¿A qué juegos se parece realmente Elden Ring Nightreign y cómo se desarrolla una partida normal?
Si aún tienes dudas sobre qué es lo que te encontrarás en Elden Ring Nightreign, vamos a desgranar todos los géneros que se tocan explicando una partida normal del juego.
Con el estreno deElden Ring Nightreign , del que ya os hemos ofrecido nuestro análisis, seguramente aún quede gente que no sabe exactamente qué palos toca el juego. Se ha llegado a hablar de que si es un battle royale, que si es una especie de hero shooter pero con fantasía en lugar de disparos... Lo cierto es que se mezclan varias mecánicas diferentes y a lo mejor con una explicación de cómo funciona una partida podéis aclararos un poco más.
Hay que destacar que esto es una cuestión orientativa para que entendáis todo lo que lleva a una partida de Nightreign. Las partidas cambian mucho entre unas y otras, pero al menos os haréis una idea.
¿Cómo funciona una partida de Elden Ring Nightreign y a qué géneros o a qué juegos se parece?
Las partidas de Elden Ring Nightreign se centran en explorar una variante del mapa del Necrolimbo (no se parece en casi nada al mapa original, así que no contéis con la experiencia previa) en las que tendremos que ir consiguiendo equipo, subir de nivel y derrotar a enemigos. Hasta aquí, la base es completamente normal... pero vais a ver que las cosas son muy distintas a lo que estamos acostumbrados en los souls.
Selección personaje y Expedición
Lo primero que habrá que hacer es seleccionar a uno de los 8 personajes disponibles. Cada uno de ellos tiene unos atributos y habilidades completamente diferentes entre sí. Esto no es nuevo en los souls, donde siempre hay una clase inicial. La principal diferencia es que aquí realmente importa, porque al subir de nivel no seleccionarás los atributos que mejoras. Es un sistema de clases bastante cerrado y que determinará cómo vas a jugar. Salvando enormemente las evidentes diferencias, pensad un poco en Overwatch: cada héroe se mueve y actúa de forma diferente, además de centrarse en un tipo de combate y rol en las partidas.
Aparte de eso, puedes equipar una serie de reliquias en un altar. Piensa en ellas como en unas mejoras para cada partida que te permiten activar modificadores. Sus efectos van desde darle un atributo elemental a tu arma inicial hasta curar a tus compañeros al eliminar a enemigos.
Hecho esto, hay que pasar a seleccionar la Expedición, que es como se llama cada run. El mapa siempre será igual (con una excepción que depende de cierto evento que altera el centro del mapa). Esta elección es bastante importante porque tiende a determinar el tipo de enemigos y se escoge al que será el jefe final de la Expedición. Fíjate en que te indican qué elemento será eficaz contra el jefe con un icono junto a la palabra "Efectivo", justo bajo el nombre de la Expedición. Tenlo presente si tienes reliquias que te puedan dar ventaja elemental.
Una vez seleccionada la Expedición y si quieres jugar en equipo (tendréis que ser 3, no puede ser en parejas. Para esto el juego cuenta con matchmaking en caso de que no tengas con quién llenar el grupo) o prefieres ir en solitario, se lanza la partida.
Día 1 de la Expedición
Comenzarás la partida volando con el Halcón Espectral. Aquí se usa en parte la mecánica del ala delta o paracaídas de juegos battle royale tipo Fortnite. Sin embargo, no podrás determinar la dirección: el pájaro seguirá una ruta en la que podrás alterar mínimamente la dirección y puedes dejarte caer cuando quieras o el pájaro te soltará al llegar al final del trazado.
El aterrizaje siempre te deja cerca de un campamento con enemigos menores, a los que puedes eliminar para conseguir algunas runas y algo de equipo u objetos. Aquí comenzará la parte de exploración: te toca abrir el mapa y ver qué tienes cerca.
En este aspecto, la cosa funciona como en cualquier soulslike. Es decir, hay edificios y pequeñas mazmorras, hay enemigos menores que pueden dejar caer loot, hay enemigos con nombre o jefes de los que conseguir mucho mejor botín y runas... todo esto mientras vas subiendo de nivel.
Pero cuidado, porque en algún momento las llamas de la noche empezarán a estrecharse a tu alrededor y te obligarán a moverte. En este punto, en el mapa se delimitará un círculo que señala la zona segura del mapa del juego. De nuevo, es básicamente la tormenta de Fortnite u otros battle royale.
Si no llegas a la zona segura y te atrapan las llamas azules, sufrirás daño hasta morir. Y morir es algo que sucederá antes o después. Aquí, el juego vuelve a usar las mecánicas soulslike: perderás todas tus runas y en el punto donde hubieras muerto quedará un icono que te señala donde moriste, para que puedas ir hasta allí y recuperarlas. Para colmo de males, perderás un nivel, lo que te debilita y obliga a volver a subirlo. Si te mata un enemigo, un aliado puede revivirte golpeándote, pero ten en cuenta que por cada muerte harán falta más ataques.
Pasado un rato, el anillo de llamas volverá a hacerse más pequeño. En esta ocasión siempre te marcarán en el mapa un árbol áureo que indica la zona segura.
Tu única preocupación ahora debe ser la de llegar a esta zona segura. Una vez llegues y el círculo termine de cerrarse, aparecerá una oleada de enemigos menores que siempre te darán una pista sobre el jefe que aparecerá. El jefe seleccionado es uno al azar de un abanico en función de la Expedición escogida. Si por ejemplo aparecen semihumanos, te las verás con el espadachín enano y la reina semihumana; si aparecen augurios, toca enfrentarse al Augurio Caído, etc.
Hay que tener en cuenta que ya no hay límite de tiempo: las llamas no se cerrarán sobre vuestros personajes por mucho que tardéis. Es la hora de la paciencia y de buscar el momento para atacar. Eso sí, tened en cuenta que si morís en este combate, se acabará la Expedición, no reviviréis sin runas.
Si conseguís derrotar al jefe, igual que con cualquier gran enemigo, aparecerá un orbe negro del que podréis conseguir armas o ventajas para esa partida, además de runas con las que subir de nivel. Pasados unos segundos, el círculo de llamas se despeja para dar paso al segundo día.
Día 2 de la Expedición
El Día 2 es similar al primero en cuanto a cómo funciona el juego: exploras, eliminas enemigos, subes de nivel y consigues las mejores armas posibles. La principal diferencia está en que verás cómo en el mapa aparecen iconos de grandes enemigos. Se trata de unas cabezas de dragón con contorno rojo que señalan la posición de jefes bastante fuertes.
Dado que se supone que tú y tu equipo habéis subido de nivel, no es mala idea ir a por alguno. Aparte de dar muchas runas, también dan mejor equipo que en el Día 1. Por lo demás, el resto del día funcionará igual: las llamas se cierran dos veces, en la segunda hay que ir al árbol áureo y acabar con un segundo jefe para pasar al Día 3.
Día 3 de la Expedición
El Día 3 siempre tiene lugar en el mismo sitio. Comenzarás en un punto donde hay una tienda (con objetos al azar dentro de una selección que incluye lágrimas para el vial, piedras de forja y consumibles), un yunque para mejorar armas y una gracia para subir de nivel.
Después de esto, tocará avanzar para enfrentarse al jefe final de la Expedición. El jefe será el que escogieras al seleccionar expedición, y el juego se pone más souls que nunca. Enemigos terribles, ataques multifase, de zona de efecto, de estados alterados, de aliento, gigantescas hitboxes para algunos golpes... toca tirar de habilidad si quieres ver cómo el enemigo cae.
Final de la Expedición o muerte
Tanto si tu equipo muere contra un jefe o supera el Día 3, el resultado será similar. Conseguiréis una serie de Reliquias como recompensa, puntos para comprar ciertos objetos en el Bazar de Tarro y regresaréis a la Mesa Redonda. Si además habéis derrotado al jefe de la Expedición pueden suceder otras cosas. Cosas que van desde conseguir una Reliquia especial a que tenga lugar un evento que altere el mapa durante un par de expediciones, pero lo fundamental es que volvéis a empezar de cero, solamente se conservan las Reliquias.
Aquí el juego deja clara la idea de roguelike, despojándote de todo tu progreso... y vuelta a empezar, a buscar otros enemigos, esperar a otros eventos y demás. Como podéis, la combinación de souls, de juego con clases cerradas y mecánicas de battle royale da como resultado un juego que es prácticamente algo nuevo. Ahora son los jugadores los que deben aprobar o suspender esta idea.
Con el estreno de
Hay que destacar que esto es una cuestión orientativa para que entendáis todo lo que lleva a una partida de Nightreign. Las partidas cambian mucho entre unas y otras, pero al menos os haréis una idea.
Las partidas de Elden Ring Nightreign se centran en explorar una variante del mapa del Necrolimbo (no se parece en casi nada al mapa original, así que no contéis con la experiencia previa) en las que tendremos que ir consiguiendo equipo, subir de nivel y derrotar a enemigos. Hasta aquí, la base es completamente normal... pero vais a ver que las cosas son muy distintas a lo que estamos acostumbrados en los souls.
Lo primero que habrá que hacer es seleccionar a uno de los 8 personajes disponibles. Cada uno de ellos tiene unos atributos y habilidades completamente diferentes entre sí. Esto no es nuevo en los souls, donde siempre hay una clase inicial. La principal diferencia es que aquí realmente importa, porque al subir de nivel no seleccionarás los atributos que mejoras. Es un sistema de clases bastante cerrado y que determinará cómo vas a jugar. Salvando enormemente las evidentes diferencias, pensad un poco en Overwatch: cada héroe se mueve y actúa de forma diferente, además de centrarse en un tipo de combate y rol en las partidas.
Aparte de eso, puedes equipar una serie de reliquias en un altar. Piensa en ellas como en unas mejoras para cada partida que te permiten activar modificadores. Sus efectos van desde darle un atributo elemental a tu arma inicial hasta curar a tus compañeros al eliminar a enemigos.
Hecho esto, hay que pasar a seleccionar la Expedición, que es como se llama cada run. El mapa siempre será igual (con una excepción que depende de cierto evento que altera el centro del mapa). Esta elección es bastante importante porque tiende a determinar el tipo de enemigos y se escoge al que será el jefe final de la Expedición. Fíjate en que te indican qué elemento será eficaz contra el jefe con un icono junto a la palabra "Efectivo", justo bajo el nombre de la Expedición. Tenlo presente si tienes reliquias que te puedan dar ventaja elemental.
Una vez seleccionada la Expedición y si quieres jugar en equipo (tendréis que ser 3, no puede ser en parejas. Para esto el juego cuenta con matchmaking en caso de que no tengas con quién llenar el grupo) o prefieres ir en solitario, se lanza la partida.
Comenzarás la partida volando con el Halcón Espectral. Aquí se usa en parte la mecánica del ala delta o paracaídas de juegos battle royale tipo Fortnite. Sin embargo, no podrás determinar la dirección: el pájaro seguirá una ruta en la que podrás alterar mínimamente la dirección y puedes dejarte caer cuando quieras o el pájaro te soltará al llegar al final del trazado.
El aterrizaje siempre te deja cerca de un campamento con enemigos menores, a los que puedes eliminar para conseguir algunas runas y algo de equipo u objetos. Aquí comenzará la parte de exploración: te toca abrir el mapa y ver qué tienes cerca.
En este aspecto, la cosa funciona como en cualquier soulslike. Es decir, hay edificios y pequeñas mazmorras, hay enemigos menores que pueden dejar caer loot, hay enemigos con nombre o jefes de los que conseguir mucho mejor botín y runas... todo esto mientras vas subiendo de nivel.
Pero cuidado, porque en algún momento las llamas de la noche empezarán a estrecharse a tu alrededor y te obligarán a moverte. En este punto, en el mapa se delimitará un círculo que señala la zona segura del mapa del juego. De nuevo, es básicamente la tormenta de Fortnite u otros battle royale.
Si no llegas a la zona segura y te atrapan las llamas azules, sufrirás daño hasta morir. Y morir es algo que sucederá antes o después. Aquí, el juego vuelve a usar las mecánicas soulslike: perderás todas tus runas y en el punto donde hubieras muerto quedará un icono que te señala donde moriste, para que puedas ir hasta allí y recuperarlas. Para colmo de males, perderás un nivel, lo que te debilita y obliga a volver a subirlo. Si te mata un enemigo, un aliado puede revivirte golpeándote, pero ten en cuenta que por cada muerte harán falta más ataques.
Pasado un rato, el anillo de llamas volverá a hacerse más pequeño. En esta ocasión siempre te marcarán en el mapa un árbol áureo que indica la zona segura.
Tu única preocupación ahora debe ser la de llegar a esta zona segura. Una vez llegues y el círculo termine de cerrarse, aparecerá una oleada de enemigos menores que siempre te darán una pista sobre el jefe que aparecerá. El jefe seleccionado es uno al azar de un abanico en función de la Expedición escogida. Si por ejemplo aparecen semihumanos, te las verás con el espadachín enano y la reina semihumana; si aparecen augurios, toca enfrentarse al Augurio Caído, etc.
Hay que tener en cuenta que ya no hay límite de tiempo: las llamas no se cerrarán sobre vuestros personajes por mucho que tardéis. Es la hora de la paciencia y de buscar el momento para atacar. Eso sí, tened en cuenta que si morís en este combate, se acabará la Expedición, no reviviréis sin runas.
Si conseguís derrotar al jefe, igual que con cualquier gran enemigo, aparecerá un orbe negro del que podréis conseguir armas o ventajas para esa partida, además de runas con las que subir de nivel. Pasados unos segundos, el círculo de llamas se despeja para dar paso al segundo día.
El Día 2 es similar al primero en cuanto a cómo funciona el juego: exploras, eliminas enemigos, subes de nivel y consigues las mejores armas posibles. La principal diferencia está en que verás cómo en el mapa aparecen iconos de grandes enemigos. Se trata de unas cabezas de dragón con contorno rojo que señalan la posición de jefes bastante fuertes.
Dado que se supone que tú y tu equipo habéis subido de nivel, no es mala idea ir a por alguno. Aparte de dar muchas runas, también dan mejor equipo que en el Día 1. Por lo demás, el resto del día funcionará igual: las llamas se cierran dos veces, en la segunda hay que ir al árbol áureo y acabar con un segundo jefe para pasar al Día 3.
El Día 3 siempre tiene lugar en el mismo sitio. Comenzarás en un punto donde hay una tienda (con objetos al azar dentro de una selección que incluye lágrimas para el vial, piedras de forja y consumibles), un yunque para mejorar armas y una gracia para subir de nivel.
Después de esto, tocará avanzar para enfrentarse al jefe final de la Expedición. El jefe será el que escogieras al seleccionar expedición, y el juego se pone más souls que nunca. Enemigos terribles, ataques multifase, de zona de efecto, de estados alterados, de aliento, gigantescas hitboxes para algunos golpes... toca tirar de habilidad si quieres ver cómo el enemigo cae.
Tanto si tu equipo muere contra un jefe o supera el Día 3, el resultado será similar. Conseguiréis una serie de Reliquias como recompensa, puntos para comprar ciertos objetos en el Bazar de Tarro y regresaréis a la Mesa Redonda. Si además habéis derrotado al jefe de la Expedición pueden suceder otras cosas. Cosas que van desde conseguir una Reliquia especial a que tenga lugar un evento que altere el mapa durante un par de expediciones, pero lo fundamental es que volvéis a empezar de cero, solamente se conservan las Reliquias.
Aquí el juego deja clara la idea de roguelike, despojándote de todo tu progreso... y vuelta a empezar, a buscar otros enemigos, esperar a otros eventos y demás. Como podéis, la combinación de souls, de juego con clases cerradas y mecánicas de battle royale da como resultado un juego que es prácticamente algo nuevo. Ahora son los jugadores los que deben aprobar o suspender esta idea.