El videojuego que marcó el inicio de una nueva Nintendo: 20 años de Nintendogs
Nintendogs fue un simulador de mascotas que sacó provecho de Nintendo DS y triunfó más allá de los usuarios tradicionales de videojuegos.
Un juego que nació de una idea conjunta entre grandes diseñadores como Shigeru Miyamoto, Shigesato Itoi, Tsunekazu Ishihara e incluso Satoru Iwata. ¿A que suena bien? Pues una vez existió algo así, y aunque no llegó a ver la luz recibió un curioso nombre: Cabbage. Este título era una especie de tamagotchi realizado por Nintendo para el fallido periférico 64DD. Estuvo en desarrollo durante varios años, hasta que su idea (junto al hecho de que Miyamoto se comprara un perro) condujo a algo diferente, pero a la vez parecido: el genial Nintendogs.
En un momento dado, y con la llegada de Nintendo DS, la compañía japonesa pensó que sería bueno contar con un buen catálogo de lanzamiento más allá de Metroid Prime Hunters. Es cierto que llegó unos meses más tarde, pero no fue obstáculo para que se convirtiera en uno de esos juegos capaces de explicar el éxito de la consola dual-screen. Contando todas sus ediciones, vendió cerca de 24 millones de copias en todo el mundo, atrayendo además a un tipo de jugador distinto al habitual y ampliando de esta manera el mercado.
Nintendogs fue diseñado teniendo en cuanta a los no-jugadores, a aquellas personas que no tenían una especial habilidad para jugar a videojuegos. Miyamoto e Iwata no querían un título con objetivos, niveles y las típicas convenciones. Querían algo que fuese intuitivo y ofreciese una satisfacción inmediata al apretar la pantalla táctil de Nintendo DS, sirviendo de paso como una punta de lanza para demostrar las funcionalidades de la novedosa consola portátil.
El concepto de Nintendogs era muy sencillo: usar el stylus y el micrófono para interactuar con una mascota virtual. Tocando la pantalla podíamos llamar la atención de nuestro cachorro, así como alimentarlo o jugar con él. Podíamos hacer todo esto a través de un entorno virtual, con un reloj y un calendario que nos recordaban volver de vez en cuando. Si pasaba mucho tiempo, la condición de nuestra mascota se deterioraba, pero nunca envejecía o moría.
El concepto era básicamente el del tamagotchi, pero evolucionado, muy adaptado a DS y dotado del espíritu Nintendo. La interfaz era muy simple y podía ser comprendida fácilmente por cualquier persona que adquiriera la consola. De hecho, se convirtió en el primer juego de muchos de los que compraron la portátil. Es más, fue un juego muy popular, que llamó la atención y justificó en muchos casos la adquisición del sistema (de hecho existió un pack de juego más consola).
Tanta era la confianza en este producto, que en Nintendo diseñaron hasta tres versiones distintas (de forma similar a lo que se hizo con las entregas de Pokémon). En su lanzamiento tuvimos las ediciones Labrador, Chihuahua y Teckel, cada una de ellas con seis perros a domesticar. No obstante, independientemente de la versión que escogieras podías acceder a los 18 cachorros disponibles en todas las versiones. Era una pura maniobra de marketing, y que dio muy buenos resultados.
Jugar al frisbee con tu mascota lanzándolo con el stylus era toda una experiencia, así como llamarlo por su nombre para que viniese hasta la pantalla y te mirara. También podías dar paseos e ir al parque, así como disfrutar de la opción multijugador para comunicarte con otros usuarios, darles regalos y jugar con ellos (siempre que tuviéseis ambos una copia del juego y estuviéseis a pocos metros de distancia).
Nintendogs apareció hace ya 20 años, pero sigue sorprendiendo su propuesta y cómo encajaba con una máquina como Nintendo DS, convirtiéndose en un juego importantísimo dentro de la historia de la compañía japonesa, que daría paso a otro tipo de propuestas casuales como Brain Training o Wii Sports. ¿Llegaste a jugarlo en su día? ¿Cómo viviste su estreno? Cuéntanos en los comentarios tu relación con Nintendogs y si crees que ha sido uno de los juegos más revolucionarios de Nintendo.
Un juego que nació de una idea conjunta entre grandes diseñadores como Shigeru Miyamoto, Shigesato Itoi, Tsunekazu Ishihara e incluso Satoru Iwata. ¿A que suena bien? Pues una vez existió algo así, y aunque no llegó a ver la luz recibió un curioso nombre: Cabbage. Este título era una especie de tamagotchi realizado por Nintendo para el fallido periférico 64DD. Estuvo en desarrollo durante varios años, hasta que su idea (junto al hecho de que Miyamoto se comprara un perro) condujo a algo diferente, pero a la vez parecido: el genial Nintendogs.
En un momento dado, y con la llegada de Nintendo DS, la compañía japonesa pensó que sería bueno contar con un buen catálogo de lanzamiento más allá de Metroid Prime Hunters. Es cierto que llegó unos meses más tarde, pero no fue obstáculo para que se convirtiera en uno de esos juegos capaces de explicar el éxito de la consola dual-screen. Contando todas sus ediciones, vendió cerca de 24 millones de copias en todo el mundo, atrayendo además a un tipo de jugador distinto al habitual y ampliando de esta manera el mercado.
El juego que marcó un punto de inflexión en Nintendo
Nintendogs fue diseñado teniendo en cuanta a los no-jugadores, a aquellas personas que no tenían una especial habilidad para jugar a videojuegos. Miyamoto e Iwata no querían un título con objetivos, niveles y las típicas convenciones. Querían algo que fuese intuitivo y ofreciese una satisfacción inmediata al apretar la pantalla táctil de Nintendo DS, sirviendo de paso como una punta de lanza para demostrar las funcionalidades de la novedosa consola portátil.
El concepto de Nintendogs era muy sencillo: usar el stylus y el micrófono para interactuar con una mascota virtual. Tocando la pantalla podíamos llamar la atención de nuestro cachorro, así como alimentarlo o jugar con él. Podíamos hacer todo esto a través de un entorno virtual, con un reloj y un calendario que nos recordaban volver de vez en cuando. Si pasaba mucho tiempo, la condición de nuestra mascota se deterioraba, pero nunca envejecía o moría.
El concepto era básicamente el del tamagotchi, pero evolucionado, muy adaptado a DS y dotado del espíritu Nintendo. La interfaz era muy simple y podía ser comprendida fácilmente por cualquier persona que adquiriera la consola. De hecho, se convirtió en el primer juego de muchos de los que compraron la portátil. Es más, fue un juego muy popular, que llamó la atención y justificó en muchos casos la adquisición del sistema (de hecho existió un pack de juego más consola).
Tanta era la confianza en este producto, que en Nintendo diseñaron hasta tres versiones distintas (de forma similar a lo que se hizo con las entregas de Pokémon). En su lanzamiento tuvimos las ediciones Labrador, Chihuahua y Teckel, cada una de ellas con seis perros a domesticar. No obstante, independientemente de la versión que escogieras podías acceder a los 18 cachorros disponibles en todas las versiones. Era una pura maniobra de marketing, y que dio muy buenos resultados.
Jugar al frisbee con tu mascota lanzándolo con el stylus era toda una experiencia, así como llamarlo por su nombre para que viniese hasta la pantalla y te mirara. También podías dar paseos e ir al parque, así como disfrutar de la opción multijugador para comunicarte con otros usuarios, darles regalos y jugar con ellos (siempre que tuviéseis ambos una copia del juego y estuviéseis a pocos metros de distancia).
Nintendogs apareció hace ya 20 años, pero sigue sorprendiendo su propuesta y cómo encajaba con una máquina como Nintendo DS, convirtiéndose en un juego importantísimo dentro de la historia de la compañía japonesa, que daría paso a otro tipo de propuestas casuales como Brain Training o Wii Sports. ¿Llegaste a jugarlo en su día? ¿Cómo viviste su estreno? Cuéntanos en los comentarios tu relación con Nintendogs y si crees que ha sido uno de los juegos más revolucionarios de Nintendo.