15 años de Xenoblade Chronicles, el inicio de una de las mejores y más importantes sagas de rol de Nintendo
Xenoblade Chronicles llegó por primera vez a las tiendas japonesas el 10 de junio de 2010, dando el pistoletazo de salida a una de las sagas de juegos de rol más aclamadas y queridas de la actualidad.
Xenoblade Chronicles se ha convertido en los últimos años en una de las sagas más aclamadas y reverenciadas por los fans de juegos de rol. Juegazo tras juegazo, Monolith Soft no ha dejado de sorprendernos con aventuras que han llevado al límite las consolas en las que se han estrenado y que nos han permitido disfrutar de unas historias inolvidables, de unos mundos con una escala impensable y de unas mecánicas jugables divertidísimas y con una profundidad abrumadora.
Esta semana la serie está de celebración, ya que el pasado 10 de junio se cumplieron 15 años desde que su entrega original, Xenoblade Chronicles, se estrenara en Japón para Wii, un título que no llegaría a Europa hasta 2011 y que nos pilló a todos con la guardia baja ante su exquisita propuesta.
Y no es para menos, ya que si alguien nos hubiese dicho que llegaríamos a ver semejante despliegue técnico en una consola como Wii no nos lo habríamos creído: unas secuencias de vídeo espectaculares y de una calidad altísima, unos escenarios descomunales y con una escala que nos hacían sentir como meras hormigas, grandes efectos visuales, montones de elementos en pantalla, enemigos colosales y prácticamente ninguna pantalla de carga que separase sus zonas.
Lo que consiguió Monolith Soft aquí fue prácticamente magia negra y no hay ningún título de la consola con un apartado gráfico que siquiera se le acerque. Eso sí, no os penséis que esto era simplemente un juego bonito de ver, ya que la obra de Tetsuya Takahashi y su equipo también destacó en muchos otros aspectos.
Uno de ellos fue, sin duda, su historia, la cual enganchaba desde el primer minuto y estaba repleta de infinidad de giros que eran casi imposibles de predecir, por no hablar de una de las rectas finales más inesperadas que hemos experimentado en RPG alguno. Sus personajes también se hacían querer y tenían carisma y la premisa de que el mundo que recorríamos era en realidad los cadáveres de dos antiguos dioses resultaba fascinante.
A nivel jugable, teníamos un sistema de combate híbrido entre acción en tiempo real y turnos que recordaba mucho a lo visto en los MMORPG de antaño y a títulos como Final Fantasy XII. De este modo, podíamos movernos libremente mientras nuestros personajes atacaban automáticamente y seleccionábamos las habilidades que queríamos que usaran, las cuáles podían ganar propiedades adicionales dependiendo de nuestro posicionamiento y de las debilidades con las que castigásemos a los rivales. Por ejemplo, un personaje podía desproteger al monstruo con el que estuviésemos luchando para que otro pudiera derribarlo y así ganar unos segundos que solían ser vitales.
Lo realmente interesante de estas batallas es que Shulk, el joven protagonista, portaba una espada legendaria llamada Monado que le permitía ver el futuro, un futuro que podíamos alterar con nuestras acciones durante las peleas. Generalmente, cuando teníamos una visión de lo que iba a ocurrir, era una advertencia sobre un potente ataque del rival que podía acabar con nuestras vidas, permitiéndonos así reaccionar de diferentes formas para protegernos antes de que ocurra o impidiendo que dicha técnica especial se llegue a ejecutar.
A veces, alterar el destino también podía llevarnos a otro futuro igual de aciago en consecuencia, algo que se nos volvía a indicar con una visión y que nuevamente podíamos intentar evitar, dándole así una personalidad única a los enfrentamientos que resultaba de lo más divertida y espectacular, sobre todo al hacer frente a sus numerosos y desafiantes jefes.
Sumadle a todo esto que se trata de una aventura mastodóntica cuya historia principal podía llevarnos perfectamente unas 80 horas completar (cifra que se podía extender muchísimo si pretendíamos hacerlo todo) y una banda sonora de absoluto ensueño y repleta de temazos que seguimos escuchando a día de hoy con cierta frecuencia sin cansarnos lo más mínimo, y tendréis un RPG prácticamente imprescindible.
Sí, se le podía achacar que tenía una ingente cantidad de misiones secundarias que no pasaban de ser los típicos recados de recoger objetos, eliminar un determinado número de enemigos o derrotar a un monstruo único, pero el juego siempre se las apañaba para ser divertido.
Tras él, la saga nos ha dado dos maravillosas secuelas numeradas que han llevado la historia por direcciones totalmente inesperadas y fascinantes, así como una entrega muy especial llamada Xenoblade Chronicles X que nos ha ofrecido uno de los mundos abiertos más increíbles y únicos que se han hecho nunca.
Además de su estreno original en Wii, Xenoblade Chronicles también tuvo una sorprendente conversión a New Nintendo 3DS y una remasterización muy trabajada para Nintendo Switch que, además, introdujo nuevos contenidos de historia, sin duda la versión más fácil de adquirir y que más os recomendamos para descubrir por primera vez o rejugar este juegazo que no os podéis perder.
Como curiosidad, cabe señalar que el lanzamiento en España del primer Xenoblade Chronicles fue un poco caótico debido a la enorme escasez de unidades que se distribuyeron en las tiendas de nuestro país, lo que hizo que durante sus primeras semanas fuese toda una odisea hacerse con una copia, por no hablar ya de lo que supuso intentar conseguir su edición para coleccionistas, la cuál traía consigo una edición limitada en rojo del mando clásico de Wii.
¿Y vosotros? ¿Lo jugasteis en su día cuando se estrenó en Wii o descubristeis la saga a posteriori? ¿Cómo ha sido vuestra relación con estos juegazos de Monolith Soft y cuál es vuestro favorito? Os leemos en la sección de comentarios.
Xenoblade Chronicles se ha convertido en los últimos años en una de las sagas más aclamadas y reverenciadas por los fans de juegos de rol. Juegazo tras juegazo, Monolith Soft no ha dejado de sorprendernos con aventuras que han llevado al límite las consolas en las que se han estrenado y que nos han permitido disfrutar de unas historias inolvidables, de unos mundos con una escala impensable y de unas mecánicas jugables divertidísimas y con una profundidad abrumadora.
15 años de un RPG imprescindible que llevó a Wii al límite
Esta semana la serie está de celebración, ya que el pasado 10 de junio se cumplieron 15 años desde que su entrega original, Xenoblade Chronicles, se estrenara en Japón para Wii, un título que no llegaría a Europa hasta 2011 y que nos pilló a todos con la guardia baja ante su exquisita propuesta.
Y no es para menos, ya que si alguien nos hubiese dicho que llegaríamos a ver semejante despliegue técnico en una consola como Wii no nos lo habríamos creído: unas secuencias de vídeo espectaculares y de una calidad altísima, unos escenarios descomunales y con una escala que nos hacían sentir como meras hormigas, grandes efectos visuales, montones de elementos en pantalla, enemigos colosales y prácticamente ninguna pantalla de carga que separase sus zonas.
Lo que consiguió Monolith Soft aquí fue prácticamente magia negra y no hay ningún título de la consola con un apartado gráfico que siquiera se le acerque. Eso sí, no os penséis que esto era simplemente un juego bonito de ver, ya que la obra de Tetsuya Takahashi y su equipo también destacó en muchos otros aspectos.
Uno de ellos fue, sin duda, su historia, la cual enganchaba desde el primer minuto y estaba repleta de infinidad de giros que eran casi imposibles de predecir, por no hablar de una de las rectas finales más inesperadas que hemos experimentado en RPG alguno. Sus personajes también se hacían querer y tenían carisma y la premisa de que el mundo que recorríamos era en realidad los cadáveres de dos antiguos dioses resultaba fascinante.
A nivel jugable, teníamos un sistema de combate híbrido entre acción en tiempo real y turnos que recordaba mucho a lo visto en los MMORPG de antaño y a títulos como Final Fantasy XII. De este modo, podíamos movernos libremente mientras nuestros personajes atacaban automáticamente y seleccionábamos las habilidades que queríamos que usaran, las cuáles podían ganar propiedades adicionales dependiendo de nuestro posicionamiento y de las debilidades con las que castigásemos a los rivales. Por ejemplo, un personaje podía desproteger al monstruo con el que estuviésemos luchando para que otro pudiera derribarlo y así ganar unos segundos que solían ser vitales.
Lo realmente interesante de estas batallas es que Shulk, el joven protagonista, portaba una espada legendaria llamada Monado que le permitía ver el futuro, un futuro que podíamos alterar con nuestras acciones durante las peleas. Generalmente, cuando teníamos una visión de lo que iba a ocurrir, era una advertencia sobre un potente ataque del rival que podía acabar con nuestras vidas, permitiéndonos así reaccionar de diferentes formas para protegernos antes de que ocurra o impidiendo que dicha técnica especial se llegue a ejecutar.
A veces, alterar el destino también podía llevarnos a otro futuro igual de aciago en consecuencia, algo que se nos volvía a indicar con una visión y que nuevamente podíamos intentar evitar, dándole así una personalidad única a los enfrentamientos que resultaba de lo más divertida y espectacular, sobre todo al hacer frente a sus numerosos y desafiantes jefes.
Sumadle a todo esto que se trata de una aventura mastodóntica cuya historia principal podía llevarnos perfectamente unas 80 horas completar (cifra que se podía extender muchísimo si pretendíamos hacerlo todo) y una banda sonora de absoluto ensueño y repleta de temazos que seguimos escuchando a día de hoy con cierta frecuencia sin cansarnos lo más mínimo, y tendréis un RPG prácticamente imprescindible.
Sí, se le podía achacar que tenía una ingente cantidad de misiones secundarias que no pasaban de ser los típicos recados de recoger objetos, eliminar un determinado número de enemigos o derrotar a un monstruo único, pero el juego siempre se las apañaba para ser divertido.
Tras él, la saga nos ha dado dos maravillosas secuelas numeradas que han llevado la historia por direcciones totalmente inesperadas y fascinantes, así como una entrega muy especial llamada Xenoblade Chronicles X que nos ha ofrecido uno de los mundos abiertos más increíbles y únicos que se han hecho nunca.
Además de su estreno original en Wii, Xenoblade Chronicles también tuvo una sorprendente conversión a New Nintendo 3DS y una remasterización muy trabajada para Nintendo Switch que, además, introdujo nuevos contenidos de historia, sin duda la versión más fácil de adquirir y que más os recomendamos para descubrir por primera vez o rejugar este juegazo que no os podéis perder.
Como curiosidad, cabe señalar que el lanzamiento en España del primer Xenoblade Chronicles fue un poco caótico debido a la enorme escasez de unidades que se distribuyeron en las tiendas de nuestro país, lo que hizo que durante sus primeras semanas fuese toda una odisea hacerse con una copia, por no hablar ya de lo que supuso intentar conseguir su edición para coleccionistas, la cuál traía consigo una edición limitada en rojo del mando clásico de Wii.
¿Y vosotros? ¿Lo jugasteis en su día cuando se estrenó en Wii o descubristeis la saga a posteriori? ¿Cómo ha sido vuestra relación con estos juegazos de Monolith Soft y cuál es vuestro favorito? Os leemos en la sección de comentarios.