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Mario Tennis, el genial juego deportivo de Nintendo 64 en el que conocimos a Waluigi, cumple 25 años

Mario Tennis, uno de los mejores y más divertidos juegos deportivos de Nintendo 64, se estrenó hace ya 25 años, dando origen a una saga que ha contado con numerosas entregas hasta nuestros días.

El pasado 21 de julio se cumplieron 25 años desde el lanzamiento original de Mario Tennis para Nintendo 64 en Japón, uno de los mejores juegos deportivos de la consola y el título que dio el pistoletazo de salida a una de las sagas de tenis arcade más divertidas que existen.

Tenis arcade y accesible, pero con mucha profundidad


Desarrollado por Camelot (quienes poco después nos sorprenderían con Golden Sun), el título sabía cómo hacer divertido y accesible un deporte como el tenis para todo tipo de jugadores, independientemente de su nivel de familiaridad con esta disciplina.



Para ello, el estudio nos ofreció un título muy ágil y rápido en el que con tan solo dos botones podíamos hacer prácticamente de todo: remates, globos, dejadas, controlar la dirección y potencia de la pelota, darle diversos tipos de efectos para despistar al rival...

De este modo, cualquiera podía coger el mando, disputar unos partidos y pasárselo bien, ya que tan solo nos bastaba con posicionarnos adecuadamente para golpear la bola, pulsar el botón o la combinación de botones requerida para ajustar el tipo de golpe que queríamos realizar (si lo pulsábamos varias veces aumentábamos su potencia) y al mismo tiempo decidir su dirección con el stick.



Lo mejor de todo es que, por mucho que estuviésemos ante un arcade, el hecho de poder ejecutar tantos golpes distintos le confería una profundidad más que bienvenida que hacía que fuese fácil de jugar, pero difícil de dominar. Además, aquí hay que destacar que los controles eran prácticamente perfectos y gozaban de una precisión que a día de hoy, un cuarto de siglo después, nos sigue sorprendiendo, ofreciéndonos una experiencia a los mandos de lo más satisfactoria y adictiva.

Además, el título hacía muy buen trabajo a la hora de recrear las físicas de la bola según el tipo de pista en el que compitiésemos, afectando así a su velocidad y comportamiento. Para aportar incluso más profundidad, el plantel de personajes se dividía en distintos tipos con sus propias características y peculiaridades que cambiaban nuestra forma de jugar. Por ejemplo, algunos de ellos, como Boo, podían darle unos efectos muy exagerados a la pelota, algo que podía llegar a convertirse en una auténtica pesadilla para el rival, mientras que Bowser y Donkey Kong se centraban en la potencia bruta, logrando unos golpes con una fuerza devastadora. Eso sí, a cambio eran extremadamente lentos, con todo lo que ello conlleva.



Y ya que hablamos de personajes, tenemos que destacar que este fue el juego en el que debutó Waluigi, un excéntrico personaje que ahora es especialmente popular entre los fans de Nintendo, pero que nunca está de más recordar que la primera vez que nos lo presentaron fue como un tenista de alto nivel.

Adicionalmente, el plantel también se encargó de recuperar a Daisy y Birdo, dos personajes que llevaban abandonados desde sus juegos originales. Y sí, este fue el título en el que pudimos jugar por primera vez con Boo, Shy Guy y Paratroopa en un producto de Mario.

Quizá el punto en el que más flojeó fue en sus modos de juego, ya que solo podíamos jugar partidos de exhibición (individuales y dobles, ya sea contra la IA u otros jugadores), competir en unas pocas copas de 3 partidos o disfrutar de dos minijuegos (uno de devolver las bolas que nos lanzaban las plantas piraña y otro en el que debíamos ajustar nuestros golpes para que la bola atravesase unos anillos) y de una versión muy fantasiosa de este deporte en la que jugábamos sobre una pista que se balanceaba mientras recogíamos y lanzábamos objetos al más puro estilo Mario Kart.



Si nos lo preguntáis, los partidos de tenis "normales" nos parecen infinitas veces más divertidos que los minijuegos o el modo con objetos, aunque estos añadidos para echar alguna que otra partida esporádica con los amigos no estaban del todo mal.

Llegados a este punto nos vemos en la obligación de mencionar que, unos meses después, llegó a las tiendas una versión para Game Boy Color que se caracterizó por ser una aventura de rol sorprendentemente completa que usaba como base la jugabilidad de la versión de Nintendo 64, por lo que debíamos encarnar a un chico o una chica disputando partidos para subir de nivel, mejorar nuestros atributos y convertirnos en el tenista definitivo capaz de derrotar al mejor deportista de todos los tiempos: el mismísimo Mario.

Por supuesto, también podíamos jugar partidos de exhibición normales e incluso competir con nuestros amigos vía cable Link, pero fue un modo tan bueno, divertido e interesante que no entendemos que no se haya vuelto a recuperar desde los tiempos de GBA en los juegos deportivos del fontanero.



Si mencionamos este juego es porque gracias al Transfer Pak podíamos conectar la versión de Nintendo 64 y GBC para desbloquear los personajes exclusivos de la portátil en la consola de sobremesa, un pequeño extra que quizá no muchos pudieron disfrutar por el requisito de tener ambos títulos y el accesorio.

La buena noticia es que actualmente ambos títulos están disponibles en el catálogo de clásicos de Nintendo Switch Online (en el caso de la edición de Nintendo 64 es necesario tener la suscripción de NSO + Paquete de Expansión), así que podéis acceder a ellos con suma facilidad e incluso disputar partidos online con vuestros amigos, por lo que os animamos a que les deis una oportunidad, aunque solo sea por comprobar por vosotros mismos cómo Camelot y Nintendo clavaron a la perfección su jugabilidad hace 25 años.

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