Puedes controlar el tiempo pero no cambiar sus desastres: El juego español que te tocará el corazón
El primer juego del equipo barcelonés Piccolo Studio cumplió hace poco su quinto aniversario en el mercado y es un plataformas muy sólido con una enternecedora historia sobre el tiempo y el amor.
Controlar el paso del tiempo es un poder que de seguro a más de uno le gustaría poder tener. En el mundo de los videojuegos, por suerte, esta es una capacidad que se ha permitido explorar a los jugadores en más de una ocasión y de distintas maneras. La saga de Prince of Persia: Las arenas del tiempo es un buen ejemplo de ello, implicando en sus mecánicas la posibilidad de rebobinar el tiempo para salvarnos de un salto errado o un golpe crítico de un enemigo en el último momento.
Ahora bien, en los recordados títulos de Ubisoft, la mécanica de rebobinar el tiempo era tan solo una más entre muchas otras. ¿Qué pasaría si un juego de plataformas orbitase exclusivamente alrededor de esta idea? Ya no solo la idea de rebobinar el tiempo, sino también adelantarlo a placer. Bueno, no hace falta imaginárselo, porque el primer juego del equipo barcelonés Piccolo Studio, Arise: A simple story, nos cuenta una preciosa historia que ahonda en dicha posibilidad.
Arise: A simple story cumplió hace no mucho su quinto aniversario en el mercado -se puso a la venta originalmente para PC, Xbox One y PS4 el 3 de diciembre de 2019; unos años más tarde llegó también a Nintendo Switch-. Su título no debe darnos pie a equivocación, ya que aunque podría parecer que nos va a contar una "historia simple" (y en parte así es), en realidad su minimalista argumento trata sobre algunos de los grandes temas universales del ser humano: el inexorable paso del tiempo, el amor y la muerte.
En este juego tomamos el control de un anciano miembro de una tribu que acaba de fallecer. Tras ser colocado en una pira funeraria, el espíritu de este anciano revive en el más allá, o más bien en una especie de limbo antes de poder cruzar al más allá. Entonces, a través de varios niveles que recorren los recuerdos de toda una vida, los jugadores tenemos que ayudar a este anciano a recorrer el sendero que le permita descansar por fin en paz.
Y aquí viene la vuelta de tuerca en la jugabilidad del título, ya que para poder completar cada nivel los jugadores debemos rebobinar o adelantar el tiempo -utilizando el segundo joystick del mando- y resolver pequeños rompecabezas situacionales. Incluso es posible detener por completo el tiempo cuanto necesitemos. Es como si estuviésemos ante una suerte de Super Mario en 3D, aunque mucho más simplificado en lo que respecta a la posibilidad de realizar saltos complejos, desde luego.
Cada nivel jugable se basa en alguna etapa de la vida del protagonista, pero hay en todo momento un hilo conductor temático, que es su historia de amor con una mujer. Desde su más tierna infancia hasta la adultez, la madurez y la vejez... Lo mejor de todo es que cada nivel realmente aprovecha la mecánica de control del tiempo para plantear distintas situaciones que son acordes a los recuerdos del personaje.
Por ejemplo, en un nivel de absoluto romance recorremos un hermoso lago lleno de pétalos en flor y hasta volamos por corrientes de aire. Mientras, en un nivel dedicado a la depresión, debemos abrirnos paso por unas cuevas oscuras mientras un incendio arrasa con las raíces de los árboles y unas sombras intentan atraparnos.
El planteamiento general de cada fase está muy bien pensado y refresca en todo momento la propuesta jugable, exprimiendo la mecánica central para que nunca se sienta repetitiva ni aburrida. Los puzles tampoco son nunca demasiado complejos, por lo que no hay bloqueos frustrantes y se nos permite avanzar disfrutando de los escenarios y la narrativa, la cual va acompañada en todo momento por una bellísima banda sonora a cargo de David García Díaz (el talentoso compositor detrás de la música de juegos como RiME o Hellblade: Senua's Sacrifice).
Por otro lado, el encantador y colorido estilo artístico de Arise termina de redondear la obra. Influido por el trabajo de Studio Ghibli y las primeras películas animadas de Disney, el juego rebosa una belleza que entra por los ojos desde el primer momento y nunca decae, incluso en los recuerdos más oscuros y dolorosos del protagonista.
En definitiva, más de cinco años después de su lanzamiento, Arise: A simple story sigue siendo un juego de lo más recomendable que no defrauda. Una aventura pequeña y grande al mismo tiempo que se puede completar en un puñado de horas con tranquilidad y que nos deja el corazón blando con la llegada de sus créditos. Y todo ello lo logra sin decir ni una sola palabra, lo que tiene bastante mérito.
Controlar el paso del tiempo es un poder que de seguro a más de uno le gustaría poder tener. En el mundo de los videojuegos, por suerte, esta es una capacidad que se ha permitido explorar a los jugadores en más de una ocasión y de distintas maneras. La saga de Prince of Persia: Las arenas del tiempo es un buen ejemplo de ello, implicando en sus mecánicas la posibilidad de rebobinar el tiempo para salvarnos de un salto errado o un golpe crítico de un enemigo en el último momento.
Ahora bien, en los recordados títulos de Ubisoft, la mécanica de rebobinar el tiempo era tan solo una más entre muchas otras. ¿Qué pasaría si un juego de plataformas orbitase exclusivamente alrededor de esta idea? Ya no solo la idea de rebobinar el tiempo, sino también adelantarlo a placer. Bueno, no hace falta imaginárselo, porque el primer juego del equipo barcelonés Piccolo Studio, Arise: A simple story, nos cuenta una preciosa historia que ahonda en dicha posibilidad.
Un plataformas centrado en el paso del tiempo que emociona y entretiene a partes iguales
Arise: A simple story cumplió hace no mucho su quinto aniversario en el mercado -se puso a la venta originalmente para PC, Xbox One y PS4 el 3 de diciembre de 2019; unos años más tarde llegó también a Nintendo Switch-. Su título no debe darnos pie a equivocación, ya que aunque podría parecer que nos va a contar una "historia simple" (y en parte así es), en realidad su minimalista argumento trata sobre algunos de los grandes temas universales del ser humano: el inexorable paso del tiempo, el amor y la muerte.
En este juego tomamos el control de un anciano miembro de una tribu que acaba de fallecer. Tras ser colocado en una pira funeraria, el espíritu de este anciano revive en el más allá, o más bien en una especie de limbo antes de poder cruzar al más allá. Entonces, a través de varios niveles que recorren los recuerdos de toda una vida, los jugadores tenemos que ayudar a este anciano a recorrer el sendero que le permita descansar por fin en paz.
Y aquí viene la vuelta de tuerca en la jugabilidad del título, ya que para poder completar cada nivel los jugadores debemos rebobinar o adelantar el tiempo -utilizando el segundo joystick del mando- y resolver pequeños rompecabezas situacionales. Incluso es posible detener por completo el tiempo cuanto necesitemos. Es como si estuviésemos ante una suerte de Super Mario en 3D, aunque mucho más simplificado en lo que respecta a la posibilidad de realizar saltos complejos, desde luego.
Cada nivel jugable se basa en alguna etapa de la vida del protagonista, pero hay en todo momento un hilo conductor temático, que es su historia de amor con una mujer. Desde su más tierna infancia hasta la adultez, la madurez y la vejez... Lo mejor de todo es que cada nivel realmente aprovecha la mecánica de control del tiempo para plantear distintas situaciones que son acordes a los recuerdos del personaje.
Por ejemplo, en un nivel de absoluto romance recorremos un hermoso lago lleno de pétalos en flor y hasta volamos por corrientes de aire. Mientras, en un nivel dedicado a la depresión, debemos abrirnos paso por unas cuevas oscuras mientras un incendio arrasa con las raíces de los árboles y unas sombras intentan atraparnos.
El planteamiento general de cada fase está muy bien pensado y refresca en todo momento la propuesta jugable, exprimiendo la mecánica central para que nunca se sienta repetitiva ni aburrida. Los puzles tampoco son nunca demasiado complejos, por lo que no hay bloqueos frustrantes y se nos permite avanzar disfrutando de los escenarios y la narrativa, la cual va acompañada en todo momento por una bellísima banda sonora a cargo de David García Díaz (el talentoso compositor detrás de la música de juegos como RiME o Hellblade: Senua's Sacrifice).
Por otro lado, el encantador y colorido estilo artístico de Arise termina de redondear la obra. Influido por el trabajo de Studio Ghibli y las primeras películas animadas de Disney, el juego rebosa una belleza que entra por los ojos desde el primer momento y nunca decae, incluso en los recuerdos más oscuros y dolorosos del protagonista.
En definitiva, más de cinco años después de su lanzamiento, Arise: A simple story sigue siendo un juego de lo más recomendable que no defrauda. Una aventura pequeña y grande al mismo tiempo que se puede completar en un puñado de horas con tranquilidad y que nos deja el corazón blando con la llegada de sus créditos. Y todo ello lo logra sin decir ni una sola palabra, lo que tiene bastante mérito.