacer tras completarla. Os explicamos los pasos que hay que seguir.
Hollow Knight: Silksong es un juego repleto de secretos que no deja de sorprendernos ni un solo segundo, especialmente si decidimos salirnos del camino principal y nos dedicamos a explorar. A poco que hagamos esto, daremos con montones de jefes opcionales, misiones secundarias, trampas de lo más inesperada, regiones que de otro modo nunca habríamos visto, misteriosos rompecabezas y mucho más, incluyendo hasta la posibilidad de desbloquear nuevos finales.
Advertencia: este artículo contiene spoilers sobre una de las misiones secundarias del Acto 1 de Hollow Knight: Silksong.
Sin embargo, algunas de estas sorpresas que nos esperan pueden conllevar desagradables consecuencias y hacer que un juego que ya está generando revuelo por lo desafiante que es, resulte incluso más difícil..
El ejemplo perfecto de esto lo tenemos en la cadena de misiones de la Bruja. Si indagamos bien en Bosque Coraza, daremos con una intrigante cabaña en cuyo interior encontraremos a una Bruja que, tras hablar con ella, nos dará una misión secundaria bautizada como "Rito del pólipo" en la que nos piden que recojamos corazones de pólipo de las flores moradas que hay repartidas por todos los rincones de esta misma región.
Tras completar este encargo, la bruja nos comenta que todavía necesita una última cosa para poder completar el rito de renacimiento: un cogollo retorcido, un "objeto" que se caracteriza por emitir un molesto ruido cada vez que abrimos el inventario si lo tenemos en nuestra bolsa.
Probablemente, cuando encontréis el cogollo retorcido, vuestro primer instinto sea, como no podía ser de otro modo, entregarlo para completar la misión y obtener vuestra recompensa. Sin embargo, os avisamos que la "recompensa" de este encargo va a hacer que vuestras próximas sesiones de juego se os hagan muy cuesta arriba.
¿Por qué? Porque una vez completado el rito del renacimiento, la bruja introducirá al cogollo en nuestro cuerpo, haciendo que nos desmayemos y que despertemos en un oscuro agujero completamente desorientados. Y no solo eso, sino que al tener a este parásito en nuestro interior, no podremos equiparnos ningún blasón ni realizar habilidades de enlace. O dicho de otro modo: no podremos equiparnos absolutamente nada (ni siquiera la brújula) ni curarnos a menos que descansemos en un banco.
Para hacer la situación incluso más crítica, el juego no nos da ninguna pista sobre cómo podemos salir de esta peliaguda situación, ni siquiera una misión en la lista que más o menos nos pueda indicar qué debemos hacer, por lo que el primer paso es salir del sitio en el que despertamos y tratar de orientarnos. Al no disponer de brújula, os recomendamos que os fijéis en los cambios de zona del mapa para averiguar dónde estáis exactamente mientras tenéis un cuidado extremo con el entorno y los enemigos si no queréis morir a las primeras de cambio.
Lo ideal es que encontréis una estación de viaje rápido, ya que esto os ayudará a situaros y os va a facilitar considerablemente los siguientes pasos que hay que realizar para encontrar la cura a este mal. En nuestro caso y tras dar una considerable cantidad de vueltas, dimos con un personaje al oeste del Valle Óseo que nos dio la primera pista que necesitábamos para emprender el camino de vuelta a la normalidad.
Según nos contó este NPC, debíamos ir a Campanilla, donde se esconde un ermitaño que podría tener la situación a nuestros problemas, un personaje que no se encuentra exactamente en dicho pueblo, sino en el pequeño laberinto de campanas que hay junto a la estación de viaje rápido de la zona.
Lamentablemente, este ermitaño tampoco pudo ayudarnos, aunque nos instó a viajar hasta el Páramo gris para buscar a una experta en medicina llamada Yarnaby que vive exiliada. Para encontrarla fácilmente, simplemente debéis coger el ascensor que hay junto al Hogar a medio camino y caminar hacia la izquierda hasta que encontréis una caseta. Si al llamar a la puerta os rechazan no os desaniméis e insistid, la segunda vez Hornet debería explicar su situación a Yarnaby para que nos abra.
Cuando habléis con ella, os dará la misión "Extirpación de infestación" y os pedirá que habléis con Crull y Benjin, un par de personajes que se esconden en el Camino del Pecador, una zona un tanto desafiante a la que podéis acceder desde el mismo Páramo gris. Para encontrar a vuestro objetivo, simplemente debéis ir a la sala que en el mapa aparece dibujada con jaulas y ascender hasta su esquina superior derecha, donde daréis con ellos en el interior de una casa.
Eso sí, aseguraos de llevar encima unos 260 rosarios, ya que es lo que os van a pedir a cambio del objeto que necesitáis para curaros. Una vez lo tengáis, simplemente debéis volver con Yarnaby para que os cure y así volver a la normalidad.
¿Y para qué sirve exactamente todo este largo y arduo proceso? Pues para obtener el utilísimo Blasón de la Bruja, el cuál da un gran alcance a nuestros movimientos de ataque y nos permite curarnos al golpear a los enemigos con unos tentáculos que saldrán de nuestro cuerpo cuando enlacemos, algo que quizá os suene arriesgado, pero que nos permite recuperar vida mientras mantenemos la ofensiva y resulta en un proceso con una ejecución mucho más rápida que las curas normales, especialmente si nos equipamos con la Banda inyectora. Eso sí, no permite equiparnos con accesorios amarillos, así que no es posible equipar la brújula, motivo por el que quizá queráis reservar su uso para los combates contra jefes.
Hollow Knight: Silksong es un juego repleto de secretos que no deja de sorprendernos ni un solo segundo, especialmente si decidimos salirnos del camino principal y nos dedicamos a explorar. A poco que hagamos esto, daremos con montones de jefes opcionales, misiones secundarias, trampas de lo más inesperada, regiones que de otro modo nunca habríamos visto, misteriosos rompecabezas y mucho más, incluyendo hasta la posibilidad de desbloquear nuevos finales.
Advertencia: este artículo contiene spoilers sobre una de las misiones secundarias del Acto 1 de Hollow Knight: Silksong.
Sin embargo, algunas de estas sorpresas que nos esperan pueden conllevar desagradables consecuencias y hacer que un juego que ya está generando revuelo por lo desafiante que es, resulte incluso más difícil..
Los ritos de la bruja de Hollow Knight: Silksong
El ejemplo perfecto de esto lo tenemos en la cadena de misiones de la Bruja. Si indagamos bien en Bosque Coraza, daremos con una intrigante cabaña en cuyo interior encontraremos a una Bruja que, tras hablar con ella, nos dará una misión secundaria bautizada como "Rito del pólipo" en la que nos piden que recojamos corazones de pólipo de las flores moradas que hay repartidas por todos los rincones de esta misma región.
Tras completar este encargo, la bruja nos comenta que todavía necesita una última cosa para poder completar el rito de renacimiento: un cogollo retorcido, un "objeto" que se caracteriza por emitir un molesto ruido cada vez que abrimos el inventario si lo tenemos en nuestra bolsa.
Probablemente, cuando encontréis el cogollo retorcido, vuestro primer instinto sea, como no podía ser de otro modo, entregarlo para completar la misión y obtener vuestra recompensa. Sin embargo, os avisamos que la "recompensa" de este encargo va a hacer que vuestras próximas sesiones de juego se os hagan muy cuesta arriba.
¿Por qué? Porque una vez completado el rito del renacimiento, la bruja introducirá al cogollo en nuestro cuerpo, haciendo que nos desmayemos y que despertemos en un oscuro agujero completamente desorientados. Y no solo eso, sino que al tener a este parásito en nuestro interior, no podremos equiparnos ningún blasón ni realizar habilidades de enlace. O dicho de otro modo: no podremos equiparnos absolutamente nada (ni siquiera la brújula) ni curarnos a menos que descansemos en un banco.
La cura
Para hacer la situación incluso más crítica, el juego no nos da ninguna pista sobre cómo podemos salir de esta peliaguda situación, ni siquiera una misión en la lista que más o menos nos pueda indicar qué debemos hacer, por lo que el primer paso es salir del sitio en el que despertamos y tratar de orientarnos. Al no disponer de brújula, os recomendamos que os fijéis en los cambios de zona del mapa para averiguar dónde estáis exactamente mientras tenéis un cuidado extremo con el entorno y los enemigos si no queréis morir a las primeras de cambio.
Lo ideal es que encontréis una estación de viaje rápido, ya que esto os ayudará a situaros y os va a facilitar considerablemente los siguientes pasos que hay que realizar para encontrar la cura a este mal. En nuestro caso y tras dar una considerable cantidad de vueltas, dimos con un personaje al oeste del Valle Óseo que nos dio la primera pista que necesitábamos para emprender el camino de vuelta a la normalidad.
Según nos contó este NPC, debíamos ir a Campanilla, donde se esconde un ermitaño que podría tener la situación a nuestros problemas, un personaje que no se encuentra exactamente en dicho pueblo, sino en el pequeño laberinto de campanas que hay junto a la estación de viaje rápido de la zona.
Lamentablemente, este ermitaño tampoco pudo ayudarnos, aunque nos instó a viajar hasta el Páramo gris para buscar a una experta en medicina llamada Yarnaby que vive exiliada. Para encontrarla fácilmente, simplemente debéis coger el ascensor que hay junto al Hogar a medio camino y caminar hacia la izquierda hasta que encontréis una caseta. Si al llamar a la puerta os rechazan no os desaniméis e insistid, la segunda vez Hornet debería explicar su situación a Yarnaby para que nos abra.
Cuando habléis con ella, os dará la misión "Extirpación de infestación" y os pedirá que habléis con Crull y Benjin, un par de personajes que se esconden en el Camino del Pecador, una zona un tanto desafiante a la que podéis acceder desde el mismo Páramo gris. Para encontrar a vuestro objetivo, simplemente debéis ir a la sala que en el mapa aparece dibujada con jaulas y ascender hasta su esquina superior derecha, donde daréis con ellos en el interior de una casa.
Eso sí, aseguraos de llevar encima unos 260 rosarios, ya que es lo que os van a pedir a cambio del objeto que necesitáis para curaros. Una vez lo tengáis, simplemente debéis volver con Yarnaby para que os cure y así volver a la normalidad.
La recompensa
¿Y para qué sirve exactamente todo este largo y arduo proceso? Pues para obtener el utilísimo Blasón de la Bruja, el cuál da un gran alcance a nuestros movimientos de ataque y nos permite curarnos al golpear a los enemigos con unos tentáculos que saldrán de nuestro cuerpo cuando enlacemos, algo que quizá os suene arriesgado, pero que nos permite recuperar vida mientras mantenemos la ofensiva y resulta en un proceso con una ejecución mucho más rápida que las curas normales, especialmente si nos equipamos con la Banda inyectora. Eso sí, no permite equiparnos con accesorios amarillos, así que no es posible equipar la brújula, motivo por el que quizá queráis reservar su uso para los combates contra jefes.