Un juego de más de 30 años se puede jugar bien hoy en día y es fácil comprobarlo con Super Mario World
La aventura plataformera para Super Nintendo es una auténtica joya retro que marcó la historia de los videojuegos
Nintendo necesitaba un videojuego de lanzamiento para SNES que pudiera marcar un punto de inflexión en la guerra de consolas. Era un momento, principios de los noventa, de gran importancia por lo bien que lo estaba haciendo Sega con su mítica Megadrive. El estreno de Sonic the Hedgehog, unos meses antes, había acelerado una carrera que Shigeru Miyamoto sabía que sería difícil ganar. Sin embargo, la motivación era altísima, y con cerca de diez desarrolladores se puso a trabajar en su próxima genialidad: Super Mario World.
El proyecto contaba con algunos de los creativos actualmente más veteranos de la compañía nipona, con Takashi Tezuka a la cabeza, Shigefumi Hino como artista (que diseñó a Yoshi) y Koji Kondo al piano. Con este juego se pusieron en práctica varias ideas que influenciarían a entregas futuras, siendo el "abc" de Nintendo para este tipo de producciones. Había que marcar distancia con respecto a Super Mario Bros 3, sorprender a los jugadores con cosas nunca vistas y al mismo tiempo demostrar de lo que era capaz la nueva Super Nintendo. Todo ello se consiguió.
Ver este juego en movimiento allá por 1992 (cuando salió en España) fue uno de los momentos más espectaculares para cualquier aficionado a los videojuegos. Supuso la expresión del salto generacional de los 8 a los 16 bits, con gráficos y animaciones que pasaban como una apisonadora a los Super Mario de NES. La paleta de colores se multiplicaba y la fluidez permitía un control completamente renovado, con una gran sensación de respuesta y precisión a los mandos. También se incorporaron nuevos movimientos para Mario, como el salto giratorio o volar por el escenario para potenciar la verticalidad. Simplemente magnífico.
Pero más allá de la forma, también importaba el contenido. Shigeru Miyamoto llevaba mucho tiempo tras la idea de que Mario pudiese usar una montura, y más en concreto un caballo, pero la técnica no lo había permitido. Así fue como nació Yoshi, un simpático dinosaurio verde que se convirtió en la imagen de portada del juego junto a Mario. Su importancia era mayúscula. Añadía una capa de profundidad al estilo plataformero de los juegos de la saga, permitiendo acabar con enemigos que Mario era incapaz de derrotar, e incluso comérselos. Estas y otras funciones hacían posible completar los niveles de distintas maneras, así como hallar secretos.
Super Mario Bros. 3 había explorado ya la idea de proponer un mapa del mundo que podías recorrer para acceder a los niveles. Esta novedad fue potenciada en Super Mario World con más de 70 niveles y 7 mundos, con una variedad de planteamientos como jamás se había visto en la franquicia. Era también la entrega con mayor número de secretos, incluyendo unos niveles finales muy desafiantes e ideales para los jugadores más expertos. Además incluía cantidad de rutas secretas, las cuales potenciaban el carácter rejugable.
Por su escala y concepto, podría definirse como una de las primeras "aventuras plataformeras" que existieron, un planteamiento que daría paso a títulos futuros, desde New Super Mario Bros. hasta el más reciente Super Mario Bros. Wonder. Su legado es impresionante en este sentido, con enemigos y temáticas que inspiraron a futuras entregas de la serie. Vendió 20 millones de copias en SNES (su título más vendido), lo que quiere decir que había un cartucho por cada 2,5 consolas, un dato muy impresionante. También recibió muy buenas críticas y cantidad de premios, hasta el punto de ser definido como uno de los mejores y más influyentes juegos de la historia.
¿Quieres jugarlo? ¿Nunca lo has hecho? Pues está disponible de varias formas. Fue lanzado en Game Boy Advance, formó parte de la Consola Virtual y también se integró como parte fundamental del catálogo de SNES Mini. Pero tal vez la forma más accesible de jugarlo ahora mismo es a través del servicio Nintendo Switch Online, ya que fue incorporado de forma temprana en su catálogo. No dudéis en jugarlo, porque es atemporal y se disfruta muchísimo de su jugabilidad a pesar de haber pasado más de tres décadas desde su estreno.
Nintendo necesitaba un videojuego de lanzamiento para SNES que pudiera marcar un punto de inflexión en la guerra de consolas. Era un momento, principios de los noventa, de gran importancia por lo bien que lo estaba haciendo Sega con su mítica Megadrive. El estreno de Sonic the Hedgehog, unos meses antes, había acelerado una carrera que Shigeru Miyamoto sabía que sería difícil ganar. Sin embargo, la motivación era altísima, y con cerca de diez desarrolladores se puso a trabajar en su próxima genialidad: Super Mario World.
El proyecto contaba con algunos de los creativos actualmente más veteranos de la compañía nipona, con Takashi Tezuka a la cabeza, Shigefumi Hino como artista (que diseñó a Yoshi) y Koji Kondo al piano. Con este juego se pusieron en práctica varias ideas que influenciarían a entregas futuras, siendo el "abc" de Nintendo para este tipo de producciones. Había que marcar distancia con respecto a Super Mario Bros 3, sorprender a los jugadores con cosas nunca vistas y al mismo tiempo demostrar de lo que era capaz la nueva Super Nintendo. Todo ello se consiguió.
Uno de los mejores plataformas 2D de la historia
Ver este juego en movimiento allá por 1992 (cuando salió en España) fue uno de los momentos más espectaculares para cualquier aficionado a los videojuegos. Supuso la expresión del salto generacional de los 8 a los 16 bits, con gráficos y animaciones que pasaban como una apisonadora a los Super Mario de NES. La paleta de colores se multiplicaba y la fluidez permitía un control completamente renovado, con una gran sensación de respuesta y precisión a los mandos. También se incorporaron nuevos movimientos para Mario, como el salto giratorio o volar por el escenario para potenciar la verticalidad. Simplemente magnífico.
Pero más allá de la forma, también importaba el contenido. Shigeru Miyamoto llevaba mucho tiempo tras la idea de que Mario pudiese usar una montura, y más en concreto un caballo, pero la técnica no lo había permitido. Así fue como nació Yoshi, un simpático dinosaurio verde que se convirtió en la imagen de portada del juego junto a Mario. Su importancia era mayúscula. Añadía una capa de profundidad al estilo plataformero de los juegos de la saga, permitiendo acabar con enemigos que Mario era incapaz de derrotar, e incluso comérselos. Estas y otras funciones hacían posible completar los niveles de distintas maneras, así como hallar secretos.
Super Mario Bros. 3 había explorado ya la idea de proponer un mapa del mundo que podías recorrer para acceder a los niveles. Esta novedad fue potenciada en Super Mario World con más de 70 niveles y 7 mundos, con una variedad de planteamientos como jamás se había visto en la franquicia. Era también la entrega con mayor número de secretos, incluyendo unos niveles finales muy desafiantes e ideales para los jugadores más expertos. Además incluía cantidad de rutas secretas, las cuales potenciaban el carácter rejugable.
El germen de las aventuras plataformeras de Mario
Por su escala y concepto, podría definirse como una de las primeras "aventuras plataformeras" que existieron, un planteamiento que daría paso a títulos futuros, desde New Super Mario Bros. hasta el más reciente Super Mario Bros. Wonder. Su legado es impresionante en este sentido, con enemigos y temáticas que inspiraron a futuras entregas de la serie. Vendió 20 millones de copias en SNES (su título más vendido), lo que quiere decir que había un cartucho por cada 2,5 consolas, un dato muy impresionante. También recibió muy buenas críticas y cantidad de premios, hasta el punto de ser definido como uno de los mejores y más influyentes juegos de la historia.
¿Quieres jugarlo? ¿Nunca lo has hecho? Pues está disponible de varias formas. Fue lanzado en Game Boy Advance, formó parte de la Consola Virtual y también se integró como parte fundamental del catálogo de SNES Mini. Pero tal vez la forma más accesible de jugarlo ahora mismo es a través del servicio Nintendo Switch Online, ya que fue incorporado de forma temprana en su catálogo. No dudéis en jugarlo, porque es atemporal y se disfruta muchísimo de su jugabilidad a pesar de haber pasado más de tres décadas desde su estreno.