'Crazy Taxi', arcade definitivo de Dreamcast, cumple 25 años y sigue siendo igual de frenético y divertido
Han pasado más de dos décadas de este enorme videojuego que marcó una época y dio lustre a la última máquina de SEGA en sobremesa.
El lanzamiento de Dreamcast, la consola mítica de SEGA, estuvo acompañada de uno de los mejores videojuegos de todos los tiempos. Aunque muchas de las miradas se dirigen al ambicioso Shenmue y a títulos como Sonic Adventure, lo cierto es que 1999 marcó el inicio de una era dorada para los juegos de conducción arcade con el lanzamiento de Crazy Taxi en recreativas y posteriormente en la citada 128 bits. Hablamos de un videojuego que cumple 25 años y que ha dejado una huella imborrable en la cultura del ocio digital al contar con una jugabilidad frenética, muy divertida, unos gráficos increíbles y una gran banda sonora.
Crazy Taxi surgió en el momento preciso. En un momento en el que la gran mayoría de los juegos de carreras se centraban principalmente en la precisión y el realismo en base a las cada vez más potentes máquinas de sobremesa, PC y placas arcade, Hitmaker, desarrolladores del título, apostaron por algo especialmente diferente: querían firmar un videojuego que capturara la esencia de la diversión y la adrenalina de conducir un taxi por las calles de una ciudad ficticia.
El director del proyecto, Kenji Kanno, inspirado por su amor por la música y la cultura de los años 90, introdujo elementos como la banda sonora punk rock de bandas como The Offspring y Bad Religion, lo que dio al juego un ritmo y una identidad únicos. A día de hoy, esa combinación, con la del permiso de títulos muy unidos a la cultura musical del momento como Wipeout y Tony Hawk Pro Skater, es una de las más poderosas del ocio digital en toda su historia. Pero llegar a dar a luz a este juego no fue una tarea sencilla. Más bien, se trató de toda una odisea.
Los diseñadores se enfrentaron al reto de crear un sistema de control que permitiera maniobras extremas y alocadas, pero todo ello sin perder la precisión necesaria para recoger y dejar a los pasajeros en el menor tiempo posible, que al fin y al cabo fue el motor de la mecánica principal del título. Se cuenta que el equipo de desarrollo utilizó el propio tráfico de Tokio como inspiración para las caóticas calles de Crazy Taxi, lo que aportó autenticidad y un extra de vida a una ciudad que, lo cierto, respiraba carisma por los cuatro costados.
El objetivo principal de Crazy Taxi es sencillo, como las premisas de los grandes videojuegos, aquellas que se captan a la primera y nos presentan un modelo de juego en el que es fácil entrar sin tener que aprender demasiado o pasar por totorales extensos. En el juego, debemos recoger a los pasajeros y llevarlos a su destino antes de que se agote el tiempo, con una bonificación por velocidad y estilo de conducción. Sí, se premiaban los derrapes, saltos y choques controlados aumentaban el puntaje y el dinero ganado, lo que fomentaba la idea de conducir con estilo. Además, la mecánica incentivaba a los jugadores a explorar rutas alternativas por la ciudad, y a realizar acrobacias, haciendo que cada partida fuera una experiencia única, invitándonos a mejorar como conductores. Por si fuera poco, el modo Crazy Box añadía minijuegos que desafiaban aún más a los jugadores con pruebas como recoger a un número específico de clientes en un tiempo limitado o usar el taxi para jugar a los bolos.
Era una auténtica locura. Visualmente, Crazy Taxi hacia gala de un diseño caricaturesco y colorido, muy desenfadado y propio de un arcade, y aunque los gráficos del juego puedan parecernos simples para los estándares actuales, lo cierto es que fueron muy innovadores en su época, con una ciudad vibrante que invitaba a la exploración y que, en la versión de Dreamcast, era incluso más grande que la versión original del arcade. La ciudad ficticia de Sunset City, con sus rascacielos, playas y múltiples niveles -y desniveles-, no solo servía como escenario sino como parte integral del juego, donde cada rincón escondía una posibilidad para ganar puntos. Kanno destacó en su día que quería que el jugador se aprendiera la urbe, memorizando calles y emplazamientos, intentando reflejar la vida de un taxista.
Lo que convirtió a Crazy Taxi en un juego mítico fue su capacidad para capturar la esencia del arcade sin complicaciones excesivas. El juego fue un éxito en las salas de arcade y, posteriormente, en la consola Dreamcast de SEGA, donde se convirtió en uno de los títulos más vendidos. Su popularidad no solo se limitó a su jugabilidad; la banda sonora se convirtió en un icono cultural, y frases como "Are you ready? Here we go!" se grabaron en la memoria colectiva de los jugadores. Tras su lanzamiento inicial, tuvo varias secuelas y adaptaciones para distintas plataformas, incluyendo PlayStation 2, GameCube y PC. Sin embargo, fue la versión para móviles la que llevó el juego a una nueva generación de jugadores, revitalizando su legado. En 2023, SEGA anunció un reinicio del juego, prometiendo un título de mundo abierto y multijugador, lo que demuestra que la franquicia sigue viva y evolucionando.
Celebrar su aniversario es recordar una época donde la innovación en los videojuegos se medía por la diversión y la originalidad más que por gráficos realistas o el uso de grandes motores y técnicas visuales. Sí, suena a una declaración un tanto inocente, pero el legado de Crazy Taxi solo vive en las secuelas y adaptaciones, sino en la cultura pop y en la nostalgia de aquellos que recuerdan las carreras contra el tiempo por las calles de Sunset City.
El lanzamiento de Dreamcast, la consola mítica de SEGA, estuvo acompañada de uno de los mejores videojuegos de todos los tiempos. Aunque muchas de las miradas se dirigen al ambicioso Shenmue y a títulos como Sonic Adventure, lo cierto es que 1999 marcó el inicio de una era dorada para los juegos de conducción arcade con el lanzamiento de Crazy Taxi en recreativas y posteriormente en la citada 128 bits. Hablamos de un videojuego que cumple 25 años y que ha dejado una huella imborrable en la cultura del ocio digital al contar con una jugabilidad frenética, muy divertida, unos gráficos increíbles y una gran banda sonora.
Crazy Taxi lo cambio todo: historia de un videojuego frenético que cambió para siempre el arcade
Crazy Taxi surgió en el momento preciso. En un momento en el que la gran mayoría de los juegos de carreras se centraban principalmente en la precisión y el realismo en base a las cada vez más potentes máquinas de sobremesa, PC y placas arcade, Hitmaker, desarrolladores del título, apostaron por algo especialmente diferente: querían firmar un videojuego que capturara la esencia de la diversión y la adrenalina de conducir un taxi por las calles de una ciudad ficticia.
El director del proyecto, Kenji Kanno, inspirado por su amor por la música y la cultura de los años 90, introdujo elementos como la banda sonora punk rock de bandas como The Offspring y Bad Religion, lo que dio al juego un ritmo y una identidad únicos. A día de hoy, esa combinación, con la del permiso de títulos muy unidos a la cultura musical del momento como Wipeout y Tony Hawk Pro Skater, es una de las más poderosas del ocio digital en toda su historia. Pero llegar a dar a luz a este juego no fue una tarea sencilla. Más bien, se trató de toda una odisea.
Los diseñadores se enfrentaron al reto de crear un sistema de control que permitiera maniobras extremas y alocadas, pero todo ello sin perder la precisión necesaria para recoger y dejar a los pasajeros en el menor tiempo posible, que al fin y al cabo fue el motor de la mecánica principal del título. Se cuenta que el equipo de desarrollo utilizó el propio tráfico de Tokio como inspiración para las caóticas calles de Crazy Taxi, lo que aportó autenticidad y un extra de vida a una ciudad que, lo cierto, respiraba carisma por los cuatro costados.
El objetivo principal de Crazy Taxi es sencillo, como las premisas de los grandes videojuegos, aquellas que se captan a la primera y nos presentan un modelo de juego en el que es fácil entrar sin tener que aprender demasiado o pasar por totorales extensos. En el juego, debemos recoger a los pasajeros y llevarlos a su destino antes de que se agote el tiempo, con una bonificación por velocidad y estilo de conducción. Sí, se premiaban los derrapes, saltos y choques controlados aumentaban el puntaje y el dinero ganado, lo que fomentaba la idea de conducir con estilo. Además, la mecánica incentivaba a los jugadores a explorar rutas alternativas por la ciudad, y a realizar acrobacias, haciendo que cada partida fuera una experiencia única, invitándonos a mejorar como conductores. Por si fuera poco, el modo Crazy Box añadía minijuegos que desafiaban aún más a los jugadores con pruebas como recoger a un número específico de clientes en un tiempo limitado o usar el taxi para jugar a los bolos.
Era una auténtica locura. Visualmente, Crazy Taxi hacia gala de un diseño caricaturesco y colorido, muy desenfadado y propio de un arcade, y aunque los gráficos del juego puedan parecernos simples para los estándares actuales, lo cierto es que fueron muy innovadores en su época, con una ciudad vibrante que invitaba a la exploración y que, en la versión de Dreamcast, era incluso más grande que la versión original del arcade. La ciudad ficticia de Sunset City, con sus rascacielos, playas y múltiples niveles -y desniveles-, no solo servía como escenario sino como parte integral del juego, donde cada rincón escondía una posibilidad para ganar puntos. Kanno destacó en su día que quería que el jugador se aprendiera la urbe, memorizando calles y emplazamientos, intentando reflejar la vida de un taxista.
Lo que convirtió a Crazy Taxi en un juego mítico fue su capacidad para capturar la esencia del arcade sin complicaciones excesivas. El juego fue un éxito en las salas de arcade y, posteriormente, en la consola Dreamcast de SEGA, donde se convirtió en uno de los títulos más vendidos. Su popularidad no solo se limitó a su jugabilidad; la banda sonora se convirtió en un icono cultural, y frases como "Are you ready? Here we go!" se grabaron en la memoria colectiva de los jugadores. Tras su lanzamiento inicial, tuvo varias secuelas y adaptaciones para distintas plataformas, incluyendo PlayStation 2, GameCube y PC. Sin embargo, fue la versión para móviles la que llevó el juego a una nueva generación de jugadores, revitalizando su legado. En 2023, SEGA anunció un reinicio del juego, prometiendo un título de mundo abierto y multijugador, lo que demuestra que la franquicia sigue viva y evolucionando.
Celebrar su aniversario es recordar una época donde la innovación en los videojuegos se medía por la diversión y la originalidad más que por gráficos realistas o el uso de grandes motores y técnicas visuales. Sí, suena a una declaración un tanto inocente, pero el legado de Crazy Taxi solo vive en las secuelas y adaptaciones, sino en la cultura pop y en la nostalgia de aquellos que recuerdan las carreras contra el tiempo por las calles de Sunset City.