Hoy la mayoría ni lo conoce: Este FPS es uno de los juegos más innovadores e infravalorados de la historia
El ya extinto equipo de Human Head Studios tardó alrededor de 11 años en total en completar el desarrollo de este impresionante FPS que incluía uso de portales y gravedad entre sus mecánicas.
Al hablar de videojuegos innovadores en el género de los FPS que hayan pasado a la historia de la industria, a menudo nombres como DOOM o Half-Life suelen protagonizar este tipo de conversación. Desde luego, esos títulos merecen su reconocimiento, pero a lo largo del tiempo también otros equipos han firmado obras rompedoras que trataron de salirse de los moldes habituales, y lo consiguieron, aunque hoy pocos las recuerden...
El extinto equipo estadounidense de Human Head Studios fue el responsable en 2006 de publicar en el mercado uno de los juegos posiblemente más infravalorados de la actualidad. Hablamos de Prey, la aventura de un cherokee que debe enfrentarse a una invasión alienígena y que tardó más de una década en llevarse a cabo debido a su increíble ambición y mecánicas de juego.
Si decimos Prey, probablemente a muchos les venga a la cabeza el juego del año 2017 creado por Arkane Studios y distribuido por Bethesda, pero como algunos sabrán, este juego en concreto fue una especie de reimaginación de la propiedad intelectual creada por Human Head Studios de la que os hablamos en este artículo.
El Prey original, el de mediados del año 2006, fue publicado por 2K Games para PC y Xbox 360 y se trataba de un peculiar shooter en primera persona que utilizaba una versión modificada del famoso motor id Tech 4, el motor con el que id Software había hecho Doom 3.
Este Prey había comenzado su desarrollo en el lejano 1995 y pasó por un larguísimo proceso de diferentes iteraciones y cambios creativos hasta llegar a su versión definitiva. En parte, varios problemas técnicos insuperables debido a su ambición y mecánicas paralizaron el desarrollo, puesto que por ejemplo el equipo tenía intención desde el principio de incluir portales dinámicos que sirviesen tanto al jugador como a los enemigos para cambiar de plano y escenarios en tiempo real.
El uso de los portales fue algo completamente revolucionario como no se había visto hasta entonces en otros juegos (el poder disparar a través de ellos, atravesarlos de un lado a otro...). Sin ir más lejos, no sería hasta un año más tarde de la salida al mercado de Prey que Portal sorprendería al público con una mecánica de este tipo. Si bien, es cierto que el juego de Valve hacía mayor hincapié en los portales y permitía colocarlos manualmente en numerosos lugares.
Otra cualidad genial vista en Prey era la capacidad de cambiar la gravedad de los escenarios, ya que en muchas ocasiones podíamos disparar a distintos mecanismos para alterar la gravedad o utilizar secciones especiales de los mapas para este cometido. De esta manera, no era extraño acabar caminando por techos boca abajo disparando a enemigos o alterar la gravedad para poder completar ingeniosos puzles.
La aventura presentada en Prey era lineal y nos proponía encarnar a Tommy, un mecánico cherokee y ex-soldado que vive en una reserva de nativos de Oklahoma junto a su novia y su abuelo. Un día, todos ellos son hechos prisioneros por una enorme nave espacial alienígena que los lleva al espacio. Entonces, Tommy presencia la brutal muerte de su abuelo, e intentando rescatar a su novia, acaba sufriendo un experiencia cercana a la muerte.
En una especie de plano astral, Tommy obtiene unos poderes espirituales de su abuelo. A partir de entonces, nuestro protagonista puede separarse de su propio cuerpo para atravesar obstáculos como si fuese un espectro, disparar flechas con un arco, recibir ayuda de un halcón que lo guía e incluso sacar provecho de su capacidad de volver a la vida después de morir.
Prey era sin lugar a dudas un shooter de ciencia ficción único en su especie y uno de los juegos más originales de su época. Sus avances tecnológicos fueron muy llamativos y le sirvieron para acaparar buenas críticas y unos cuantos premios. Hasta logró ser un éxito financiero, ya que llegó a vender más de 1 millón de copias en todo el mundo en sus primeros meses de vida. Sin embargo, y por algún motivo, en la actualidad es un juego muy olvidado que no ha conseguido trascender en la memoria colectiva.
Lamentablemente, y aunque el equipo anunció una secuela en su día, esta nunca llegó a fraguarse. Bethesda Softworks compró la franquicia en 2009 y terminó cancelando el desarrollo de Prey 2 en 2014. La historia que sigue la conocemos. La IP se reinició y se reconvirtió en el Prey de 2017 de Arkane Studios, un juego igualmente fenomenal a su manera y que, irónicamente, también ha llegado a pasar sin mucha pena ni gloria por el mercado, repitiendo en cierta forma lo que le ocurrió al original.
Sea como sea, el Prey de Human Head es una joya que sigue sintiéndose fresco casi dos décadas después. Merece ser redescubierto, admirado y valorado por lo mucho que se adelantó a su tiempo. Gráficamente no ha envejecido demasiado bien, sí, pero jugablemente sigue siendo una bestia y uno de los mejores FPS.
Al hablar de videojuegos innovadores en el género de los FPS que hayan pasado a la historia de la industria, a menudo nombres como DOOM o Half-Life suelen protagonizar este tipo de conversación. Desde luego, esos títulos merecen su reconocimiento, pero a lo largo del tiempo también otros equipos han firmado obras rompedoras que trataron de salirse de los moldes habituales, y lo consiguieron, aunque hoy pocos las recuerden...
El extinto equipo estadounidense de Human Head Studios fue el responsable en 2006 de publicar en el mercado uno de los juegos posiblemente más infravalorados de la actualidad. Hablamos de Prey, la aventura de un cherokee que debe enfrentarse a una invasión alienígena y que tardó más de una década en llevarse a cabo debido a su increíble ambición y mecánicas de juego.
Uno de los FPS más arriesgados y únicos de la historia que todavía merece la pena redescubrir
Si decimos Prey, probablemente a muchos les venga a la cabeza el juego del año 2017 creado por Arkane Studios y distribuido por Bethesda, pero como algunos sabrán, este juego en concreto fue una especie de reimaginación de la propiedad intelectual creada por Human Head Studios de la que os hablamos en este artículo.
El Prey original, el de mediados del año 2006, fue publicado por 2K Games para PC y Xbox 360 y se trataba de un peculiar shooter en primera persona que utilizaba una versión modificada del famoso motor id Tech 4, el motor con el que id Software había hecho Doom 3.
Este Prey había comenzado su desarrollo en el lejano 1995 y pasó por un larguísimo proceso de diferentes iteraciones y cambios creativos hasta llegar a su versión definitiva. En parte, varios problemas técnicos insuperables debido a su ambición y mecánicas paralizaron el desarrollo, puesto que por ejemplo el equipo tenía intención desde el principio de incluir portales dinámicos que sirviesen tanto al jugador como a los enemigos para cambiar de plano y escenarios en tiempo real.
El uso de los portales fue algo completamente revolucionario como no se había visto hasta entonces en otros juegos (el poder disparar a través de ellos, atravesarlos de un lado a otro...). Sin ir más lejos, no sería hasta un año más tarde de la salida al mercado de Prey que Portal sorprendería al público con una mecánica de este tipo. Si bien, es cierto que el juego de Valve hacía mayor hincapié en los portales y permitía colocarlos manualmente en numerosos lugares.
Otra cualidad genial vista en Prey era la capacidad de cambiar la gravedad de los escenarios, ya que en muchas ocasiones podíamos disparar a distintos mecanismos para alterar la gravedad o utilizar secciones especiales de los mapas para este cometido. De esta manera, no era extraño acabar caminando por techos boca abajo disparando a enemigos o alterar la gravedad para poder completar ingeniosos puzles.
La aventura presentada en Prey era lineal y nos proponía encarnar a Tommy, un mecánico cherokee y ex-soldado que vive en una reserva de nativos de Oklahoma junto a su novia y su abuelo. Un día, todos ellos son hechos prisioneros por una enorme nave espacial alienígena que los lleva al espacio. Entonces, Tommy presencia la brutal muerte de su abuelo, e intentando rescatar a su novia, acaba sufriendo un experiencia cercana a la muerte.
En una especie de plano astral, Tommy obtiene unos poderes espirituales de su abuelo. A partir de entonces, nuestro protagonista puede separarse de su propio cuerpo para atravesar obstáculos como si fuese un espectro, disparar flechas con un arco, recibir ayuda de un halcón que lo guía e incluso sacar provecho de su capacidad de volver a la vida después de morir.
Prey era sin lugar a dudas un shooter de ciencia ficción único en su especie y uno de los juegos más originales de su época. Sus avances tecnológicos fueron muy llamativos y le sirvieron para acaparar buenas críticas y unos cuantos premios. Hasta logró ser un éxito financiero, ya que llegó a vender más de 1 millón de copias en todo el mundo en sus primeros meses de vida. Sin embargo, y por algún motivo, en la actualidad es un juego muy olvidado que no ha conseguido trascender en la memoria colectiva.
Lamentablemente, y aunque el equipo anunció una secuela en su día, esta nunca llegó a fraguarse. Bethesda Softworks compró la franquicia en 2009 y terminó cancelando el desarrollo de Prey 2 en 2014. La historia que sigue la conocemos. La IP se reinició y se reconvirtió en el Prey de 2017 de Arkane Studios, un juego igualmente fenomenal a su manera y que, irónicamente, también ha llegado a pasar sin mucha pena ni gloria por el mercado, repitiendo en cierta forma lo que le ocurrió al original.
Sea como sea, el Prey de Human Head es una joya que sigue sintiéndose fresco casi dos décadas después. Merece ser redescubierto, admirado y valorado por lo mucho que se adelantó a su tiempo. Gráficamente no ha envejecido demasiado bien, sí, pero jugablemente sigue siendo una bestia y uno de los mejores FPS.